Biblia cristiana > Nuevo Testamento > EpÃstolas > Segunda epÃstola de San Pablo a los Tesalonicenses > Manifestación del hombre de pecado (53:2:1 - 53:2:12)
Ahora, con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos,
que no seáis movidos fácilmente de vuestro modo de pensar ni seáis alarmados, ni por espÃritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, como que ya hubiera llegado el dÃa del Señor.
Nadie os engañe de ninguna manera; porque esto no sucederá sin que venga primero la apostasÃa y se manifieste el hombre de iniquidad, el hijo de perdición.
Este se opondrá y se alzará contra todo lo que se llama Dios o que se adora, tanto que se sentará en el templo de Dios haciéndose pasar por Dios.
¿No os acordáis que mientras yo estaba todavÃa con vosotros, os decÃa esto?
Ahora sabéis qué lo detiene, a fin de que a su debido tiempo él sea revelado.
Porque ya está obrando el misterio de la iniquidad; solamente espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene.
Y entonces será manifestado aquel inicuo, a quien el Señor Jesús matará con el soplo de su boca y destruirá con el resplandor de su venida.
El advenimiento del inicuo es por operación de Satanás, con todo poder, señales y prodigios falsos,
y con todo engaño de injusticia entre los que perecen, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
Por esto, Dios les enviará una fuerza de engaño para que crean la mentira,
a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.