La vida que agrada a Dios
Biblia cristiana > Nuevo Testamento > EpÃstolas > Primera epÃstola de San Pablo a los Tesalonicenses > La vida que agrada a Dios (52:4:1 - 52:4:12)
Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús que conforme aprendisteis de nosotros acerca de cómo os conviene andar y agradar a Dios, tal como estáis andando, asà sigáis progresando cada vez más.
Ya sabéis cuáles son las instrucciones que os dimos de parte del Señor Jesús.
Porque ésta es la voluntad de Dios, vuestra santificación: que os apartéis de inmoralidad sexual;
que cada uno de vosotros sepa controlar su propio cuerpo en santificación y honor,
no con bajas pasiones, como los gentiles que no conocen a Dios;
y que en este asunto nadie atropelle ni engañe a su hermano; porque el Señor es el que toma venganza en todas estas cosas, como ya os hemos dicho y advertido.
Porque Dios no nos ha llamado a la impureza, sino a la santificación.
Por lo tanto, el que rechaza esto no rechaza a hombre, sino a Dios quien os da su EspÃritu Santo.
Pero con respecto al amor fraternal, no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis sido enseñados de Dios que os améis los unos a los otros.
De hecho, lo estáis haciendo con todos los hermanos por toda Macedonia; pero os exhortamos, hermanos, a que sigáis progresando aun más.
Tened por aspiración vivir en tranquilidad, ocuparos en vuestros propios asuntos y trabajar con vuestras propias manos, como os hemos mandado;
a fin de que os conduzcáis honestamente para con los de afuera y que no tengáis necesidad de nada.