Pacto de Dios con David. Masquil de Etán ezraíta.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Pacto de Dios con David. Masquil de Etán ezraíta. (19:89:1 - 19:89:52)

(Masquil de Eitán el ezraíta) Perpetuamente cantaré las misericordias de Jehovah; con mi boca daré a conocer tu fidelidad de generación en generación.

Diré: Para siempre será edificada la misericordia; en los mismos cielos establecerás tu fidelidad.

“Yo hice un pacto con mi escogido; juré a mi siervo David, diciendo:

Para siempre confirmaré tu descendencia y edificaré tu trono por todas las generaciones.” (Selah)

Los cielos celebrarán, oh Jehovah, tus maravillas; y tu fidelidad, en la congregación de los santos.

Porque, ¿quién en las nubes se comparará con Jehovah? ¿Quién será semejante a Jehovah entre los hijos de los poderosos?

Dios es temible en la gran asamblea de los santos; formidable sobre todos cuantos están a su alrededor.

Oh Jehovah Dios de los Ejércitos, ¿quién como tú? ¡Poderoso eres, oh Jehovah! Tu fidelidad te rodea.

Tú tienes dominio sobre la braveza del mar; cuando sus olas se levantan, tú las sosiegas.

Tú quebrantaste a Rahab como a un cadáver; con el brazo de tu poder esparciste a tus enemigos.

Tuyos son los cielos, tuya es también la tierra; el mundo y su plenitud, tú los fundaste.

Al norte y al sur, tú los creaste; el Tabor y el Hermón cantarán a tu nombre.

Tuyo es el brazo poderoso; fuerte es tu mano, exaltada tu diestra.

La justicia y el derecho son el fundamento de tu trono; la misericordia y la verdad van delante de tu rostro.

¡Bienaventurado el pueblo que conoce el grito de júbilo! Andarán a la luz de tu rostro, oh Jehovah.

En tu nombre se alegrarán todo el día, y en tu justicia serán enaltecidos.

Porque tú eres la gloria de su poder, y por tu buena voluntad exaltarás nuestro poderío.

¡Jehovah es nuestro escudo! ¡Nuestro Rey es el Santo de Israel!

Antaño hablaste en visión a tus piadosos y les dijiste: “Yo he puesto el socorro sobre un valiente; he enaltecido a uno escogido de mi pueblo.

Hallé a mi siervo David y lo ungí con mi aceite santo.

Mi mano estará firme con él; también mi brazo lo fortalecerá.

No lo doblegará el enemigo; ningún hijo de iniquidad lo quebrantará.

Pero yo quebrantaré delante de él a sus enemigos, y heriré a los que le aborrecen.

Mi fidelidad y mi misericordia estarán con él; en mi nombre será enaltecido su poderío.

Asimismo, pondré su mano sobre el mar, y su mano derecha sobre los ríos.

El me dirá: Tú eres mi padre; eres mi Dios y la roca de mi salvación.

Yo también le pondré por primogénito, más alto que los reyes de la tierra.

Para siempre le confirmaré mi misericordia, y mi pacto será firme para con él.

Estableceré su linaje para siempre, y su trono como los días de los cielos.

Si sus hijos dejan mi ley y no caminan en mis juicios,

si profanan mis estatutos y no guardan mis mandamientos,

entonces castigaré con vara su rebelión, y con azotes sus iniquidades.

Pero no retiraré de él mi misericordia, ni falsearé mi fidelidad.

No profanaré mi pacto, ni cambiaré lo que ha salido de mis labios.

Una vez he jurado por mi santidad, y no mentiré a David:

Su descendencia será para siempre; y su trono, delante de mí, como el sol.

Será como la luna, que permanece firme para siempre, un fiel testigo en medio de las nubes.” (Selah)

Pero tú has desechado y menospreciado a tu ungido; te has airado contra él.

Tú has rechazado el pacto de tu siervo, y su diadema has profanado hasta el suelo.

Has roto todos sus vallados y has convertido en ruinas sus fortalezas.

Lo saquean todos los que pasan por el camino; es objeto de afrenta a sus vecinos.

Has enaltecido la mano derecha de sus enemigos, y has alegrado a todos sus adversarios.

Asimismo, has hecho volver atrás su espada y no lo levantaste en la batalla.

Has hecho cesar el cetro de su esplendor, y has echado su trono por tierra.

Has acortado los días de su juventud, y le has cubierto de afrenta. (Selah)

¿Hasta cuándo, oh Jehovah? ¿Te esconderás para siempre? ¿Arderá tu ira como el fuego?

Recuerda, por favor, cuán pasajero soy. ¿Por qué habrás creado en vano a todos los hijos del hombre?

¿Qué hombre vivirá y no verá la muerte? ¿Librarás su vida del poder del Seol? (Selah)

Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias que por tu fidelidad juraste a David?

Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos, el de muchos pueblos que llevo en mi seno.

Porque tus enemigos, oh Jehovah, han deshonrado, han deshonrado los pasos de tu ungido.

¡Bendito sea Jehovah para siempre! Amén y amén.




La eternidad de Dios y la transitoriedad del hombre. Oración de Moisés, varón de Dios.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > La eternidad de Dios y la transitoriedad del hombre. Oración de Moisés, varón de Dios. (19:90:1 - 19:90:17)

(Oración de Moisés, hombre de Dios) Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde la eternidad hasta la eternidad, tú eres Dios.

Haces que el hombre vuelva al polvo. Dices: “¡Retornad, oh hijos del hombre!”

Pues mil años delante de tus ojos son como el día de ayer, que pasó. Son como una de las vigilias de la noche.

Los arrasas; son como un sueño: En la mañana son como la hierba que crece;

en la mañana brota y crece, y al atardecer se marchita y se seca.

Porque con tu furor somos consumidos, y con tu ira somos turbados.

Has puesto nuestras maldades delante de ti; nuestros secretos están ante la luz de tu rostro.

Pues todos nuestros días pasan a causa de tu ira; acabamos nuestros años como un suspiro.

Los días de nuestra vida son setenta años; y en los más robustos, ochenta años. La mayor parte de ellos es duro trabajo y vanidad; pronto pasan, y volamos.

¿Quién conoce el poder de tu ira y de tu indignación, como debes ser temido?

Enséñanos a contar nuestros días, de tal manera que traigamos al corazón sabiduría.

¡Vuelve, oh Jehovah! ¿Hasta cuándo? Ten compasión de tus siervos.

Por la mañana sácianos de tu misericordia, y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días.

Alégranos conforme a los días de nuestra aflicción, y a los años en que hemos visto el mal.

Sea manifestada tu obra a tus siervos, y tu esplendor sobre sus hijos.

Sea sobre nosotros la gracia de Jehovah nuestro Dios. La obra de nuestras manos confirma entre nosotros; sí, confirma la obra de nuestras manos.




Morando bajo la sombra del Omnipotente

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Morando bajo la sombra del Omnipotente (19:91:1 - 19:91:16)

El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Todopoderoso.

Diré yo a Jehovah: “¡Refugio mío y castillo mío, mi Dios en quien confío!”

Porque él te librará de la trampa del cazador y de la peste destructora.

Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas te refugiarás; escudo y defensa es su verdad.

No tendrás temor de espanto nocturno, ni de flecha que vuele de día,

ni de peste que ande en la oscuridad, ni de plaga que en pleno día destruya.

Caerán a tu lado mil y diez mil a tu mano derecha, pero a ti no llegará.

Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos.

Porque a Jehovah, que es mi refugio, al Altísimo, has puesto como tu morada,

no te sobrevendrá mal, ni la plaga se acercará a tu tienda.

Pues a sus ángeles dará órdenes acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos.

En sus manos te llevarán, de modo que tu pie no tropiece en piedra.

Sobre el león y la cobra pisarás; hollarás al leoncillo y a la serpiente.

“Porque en mí ha puesto su amor, yo lo libraré; lo pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.

El me invocará, y yo le responderé; con él estaré en la angustia. Lo libraré y lo glorificaré;

lo saciaré de larga vida y le mostraré mi salvación.”




Alabanza por la bondad de Dios. Salmo. Cántico para el día de reposo.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Alabanza por la bondad de Dios. Salmo. Cántico para el día de reposo. (19:92:1 - 19:92:15)

(Salmo. Cántico para el día de sábado) Bueno es alabar a Jehovah, cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo.

Bueno es anunciar por la mañana tu misericordia y tu verdad en las noches,

con el arpa de diez cuerdas y la lira, con el tono suave del arpa.

Ciertamente me has alegrado, oh Jehovah, con tus hechos, grito de gozo por las obras de tus manos.

¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehovah! Muy profundos son tus pensamientos.

El hombre necio no sabe, y el insensato no entiende esto:

que los impíos brotan como la hierba, y que todos los que hacen iniquidad florecen para ser destruidos para siempre.

Pero tú, oh Jehovah, para siempre eres el Altísimo.

Porque he aquí tus enemigos, oh Jehovah; porque he aquí, tus enemigos perecerán. Serán dispersados todos los que hacen iniquidad.

Pero tú enaltecerás mi poder como el de un toro salvaje, y sobre mí verterás aceite fresco.

Mis ojos mirarán sobre mis enemigos; mis oídos oirán de los malhechores que se levantaron contra mí.

El justo florecerá como la palmera; crecerá alto como el cedro en el Líbano.

Plantados estarán en la casa de Jehovah; florecerán en los atrios de nuestro Dios.

Aun en la vejez fructificarán. Estarán llenos de savia y frondosos,

para anunciar que Jehovah, mi roca, es recto, y que en él no hay injusticia.




La majestad de Jehová

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > La majestad de Jehová (19:93:1 - 19:93:5)

¡Jehovah reina! Se ha vestido de magnificencia. Jehovah se ha vestido de poder y se ha ceñido. También afirmó el mundo, y no se moverá.

Firme es tu trono desde la antigüedad; tú eres desde la eternidad.

Alzaron los ríos, oh Jehovah, alzaron los ríos su sonido; alzaron los ríos su estruendo.

Jehovah en las alturas es más poderoso que el estruendo de muchas aguas, más que las recias olas del mar.

Tus testimonios son muy firmes. La santidad adorna tu casa, oh Jehovah, a través de los años.