Moisés y Aarón ante Faraón

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Éxodo > Moisés y Aarón ante Faraón (2:5:1 - 2:5:21)

Después Moisés y Aarón fueron al faraón y le dijeron: —Jehovah, el Dios de Israel, dice así: “Deja ir a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el desierto.”

Pero el faraón respondió: —¿Quién es Jehovah para que yo escuche su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehovah, ni tampoco dejaré ir a Israel.

Ellos le dijeron: —El Dios de los hebreos ha venido a nuestro encuentro. Permite que vayamos al desierto, a tres días de camino, para ofrecer sacrificios a Jehovah nuestro Dios, no sea que nos castigue con peste o con espada.

Entonces el rey de Egipto les dijo: —¡Moisés y Aarón! ¿Por qué distraéis al pueblo de sus labores? ¡Volved a vuestras tareas!

—Dijo también el faraón—: Ciertamente el pueblo de la tierra es ahora numeroso; no obstante, vosotros les habéis hecho suspender sus labores.

Aquel mismo día el faraón mandó decir a los capataces del pueblo y a sus vigilantes:

—Ya no daréis paja al pueblo para hacer los adobes, como hacíais antes. ¡Que vayan ellos y recojan por sí mismos la paja!

Sin embargo, les impondréis la misma cantidad de adobes que hacían antes. No les disminuiréis nada, porque están ociosos. Por eso gritan diciendo: “Vayamos y ofrezcamos sacrificios a nuestro Dios.”

Hágase más pesado el trabajo de los hombres, para que se ocupen en él y no presten atención a palabras mentirosas.

Los capataces del pueblo y sus vigilantes salieron y hablaron al pueblo diciendo: —Así ha dicho el faraón: “Yo no os daré paja.

Id y recoged por vosotros mismos la paja donde la halléis, pero en nada se disminuirá vuestra tarea.”

Entonces el pueblo se dispersó por toda la tierra de Egipto para recoger rastrojo en lugar de paja.

Y los capataces los apremiaban diciendo: —Terminad vuestra tarea, lo de cada día en su día, como cuando se os daba paja.

Y azotaron a los vigilantes de los hijos de Israel que habían sido puestos por los capataces del faraón, y les dijeron: —¿Por qué no habéis completado vuestra cantidad de adobes ni ayer ni hoy, como antes?

Los vigilantes de los hijos de Israel fueron al faraón y se quejaron ante él diciendo: —¿Por qué procedes así con tus siervos?

No se da paja a tus siervos, y con todo nos dicen: “¡Haced adobes!” He aquí, tus siervos son azotados, cuando la culpa es de tu propio pueblo.

El respondió: —¡Estáis ociosos! ¡Sí, ociosos! Por eso decís: “Vayamos y ofrezcamos sacrificios a Jehovah.”

Id, pues, ahora y trabajad. No se os dará paja, pero habréis de entregar la misma cantidad de adobes.

Entonces los vigilantes de los hijos de Israel se vieron en aflicción, cuando les dijeron: “No se disminuirá en nada vuestra cantidad diaria de adobes.”

Cuando ellos salían del palacio del faraón, se encontraron con Moisés y Aarón, que estaban esperándolos,

y les dijeron: —Jehovah os mire y os juzgue, pues nos habéis hecho odiosos ante los ojos del faraón y los de sus servidores, poniendo en sus manos la espada para que nos maten.




Jehová comisiona a Moisés y a Aarón

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Éxodo > Jehová comisiona a Moisés y a Aarón (2:5:22 - 2:7:7)

Entonces Moisés se volvió a Jehovah y le dijo: —Señor, ¿por qué maltratas a este pueblo? ¿Para qué me enviaste?

Porque desde que fui al faraón para hablarle en tu nombre, él ha maltratado a este pueblo, y tú no has librado a tu pueblo.

Jehovah respondió a Moisés: —Ahora verás lo que yo haré al faraón, porque sólo a causa de una poderosa mano los dejará ir. A causa de una poderosa mano los ha de echar de su tierra.

—Además, Dios dijo a Moisés—: Yo soy Jehovah.

Yo me aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Todopoderoso; pero con mi nombre Jehovah no me di a conocer a ellos.

Yo también establecí mi pacto con ellos, prometiendo darles la tierra de Canaán, la tierra en la cual peregrinaron y habitaron como forasteros.

Asimismo, yo he escuchado el gemido de los hijos de Israel, a quienes los egipcios esclavizan, y me he acordado de mi pacto.

Por tanto, di a los hijos de Israel: “Yo soy Jehovah. Yo os libraré de las cargas de Egipto y os libertaré de su esclavitud. Os redimiré con brazo extendido y con grandes actos justicieros.

Os tomaré como pueblo mío, y yo seré vuestro Dios. Vosotros sabréis que yo soy Jehovah vuestro Dios, que os libra de las cargas de Egipto.

Yo os llevaré a la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob. Yo os la daré en posesión. Yo Jehovah.”

De esta manera habló Moisés a los hijos de Israel, pero ellos no escucharon a Moisés, a causa del decaimiento de ánimo y de la dura esclavitud.

Entonces Jehovah habló a Moisés diciendo:

—Vé al faraón rey de Egipto y dile que deje ir de su tierra a los hijos de Israel.

Y Moisés respondió a Jehovah diciendo: —Si los hijos de Israel no me escuchan, ¿cómo, pues, me escuchará el faraón, siendo yo falto de elocuencia?

Entonces Jehovah habló a Moisés y a Aarón, y les dio mandamiento para los hijos de Israel y para el faraón rey de Egipto, a fin de sacar a los hijos de Israel de la tierra de Egipto.

Estos son los jefes de sus casas paternas: Los hijos de Rubén, primogénito de Israel, fueron: Hanoc, Falú, Hesrón y Carmi. Estos son los clanes de Rubén.

Los hijos de Simeón fueron: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zojar y Saúl, hijo de la cananea. Estos son los clanes de Simeón.

Estos son los nombres de los hijos de Leví, según sus generaciones: Gersón, Cohat y Merari. Los años de la vida de Leví fueron 137.

Los hijos de Gersón fueron Libni y Simei, según sus clanes.

Los hijos de Cohat fueron: Amram, Izjar, Hebrón y Uziel. Los años de la vida de Cohat fueron 133.

Los hijos de Merari fueron Majli y Musi. Estos son los clanes de Leví, según sus generaciones.

Amram tomó por mujer a Jocabed su tía, quien le dio a luz a Aarón y a Moisés. Los años de la vida de Amram fueron 137.

Los hijos de Izjar fueron: Coré, Néfeg y Zicri.

Los hijos de Uziel fueron: Misael, Elzafán y Sitri.

Aarón tomó por mujer a Elisabet hija de Aminadab, hermana de Najsón, quien le dio a luz a Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar.

Los hijos de Coré fueron: Asir, Elcana y Abiasaf. Estos son los clanes de los coreítas.

Eleazar hijo de Aarón tomó por mujer a una de las hijas de Putiel, la cual le dio a luz a Fineas. Estos son los jefes de las casas paternas de los levitas, según sus clanes.

Estos son aquel Aarón y aquel Moisés, a quienes Jehovah dijo: “Sacad a los hijos de Israel de la tierra de Egipto, según sus ejércitos.”

Ellos son los que hablaron al faraón rey de Egipto para sacar de Egipto a los hijos de Israel. Estos fueron Moisés y Aarón.

Sucedió esto el día en que Jehovah habló a Moisés en la tierra de Egipto.

Jehovah habló a Moisés diciendo: —Yo soy Jehovah. Di al faraón, rey de Egipto, todas las cosas que yo te diga a ti.

Moisés respondió a Jehovah: —He aquí que yo soy un hombre falto de elocuencia; ¿cómo, pues, me escuchará el faraón?

Entonces Jehovah dijo a Moisés: —Mira, yo te he puesto como dios para el faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta.

Tú dirás todas las cosas que yo te mande, y Aarón tu hermano hablará al faraón para que deje ir de su tierra a los hijos de Israel.

Yo endureceré el corazón del faraón y multiplicaré mis señales y mis prodigios en la tierra de Egipto.

El faraón no os escuchará. Pero yo pondré mi mano sobre Egipto y sacaré a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto con grandes actos justicieros.

Así sabrán los egipcios que yo soy Jehovah, cuando extienda mi mano sobre Egipto y saque a los hijos de Israel de en medio de ellos.

Moisés y Aarón hicieron como Jehovah les mandó; así lo hicieron.

Moisés tenía 80 años y Aarón 83 años, cuando hablaron al faraón.




La vara de Aarón

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Éxodo > La vara de Aarón (2:7:8 - 2:7:13)

Jehovah habló a Moisés y a Aarón diciendo:

—Cuando el faraón os responda y diga: “Mostrad señales,” tú dirás a Aarón: “Toma tu vara y arrójala delante del faraón, y ella se transformará en una serpiente.”

Fueron, pues, Moisés y Aarón al faraón, e hicieron como Jehovah les había mandado: Aarón echó su vara delante del faraón y de sus servidores, y se convirtió en una serpiente.

El faraón también llamó a los sabios y a los hechiceros, y también ellos, los magos de Egipto, hicieron lo mismo con sus encantamientos.

Cada uno echó su vara, las cuales se convirtieron en serpientes; pero la vara de Aarón se tragó las varas de ellos.

Y el corazón del faraón se endureció, y no los escuchó, tal como Jehovah había dicho.




La plaga de sangre

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Éxodo > La plaga de sangre (2:7:14 - 2:7:25)

Entonces Jehovah dijo a Moisés: —El corazón del faraón se ha endurecido, y rehúsa dejar ir al pueblo.

Vé por la mañana al faraón, cuando él salga al río. Ponte frente a él a la orilla del Nilo. Toma en tu mano la vara que se transformó en serpiente,

y dile: “Jehovah, el Dios de los hebreos, me ha enviado a ti para decirte: Deja ir a mi pueblo para que me sirva en el desierto. Pero he aquí que hasta ahora no has querido escuchar.

Así ha dicho Jehovah: En esto conocerás que yo soy Jehovah; he aquí, con la vara que tengo en mi mano golpearé las aguas del Nilo, y éstas se convertirán en sangre.

Los peces que hay en el Nilo morirán. El Nilo apestará, y los egipcios tendrán asco de beber agua del Nilo.”

Jehovah dijo también a Moisés: —Di a Aarón: “Toma tu vara y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus canales, sobre sus estanques y sobre todos sus depósitos de agua; y ellas se convertirán en sangre.” Habrá sangre en toda la tierra de Egipto, hasta en los baldes de madera y en las vasijas de piedra.

Moisés y Aarón hicieron como les mandó Jehovah. Alzó la vara y golpeó las aguas del Nilo en presencia del faraón y de sus servidores, y todas las aguas del Nilo se convirtieron en sangre.

Los peces que había en el Nilo murieron. Y el Nilo apestaba, de modo que los egipcios no podían beber de él. Hubo sangre en toda la tierra de Egipto.

Pero los magos de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos. Y el corazón del faraón se endureció, y no los escuchó, tal como Jehovah lo había dicho.

Después se volvió el faraón y entró en su casa, y no quiso prestar más atención al asunto.

Y todos los egipcios hicieron pozos alrededor del Nilo para beber, porque no podían beber las aguas del Nilo.

Pasaron siete días después que Jehovah golpeó el Nilo.




La plaga de ranas

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Éxodo > La plaga de ranas (2:8:1 - 2:8:15)

Entonces Jehovah dijo a Moisés: —Vé al faraón y dile que Jehovah ha dicho así: “Deja ir a mi pueblo para que me sirva.

Y si rehúsas dejarlo ir, he aquí yo castigaré todo tu territorio con una plaga de ranas.

El Nilo se llenará de ranas, las cuales subirán y entrarán en tu casa y en tu dormitorio, y sobre tu cama. Entrarán en las casas de tus servidores y de tu pueblo. Entrarán en tus hornos y en tus artesas de amasar.

Las ranas subirán sobre ti, sobre tu pueblo y sobre todos tus servidores.”

—Jehovah dijo también a Moisés—: Di a Aarón: “Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, sobre los canales y sobre los estanques; y haz subir ranas sobre la tierra de Egipto.”

Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto.

Pero los magos hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron subir ranas sobre la tierra de Egipto.

Entonces el faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: —Rogad a Jehovah para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y dejaré ir al pueblo para que ofrezca sacrificios a Jehovah.

Y Moisés dijo al faraón: —Dígnate indicarme cuándo he de rogar por ti, por tus servidores y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas, y solamente queden en el Nilo.

Y él dijo: —Mañana. Y Moisés respondió: —Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay otro como Jehovah nuestro Dios.

Las ranas se irán de ti, de tus casas, de tus servidores y de tu pueblo, y solamente quedarán en el Nilo.

Entonces salieron Moisés y Aarón de la presencia del faraón. Y Moisés clamó a Jehovah por el asunto de las ranas que había mandado sobre el faraón.

Jehovah hizo conforme a la palabra de Moisés. Murieron las ranas de las casas, de los patios y de los campos.

Las juntaron en muchos montones, y la tierra apestaba.

Pero viendo el faraón que le habían dado alivio, endureció su corazón y no los escuchó, tal como Jehovah lo había dicho.