Biblia cristiana > Nuevo Testamento > EpÃstolas > EpÃstola de Santiago > Sed pacientes y orad (59:5:7 - 60:1:2)
Por lo tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. He aquÃ, el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardándolo con paciencia hasta que reciba las lluvias tempranas y tardÃas.
Tened también vosotros paciencia; afirmad vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca.
Hermanos, no murmuréis unos contra otros, para que no seáis condenados. ¡He aquÃ, el Juez ya está a las puertas!
Hermanos, tomad por ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en el nombre del Señor.
He aquÃ, tenemos por bienaventurados a los que perseveraron. Habéis oÃdo de la perseverancia de Job y habéis visto el propósito final del Señor, que el Señor es muy compasivo y misericordioso.
Pero sobre todo, hermanos mÃos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento. Más bien, sea vuestro sÃ, sÃ; y vuestro no, no; para que no caigáis bajo condenación.
¿Está afligido alguno entre vosotros? ¡Que ore! ¿Está alguno alegre? ¡Que cante salmos!
¿Está enfermo alguno de vosotros? Que llame a los ancianos de la iglesia y que oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.
Y la oración de fe dará salud al enfermo, y el Señor lo levantará. Y si ha cometido pecados, le serán perdonados.
Por tanto, confesaos unos a otros vuestros pecados, y orad unos por otros de manera que seáis sanados. La ferviente oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho.
ElÃas era un hombre sujeto a pasiones, igual que nosotros, pero oró con insistencia para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses.
Y oró de nuevo, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.
Hermanos mÃos, si alguno entre vosotros es engañado, desviándose de la verdad, y otro le hace volver,
sabed que el que haga volver al pecador del error de su camino salvará su vida de la muerte, y cubrirá una multitud de pecados.
Pedro, apóstol de Jesucristo; a los expatriados de la dispersión en Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia,
elegidos conforme al previo conocimiento de Dios Padre por la santificación del EspÃritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con su sangre: Gracia y paz os sean multiplicadas.