Bendición final

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Segunda epístola de San Pablo a los Tesalonicenses > Bendición final (53:3:16 - 53:3:18)

Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros.

Este saludo es de mi mano, Pablo. Así es mi firma en todas mis cartas, tal como escribo.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros.




Salutación

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Primera epístola de San Pablo a Timoteo > Salutación (54:1:1 - 54:1:2)

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por mandato de Dios nuestro Salvador y de Cristo Jesús nuestra esperanza;

a Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor.




Advertencia contra falsas doctrinas

Imagen Advertencia contra falsas doctrinas 1

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Primera epístola de San Pablo a Timoteo > Advertencia contra falsas doctrinas (54:1:3 - 54:1:11)

Como te rogué cuando partí para Macedonia, quédate en Efeso, para que requieras a algunos que no enseñen doctrinas extrañas,

ni presten atención a fábulas e interminables genealogías, que sirven más a especulaciones que al plan de Dios, que es por la fe.

Pero el propósito del mandamiento es el amor que procede de un corazón puro, de una buena conciencia y de una fe no fingida.

Algunos de ellos, habiéndose desviado, se apartaron en pos de vanas palabrerías,

queriendo ser maestros de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman con tanta seguridad.

Sabemos, sin embargo, que la ley es buena, si uno la usa legítimamente.

Y conocemos esto: que la ley no ha sido puesta para el justo, sino para los rebeldes e insubordinados, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas,

para los fornicarios, para los homosexuales, para los secuestradores, para los mentirosos, para los perjuros, y para cuanto haya contrario a la sana doctrina,

según el evangelio de la gloria del Dios bendito, que me ha sido encomendado.




El ministerio de Pablo

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Primera epístola de San Pablo a Timoteo > El ministerio de Pablo (54:1:12 - 54:1:20)

Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel al ponerme en el ministerio,

a pesar de que antes fui blasfemo, perseguidor e insolente. Sin embargo, recibí misericordia porque, siendo ignorante, lo hice en incredulidad.

Pero la gracia de nuestro Señor fue más que abundante con la fe y el amor que hay en Cristo Jesús.

Fiel es esta palabra y digna de toda aceptación: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.

No obstante, por esta razón recibí misericordia, para que Cristo Jesús mostrase en mí, el primero, toda su clemencia, para ejemplo de los que habían de creer en él para vida eterna.

Por tanto, al Rey de los siglos, al inmortal, invisible y único Dios, sean la honra y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Este mandamiento te encargo, hijo Timoteo, conforme a las profecías que antes se hicieron acerca de ti, para que milites por ellas la buena milicia,

manteniendo la fe y la buena conciencia, la cual algunos desecharon y naufragaron en cuanto a la fe.

Entre éstos están Himeneo y Alejandro, a quienes he entregado a Satanás, para que aprendan a no blasfemar.




Instrucciones sobre la oración

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Primera epístola de San Pablo a Timoteo > Instrucciones sobre la oración (54:2:1 - 54:2:15)

Por esto exhorto, ante todo, que se hagan súplicas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias por todos los hombres;

por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que llevemos una vida tranquila y reposada en toda piedad y dignidad.

Esto es bueno y aceptable delante de Dios nuestro Salvador,

quien quiere que todos los hombres sean salvos y que lleguen al conocimiento de la verdad.

Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,

quien se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.

Para esto yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles en fe y verdad. Digo la verdad; no miento.

Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos piadosas, sin ira ni discusión.

Asimismo, que las mujeres se atavíen con vestido decoroso, con modestia y prudencia; no con peinados ostentosos, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos;

sino más bien con buenas obras, como conviene a mujeres que profesan reverencia a Dios.

La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción;

porque no permito a una mujer enseñar ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.

Pues Adán fue formado primero; después, Eva.

Además, Adán no fue engañado; sino la mujer, al ser engañada, incurrió en transgresión.

Sin embargo, se salvará teniendo hijos, si permanece en fe, amor y santidad con prudencia.