Informe de Pedro a la iglesia de Jerusalén

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Hechos > Informe de Pedro a la iglesia de Jerusalén (44:11:1 - 44:11:18)

Los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea oyeron que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios.

Y cuando Pedro subió a Jerusalén, contendían contra él los que eran de la circuncisión,

diciendo: —¡Entraste en casa de hombres incircuncisos y comiste con ellos!

Entonces Pedro comenzó a contarles en orden, diciendo:

—Yo estaba orando en la ciudad de Jope, y vi en éxtasis una visión: un objeto que descendía como un gran lienzo, bajado del cielo por sus cuatro extremos, y llegó a donde yo estaba.

Cuando fijé la vista en él, observé y vi cuadrúpedos de la tierra, fieras y reptiles, y aves del cielo.

Luego oí también una voz que me decía: “Levántate, Pedro; mata y come.”

Pero yo dije: “¡De ninguna manera, Señor! Porque jamás ha entrado en mi boca ninguna cosa común o inmunda.”

Entonces respondió la voz del cielo por segunda vez: “Lo que Dios ha purificado no lo tengas tú por común.”

Esto ocurrió tres veces, y todo volvió a ser retirado al cielo.

Y he aquí llegaron en seguida tres hombres a la casa donde estábamos, enviados a mí desde Cesarea;

y el Espíritu me dijo que fuese con ellos sin dudar. Fueron también conmigo estos seis hermanos, y entramos en casa del hombre.

El nos contó cómo había visto en su casa un ángel que se puso de pie y le dijo: “Envía a Jope y haz venir a Simón, que tiene por sobrenombre Pedro.

El te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa.”

Cuando comencé a hablar, el Espíritu Santo cayó sobre ellos también, como sobre nosotros al principio.

Entonces me acordé del dicho del Señor, cuando decía: “Juan ciertamente bautizó en agua, pero vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo.”

Así que, si Dios les dio el mismo don también a ellos, como a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para poder resistir a Dios?

Al oír estas cosas, se calmaron y glorificaron a Dios diciendo: —¡Así que también a los gentiles Dios ha dado arrepentimiento para vida!




La iglesia en Antioquía

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Hechos > La iglesia en Antioquía (44:11:19 - 44:11:30)

Entre tanto, los que habían sido esparcidos a causa de la tribulación que sobrevino en tiempos de Esteban fueron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin comunicar la palabra a nadie, excepto sólo a los judíos.

Pero entre ellos había unos hombres de Chipre y de Cirene, quienes entraron en Antioquía y hablaron a los griegos anunciándoles las buenas nuevas de que Jesús es el Señor.

La mano del Señor estaba con ellos, y un gran número que creyó se convirtió al Señor.

Llegaron noticias de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén, y enviaron a Bernabé para que fuese hasta Antioquía.

Cuando él llegó y vio la gracia de Dios, se regocijó y exhortó a todos a que con corazón firme permaneciesen en el Señor;

porque Bernabé era hombre bueno y estaba lleno del Espíritu Santo y de fe. Y mucha gente fue agregada al Señor.

Después partió Bernabé a Tarso para buscar a Saulo, y cuando le encontró, le llevó a Antioquía.

Y sucedió que se reunieron todo un año con la iglesia y enseñaron a mucha gente. Y los discípulos fueron llamados cristianos por primera vez en Antioquía.

En aquellos días descendieron unos profetas de Jerusalén a Antioquía.

Y se levantó uno de ellos, que se llamaba Agabo, y dio a entender por el Espíritu que iba a ocurrir una gran hambre en toda la tierra habitada. (Esto sucedió en tiempos de Claudio.)

Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar una ofrenda para ministrar a los hermanos que habitaban en Judea.

Y lo hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo.




Jacobo, muerto; Pedro, encarcelado

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Hechos > Jacobo, muerto; Pedro, encarcelado (44:12:1 - 44:12:5)

Entonces, por aquel tiempo, el rey Herodes echó mano de algunos de la iglesia para maltratarlos.

Y a Jacobo, el hermano de Juan, lo hizo matar a espada.

Al ver que esto había agradado a los judíos, procedió a prender también a Pedro. Eran entonces los días de los panes sin levadura.

Cuando le tomó preso, le puso en la cárcel, entregándole a la custodia de cuatro escuadras de cuatro soldados cada una, con la intención de sacarle al pueblo después de la Pascua.

Así que Pedro estaba bajo guardia en la cárcel, pero la iglesia sin cesar hacía oración a Dios por él.




Pedro es librado de la cárcel

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Hechos > Pedro es librado de la cárcel (44:12:6 - 44:12:19)

Cuando Herodes iba a sacarlo, aquella misma noche Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, atado con dos cadenas, y los guardias delante de la puerta vigilaban la cárcel.

Y he aquí se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la celda. Despertó a Pedro dándole un golpe en el costado y le dijo: —¡Levántate pronto! Y las cadenas se le cayeron de las manos.

Entonces le dijo el ángel: —Cíñete y ata tus sandalias. Y así lo hizo. Luego le dijo: —Envuélvete en tu manto y sígueme.

Y habiendo salido, le seguía y no comprendía que lo que hacía el ángel era realidad. Más bien, le parecía que veía una visión.

Cuando habían pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma. Cuando habían salido, avanzaron por una calle, y de repente el ángel se apartó de él.

Entonces Pedro, al volver en sí, dijo: “Ahora entiendo realmente que el Señor ha enviado su ángel y me ha librado de la mano de Herodes y de toda la expectación del pueblo judío.”

Cuando se dio cuenta de esto, fue a la casa de María, la madre de Juan que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban congregados y orando.

Cuando Pedro tocó a la puerta de la entrada, una muchacha llamada Rode salió para responder.

Cuando ella reconoció la voz de Pedro, de puro gozo no abrió la puerta, sino que corrió adentro y anunció que Pedro estaba ante la puerta.

Ellos le dijeron: —¡Estás loca! Pero ella insistía en que así era. Entonces ellos decían: —¡Es su ángel!

Mientras tanto, Pedro persistía en tocar; y cuando abrieron, le vieron y se asombraron.

Con la mano Pedro les hizo señal de guardar silencio y les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Luego dijo: —Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y saliendo se fue a otro lugar.

Cuando se hizo de día, hubo un alboroto no pequeño entre los soldados sobre qué habría pasado con Pedro.

Pero Herodes, como le buscó y no le halló, después de interrogar a los guardias, les mandó ejecutar. Después descendió de Judea a Cesarea y se quedó allí.




Muerte de Herodes

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Hechos > Muerte de Herodes (44:12:20 - 44:12:25)

Herodes estaba furioso con los de Tiro y de Sidón. Pero ellos se presentaron a él de común acuerdo; y habiendo persuadido a Blasto, el camarero mayor del rey, pedían la paz, porque su región era abastecida por la del rey.

En un día señalado, Herodes, vestido de sus vestiduras reales, se sentó en el tribunal y les arengaba.

Y el pueblo aclamaba diciendo: “¡Voz de un dios, y no de un hombre!”

De repente le hirió un ángel del Señor, por cuanto no dio la gloria a Dios. Y murió comido de gusanos.

Pero la palabra de Dios crecía y se multiplicaba.

Bernabé y Saulo volvieron de Jerusalén, una vez cumplido su encargo, tomando también consigo a Juan que tenía por sobrenombre Marcos.