Requisitos de los obispos

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Primera epístola de San Pablo a Timoteo > Requisitos de los obispos (54:3:1 - 54:3:7)

Fiel es esta palabra: Si alguien anhela el obispado, desea buena obra.

Entonces es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospitalario, apto para enseñar;

no dado al vino; no violento, sino amable; no contencioso ni amante del dinero.

Que gobierne bien su casa y tenga a sus hijos en sujeción con toda dignidad.

Porque si alguien no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?

Que no sea un recién convertido, para que no se llene de orgullo y caiga en la condenación del diablo.

También debe tener buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en el reproche y la trampa del diablo.




Requisitos de los diáconos

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Primera epístola de San Pablo a Timoteo > Requisitos de los diáconos (54:3:8 - 54:3:13)

Asimismo, los diáconos deben ser dignos de respeto, sin doblez de lengua, no dados a mucho vino ni amantes de ganancias deshonestas;

que mantengan el misterio de la fe con limpia conciencia.

Que éstos sean probados primero y que después sirvan como diáconos, si es que son hallados irreprensibles.

Las mujeres, asimismo, deben ser dignas de respeto, no calumniadoras, sobrias, fieles en todo.

Los diáconos sean maridos de una sola mujer; que gobiernen bien a sus hijos y sus propias casas.

Porque los que sirven bien como diáconos ganan para sí buena reputación y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.




El misterio de la piedad

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Primera epístola de San Pablo a Timoteo > El misterio de la piedad (54:3:14 - 54:3:16)

Te escribo esto, esperando ir a verte pronto,

para que si me tardo, sepas cómo te conviene conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y fundamento de la verdad.

Indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: El fue manifestado en la carne, justificado por el Espíritu, visto por los ángeles, proclamado entre las naciones, creído en el mundo, y recibido arriba en gloria.




Predicción de la apostasía

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Primera epístola de San Pablo a Timoteo > Predicción de la apostasía (54:4:1 - 54:4:5)

Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartarán de la fe, prestando atención a espíritus engañosos y a doctrinas de demonios.

Con hipocresía hablarán mentira, teniendo cauterizada la conciencia.

Prohibirán casarse y mandarán abstenerse de los alimentos que Dios creó para que, con acción de gracias, participasen de ellos los que creen y han conocido la verdad.

Porque todo lo que Dios ha creado es bueno, y no hay que rechazar nada cuando es recibido con acción de gracias;

pues es santificado por medio de la palabra de Dios y de la oración.




Un buen ministro de Jesucristo

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Primera epístola de San Pablo a Timoteo > Un buen ministro de Jesucristo (54:4:6 - 54:4:16)

Si expones estas cosas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido de las palabras de la fe y de la buena doctrina, la cual has seguido de cerca.

Desecha las fábulas profanas y de viejas, y ejercítate para la piedad.

Porque el ejercicio físico para poco aprovecha; pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa para la vida presente y para la venidera.

Fiel es esta palabra y digna de toda aceptación.

Porque para esto mismo trabajamos arduamente y luchamos, pues esperamos en el Dios viviente, quien es el Salvador de todos los hombres, especialmente de los que creen.

Estas cosas manda y enseña.

Nadie tenga en poco tu juventud; pero sé ejemplo para los creyentes en palabra, en conducta, en amor, en fe y en pureza.

Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, en la exhortación y en la enseñanza.

No descuides el don que está en ti, que te ha sido dado por medio de profecía, con la imposición de las manos del concilio de ancianos.

Dedícate a estas cosas; ocúpate en ellas, para que tu progreso sea manifiesto a todos.

Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan.