Biblia cristiana > Nuevo Testamento > EpÃstolas > Segunda epÃstola de San Pablo a los Corintios > Sufrimientos de Pablo como apóstol (47:11:16 - 47:11:33)
Otra vez digo: que nadie me tome por loco. Pero si no, recibidme aunque sea como a loco, para que me glorÃe siquiera un poquito.
Lo que ahora digo, no lo digo según el Señor, sino como en locura, con esta base de jactancia.
Ya que muchos se jactan según la carne, también yo me jactaré.
Pues con gusto toleráis a los locos, siendo vosotros sensatos.
Porque lo toleráis si alguien os esclaviza, si alguien os devora, si alguien se aprovecha de vosotros, si alguien se ensalza, si alguien os hiere en la cara
Con vergüenza lo digo, como que hemos sido débiles. Pero en lo que otro se atreva (hablo con locura), yo también me atrevo.
¿Son hebreos? Yo también. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son descendientes de Abraham? Yo también.
¿Son ministros de Cristo? (Hablo como delirando.) ¡Yo más! En trabajos arduos, más; en cárceles, más; en azotes, sin medida; en peligros de muerte, muchas veces.
Cinco veces he recibido de los judÃos cuarenta azotes menos uno;
tres veces he sido flagelado con varas; una vez he sido apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un dÃa he estado en lo profundo del mar.
Muchas veces he estado en viajes a pie, en peligros de rÃos, en peligros de asaltantes, en peligros de los de mi nación, en peligros de los gentiles, en peligros en la ciudad, en peligros en el desierto, en peligros en el mar, en peligros entre falsos hermanos;
en trabajo arduo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frÃo y en desnudez.
Y encima de todo, lo que se agolpa sobre mà cada dÃa: la preocupación por todas las iglesias.
¿Quién se enferma sin que yo no me enferme? ¿A quién se hace tropezar sin que yo no me indigne?
Si es preciso gloriarse, yo me gloriaré de mi debilidad.
El Dios y Padre de nuestro Señor Jesús, quien es bendito por los siglos, sabe que no miento.
En Damasco, el gobernador bajo el rey Aretas guardaba la ciudad de los damascenos para prenderme;
pero fui descolgado del muro por una ventana en una canasta, y escapé de sus manos.
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06-03-2009 a las 22:27
La semilla que exige la vida para cocechar felicidad es el sacrificio. Ten en cuenta este principio para cuando algo te cueste mucho, de seguro tu cosecha sera felicidad.
bendiciones.
con amor
Pastor: Esau Trigos
[contesta a Esau Trigos Perez]
31-05-2013 a las 0:10
estabien hecho
[contesta a manuel]