Oración de un penitente. Salmo de David, para recordar.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Oración de un penitente. Salmo de David, para recordar. (19:38:1 - 19:38:22)

(Salmo de David. Para conmemorar) Oh Jehovah, no me reprendas en tu furor, ni me castigues en tu ira.

Porque tus flechas han penetrado en mí, y sobre mí ha descendido tu mano.

No hay parte sana en mi cuerpo a causa de tu ira; no hay paz en mis huesos a causa de mi pecado.

Porque mis iniquidades han sobrepasado mi cabeza; como carga pesada me agobian.

Hieden y supuran mis heridas a causa de mi locura.

Estoy encorvado y abatido en gran manera; ando enlutado todo el día.

Porque mis espaldas están inflamadas, y no hay parte sana en mi cuerpo.

Estoy debilitado y totalmente molido; gimo a causa de la conmoción de mi corazón.

Oh Señor, delante de ti están todos mis deseos, y mi gemido no te es oculto.

Mi corazón palpita fuertemente, y mi vigor me ha abandonado. Aun la luz de mis ojos ya no está conmigo.

Mis amigos y compañeros se han apartado de mi plaga; mis parientes se han mantenido alejados.

Los que buscaban mi vida armaron trampas, y los que procuraban mi mal profirieron amenazas. Maquinaban fraudes todo el día.

Pero yo, como si fuera sordo, no escuchaba, y era como un mudo que no abre la boca.

Actué como un hombre que no oye, y en cuya boca no hay amonestación.

Pues en ti, oh Jehovah, he esperado; tú responderás, oh Jehovah, Dios mío.

Porque dije: “No sea que se alegren de mí, y cuando resbale mi pie, se enaltezcan sobre mí.”

Porque yo estoy a punto de caer, y mi dolor está delante de mí continuamente.

Por eso confesaré mi iniquidad; me acongojaré por mi pecado.

Porque mis enemigos están vivos y fuertes; se han aumentado los que me aborrecen sin motivo.

Los que pagan mal por bien me son hostiles, por seguir yo lo bueno.

No me desampares, oh Jehovah. Dios mío, no te alejes de mí;

apresúrate a socorrerme, oh Señor, salvación mía.




El carácter transitorio de la vida. Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > El carácter transitorio de la vida. Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David. (19:39:1 - 19:39:13)

(Al músico principal. A Jedutún. Salmo de David) Yo dije: “Cuidaré mis caminos para no pecar con mi lengua. Guardaré mi boca con freno, en tanto que el impío esté frente a mí.”

Enmudecí, quedé en silencio; me callé aun respecto de lo bueno, pero mi dolor se agravó.

Mi corazón se enardeció dentro de mí; fuego se encendió en mi suspirar, y así hablé con mi lengua:

Hazme saber, oh Jehovah, mi final, y cuál sea la medida de mis días. Sepa yo cuán pasajero soy.

He aquí, has hecho que mis días sean breves; mi existencia es como nada delante de ti. De veras, sólo vanidad es todo hombre en su gloria. (Selah)

En la oscuridad deambula el hombre; de veras, en vano se inquieta por acumular, y no sabe quién lo recogerá.

Ahora, oh Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti.

Líbrame de todas mis rebeliones; no me pongas por burla del insensato.

Enmudecí; no abrí mi boca, porque tú eres quien lo hizo.

Aparta de mí tu plaga; por el movimiento de tu mano soy consumido.

Con castigos por el pecado corriges al hombre, y deshaces como polilla su hermosura. Ciertamente vanidad es todo hombre. (Selah)

Escucha mi oración, oh Jehovah; oye mi clamor y no calles ante mis lágrimas. Porque forastero soy para ti, un advenedizo, como todos mis padres.

Aparta de mí tu mirada, de modo que me alegre antes que me vaya y deje de ser.




Alabanza por la liberación divina. Al músico principal. Salmo de David.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Alabanza por la liberación divina. Al músico principal. Salmo de David. (19:40:1 - 19:40:17)

(Al músico principal. Salmo de David) Pacientemente esperé a Jehovah, y él se inclinó a mí y oyó mi clamor.

Y me hizo subir del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso. Puso mis pies sobre una roca y afirmó mis pasos.

Puso en mi boca un cántico nuevo, una alabanza a nuestro Dios. Muchos verán esto y temerán, y confiarán en Jehovah.

Bienaventurado el hombre que pone su confianza en Jehovah, y no vuelve la mirada a los soberbios, ni a los que se enredan con la falsedad.

Oh Jehovah, Dios mío, tú has multiplicado tus maravillas y tus pensamientos para con nosotros. No hay nadie comparable a ti. Si intentara referirme y hablar de ellos, serían demasiados como para ser contados.

El sacrificio y la ofrenda no te agradan; tú has abierto mis oídos. Holocaustos y sacrificios por el pecado no has pedido.

Entonces dije: “He aquí, yo vengo. En el rollo de pergamino está escrito acerca de mí:

El hacer tu voluntad, oh Dios mío, me ha agradado; y tu ley está en medio de mi corazón.”

He anunciado justicia en la gran congregación; he aquí, no he detenido mis labios. Oh Jehovah, tú lo sabes.

No he encubierto tu justicia dentro de mi corazón; he proclamado tu fidelidad y tu salvación. No he ocultado tu misericordia ni tu verdad en la gran congregación.

Tú, oh Jehovah, no detengas de mí tu compasión; que tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.

Porque me han rodeado males incontables; me han alcanzado mis iniquidades, y no puedo levantar la vista. Son más numerosos que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me ha fallado.

¡Ten a bien, oh Jehovah, librarme! ¡Oh Jehovah, apresúrate a socorrerme!

Sean avergonzados y humillados a una los que buscan mi vida para cortarla.

Vuelvan atrás y sean confundidos los que desean mi mal. Sean desolados a causa de su vergüenza los que dicen: “¡Ajá, ajá!”

Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan. Digan siempre los que aman tu salvación: “¡Jehovah sea engrandecido!”

Aunque yo sea pobre y necesitado, Jehovah pensará en mí. Tú eres mi ayuda y mi libertador; ¡Oh Dios mío, no te tardes!




Oración pidiendo salud. Al músico principal. Salmo de David.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Oración pidiendo salud. Al músico principal. Salmo de David. (19:41:1 - 19:41:13)

(Al músico principal. Salmo de David) ¡Bienaventurado el que se preocupa del pobre! En el día malo lo librará Jehovah.

Jehovah lo guardará y le dará vida, para que sea feliz en la tierra. No lo entregará a la voluntad de sus enemigos.

Jehovah lo sustentará en el lecho de dolor. En su enfermedad, tú transformarás su postración.

Yo dije: “Oh Jehovah, ten misericordia de mí; sana mi alma, porque contra ti he pecado.”

Mis enemigos hablan mal de mí y preguntan: “¿Cuándo se morirá, y perecerá su nombre?”

Si alguien viene a verme, habla mentira. Su corazón acumula iniquidad para sí, y saliendo afuera, lo divulga.

Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen; contra mí traman el mal.

“Algo abominable se ha derramado sobre él. El que cayó en la cama no se volverá a levantar.”

Aun mi amigo íntimo, en quien yo confiaba y quien comía de mi pan, ha levantado contra mí el talón.

Pero tú, oh Jehovah, ten misericordia de mí; haz que me levante, y les daré su merecido.

En esto conoceré que de mí te has agradado: en que mi enemigo no cante victoria sobre mí.

En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado, y me haces estar delante de ti para siempre.

¡Bendito sea Jehovah Dios de Israel, desde la eternidad hasta la eternidad! Amén y amén.




Mi alma tiene sed de Dios. Al músico principal. Masquil de los hijos de Coré.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Mi alma tiene sed de Dios. Al músico principal. Masquil de los hijos de Coré. (19:42:1 - 19:42:11)

(Al músico principal. Masquil de los hijos de Coré) Como ansía el venado las corrientes de las aguas, así te ansía a ti, oh Dios, el alma mía.

Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo iré para presentarme delante de Dios?

Mis lágrimas han sido mi alimento día y noche, mientras me dicen todos los días: “¿Dónde está tu Dios?”

Recuerdo estas cosas y derramo mi alma dentro de mí: cuando pasaba con la muchedumbre, guiándolos hasta la casa de Dios, con voz de alegría y de acción de gracias de la multitud en fiesta.

¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera a Dios, porque aún le he de alabar. ¡El es la salvación de mi ser,

y mi Dios! Mi alma está abatida dentro de mí. Por esto me acordaré de ti en la tierra del Jordán y del Hermón, en el monte de Mizar.

Un abismo llama a otro por la voz de tus cascadas; todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.

De día, mandará Jehovah su misericordia; y de noche, su canción estará conmigo, la oración al Dios de mi vida.

Diré a Dios: “Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué he de andar enlutado por la opresión del enemigo?”

Mientras mis huesos se quebrantan, mis enemigos me afrentan diciéndome cada día: “¿Dónde está tu Dios?”

¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera a Dios, porque aún le he de alabar. ¡El es la salvación de mi ser, y mi Dios!