Los judíos destruyen a sus enemigos

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Ester > Los judíos destruyen a sus enemigos (17:9:1 - 17:9:15)

El día 13 del mes duodécimo, que es el mes de Adar, cuando habían de ser ejecutados la palabra del rey y su decreto, el mismo día en que los enemigos de los judíos esperaban ganar poder sobre ellos, ocurrió todo lo contrario. Porque fueron los judíos los que ganaron poder sobre los que les aborrecían.

Los judíos se congregaron en sus ciudades en todas las provincias del rey Asuero, para echar mano sobre los que habían procurado su mal. Nadie les pudo resistir, porque en todos los pueblos había caído el miedo a ellos.

Todos los magistrados de las provincias, los sátrapas, los gobernadores y los encargados de las obras del rey enaltecían a los judíos, porque el miedo a Mardoqueo había caído sobre ellos.

Pues Mardoqueo era grande en el palacio real; su fama se difundía por todas las provincias, y se iba engrandeciendo más y más.

Los judíos dieron a sus enemigos un golpe de espada con matanza y destrucción, e hicieron con sus enemigos lo que quisieron.

En Susa, la capital, los judíos mataron y destruyeron a 500 hombres.

Entonces mataron a Parsandata, Dalfón, Aspata,

Porata, Adalías, Aridata,

Parmasta, Arisai, Aridai y Vaizata,

los diez hijos de Amán hijo de Hamedata, el enemigo de los judíos. Pero no echaron mano a sus despojos.

El mismo día llegó al rey el número de los muertos en Susa, la capital.

Y el rey dijo a la reina Ester: —Si en Susa, la capital, los judíos han matado y destruido a 500 hombres y a los diez hijos de Amán, ¿qué habrán hecho en las otras provincias del rey? ¿Cuál es, pues, tu petición? Te será dada. ¿Qué más solicitas? Y será hecho.

Y Ester respondió: —Si al rey le parece bien, concédase también mañana a los judíos en Susa, para que hagan conforme a lo decretado para hoy, y que cuelguen en la horca a los diez hijos de Amán.

El rey mandó que se hiciera así. El decreto se promulgó en Susa, y colgaron a los diez hijos de Amán.

Entonces los judíos que estaban en Susa se congregaron también el día 14 del mes de Adar, y mataron en Susa a 300 hombres. Pero no echaron mano a sus despojos.




La fiesta de Purim

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Ester > La fiesta de Purim (17:9:16 - 17:9:32)

También el resto de los judíos que estaban en las provincias del reino se congregó para defenderse y así descansar de sus enemigos, y mataron a 75.000 de los que les aborrecían. Pero no echaron mano a sus despojos.

Esto ocurrió el día 13 del mes de Adar. Y el día 14 del mismo mes reposaron y lo hicieron día de banquete y de regocijo.

Pero los judíos que estaban en Susa se congregaron el 13 y también el 14 del mismo mes, y el 15 del mes reposaron y lo hicieron día de banquete y de regocijo.

Por eso los judíos que viven a campo abierto en las aldeas sin muros, hacen del 14 del mes de Adar un día de alegría, de banquete y de fiesta, y para enviar porciones, cada uno a su vecino.

Mardoqueo escribió estas cosas y envió cartas a todos los judíos que estaban en todas las provincias del rey Asuero, cercanas y lejanas,

ordenándoles que celebraran cada año los días 14 y 15 del mes de Adar;

porque en estos días los judíos tuvieron reposo de sus enemigos. El mes que de tristeza se cambió en alegría, y de duelo en día de fiesta, se les ordenó que lo celebrasen con días de banquete y de regocijo, y para enviar porciones, cada uno a su vecino, y regalos a los necesitados.

Los judíos aceptaron hacer lo que habían comenzado a celebrar y lo que les escribió Mardoqueo,

porque Amán hijo de Hamedata, el agageo, enemigo de todos los judíos, había planeado el exterminio de los judíos y había realizado un pur, es decir, un sorteo para confundirlos y acabar con ellos.

Pero cuando Ester fue a la presencia del rey, éste declaró por escrito que el perverso plan que concibió contra los judíos recayera sobre su cabeza. Y colgaron a él y a sus hijos en la horca.

Por esto llamaron a estos días Purim, debido a la palabra pur. Entonces, por todas las palabras de este documento, por lo que ellos habían visto al respecto y por lo que les había sucedido,

los judíos establecieron y se comprometieron a aceptar para ellos mismos, para sus descendientes y para todos los que se hubiesen adherido a ellos, la obligación de no dejar de celebrar estos dos días, según está escrito al respecto, en su respectiva fecha, cada año.

Y estos días son recordados y celebrados de generación en generación en todas las familias, provincias y ciudades. Estos días de Purim no dejarán de celebrarse entre los judíos, ni su memoria cesará entre sus descendientes.

La reina Ester hija de Abijail, junto con el judío Mardoqueo, suscribió con plena autoridad confirmando esta segunda carta acerca de Purim.

Mardoqueo envió cartas a todos los judíos, a las 127 provincias del reino de Asuero, con palabras de paz y verdad,

para instituir estos días de Purim en sus fechas señaladas, tal como el judío Mardoqueo y la reina Ester habían establecido para ellos, tal como lo habían aceptado para ellos mismos y para sus descendientes, con respecto a sus ayunos y a su clamor.

El mandato de Ester confirmó estas cosas acerca de Purim, y fue escrito en un libro.




Grandeza de Mardoqueo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Ester > Grandeza de Mardoqueo (17:10:1 - 17:10:3)

El rey Asuero impuso tributo sobre la tierra y las costas del mar.

Todos los hechos de su autoridad y de su poder, y el acta de la grandeza de Mardoqueo, a la que le elevó el rey, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Media y de Persia?

Porque el judío Mardoqueo fue el segundo después del rey Asuero. El fue grande entre los judíos y querido por la mayoría de sus hermanos. Procuraba el bienestar de su pueblo y promovía la paz entre todos los de su linaje.




Zofar describe las calamidades de los malos

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Job > Zofar describe las calamidades de los malos (18:20:1 - 18:20:29)

Entonces intervino Zofar el namatita y dijo:

—Es que mis inquietantes pensamientos me hacen responder, y a causa de ello estoy dolorido.

He oído una reprensión que me afrenta, y mi espíritu comprensivo me mueve a responder.

¿Acaso sabes esto, que desde la antigüedad, desde que fue puesto el hombre sobre la tierra,

el júbilo de los malvados es breve, y la alegría del impío dura sólo por un momento?

Aunque su altivez suba hasta el cielo, y su cabeza alcance a las nubes,

como su propio excremento, perecerá para siempre, y los que lo vean dirán: “¿Dónde está él?”

Como un sueño se esfumará y no será hallado; se disipará como una visión nocturna.

El ojo que lo veía no lo verá más, ni su lugar lo volverá a contemplar.

Sus hijos pedirán favores a los pobres, y sus manos devolverán su riqueza.

Sus huesos, aún llenos de vigor juvenil, yacerán con él en el polvo.

Aunque el mal sea dulce en su boca, y lo esconda debajo de su lengua,

aunque lo guarde y no lo deje ir, sino que lo retenga en su paladar,

con todo su comida se descompondrá en sus entrañas; veneno de áspides habrá dentro de él.

Devoró riquezas, pero las vomitará; Dios las sacará de su vientre.

Chupará veneno de áspides; lo matará la lengua de la víbora.

No verá los arroyos, los ríos fluyendo miel y leche.

Devolverá el fruto de su labor sin haberlo tragado; no gozará de la utilidad de sus negocios.

Porque oprimió y desamparó a los pobres, y despojó casas que no había edificado.

Porque no conoció sosiego en su interior, no se salvará ni con su más preciado tesoro.

Nada quedó que no comiese; por eso no durará su prosperidad.

En la plenitud de su opulencia tendrá estrechez; toda la fuerza de la miseria caerá sobre él.

Cuando se ponga a llenar su estómago, Dios enviará sobre él el ardor de su ira; hará llover sobre él el fuego de su furor.

Huirá de las armas de hierro, pero una flecha de bronce lo atravesará.

Saldrá una flecha por su espalda; y la punta resplandeciente, por su hiel. Los horrores vendrán sobre él.

Todas las tinieblas le están reservadas, como si fueran su tesoro. Un fuego no atizado lo devorará, y serán quebrantados los que hayan quedado en su morada.

Los cielos revelarán su iniquidad, y la tierra se levantará contra él.

El producto de su casa será llevado por los torrentes en el día de su furor.

Esta es la porción de parte de Dios para el hombre impío, la heredad que por su palabra le ha asignado Dios.




Job afirma que los malos prosperan

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Job > Job afirma que los malos prosperan (18:21:1 - 18:21:34)

Entonces respondió Job y dijo:

—Escuchad atentamente mis palabras; sea esto vuestra consolación.

Soportadme, y yo hablaré; y después que yo haya hablado, burlaos.

¿Acaso me quejo ante algún hombre? ¿Por qué no se ha de impacientar mi espíritu?

Volved la cara hacia mí y horrorizaos; poned la mano sobre la boca.

Aun cuando recuerdo, me espanto; y el estremecimiento se apodera de mi carne.

¿Por qué viven los impíos y se envejecen, y además crecen en riquezas?

Sus descendientes se establecen delante de ellos; sus vástagos permanecen ante sus ojos.

Sus casas están libres de temor, y sobre ellos no está el azote de Dios.

Su toro fecunda sin fallar; sus vacas paren y no pierden crías.

Sus pequeños salen como si fueran manada; sus niños van danzando.

Cantan al son del tamboril y del arpa; se regocijan al son de la flauta.

Pasan sus días en la prosperidad, y con tranquilidad descienden al Seol.

Luego dicen a Dios: “¡Apártate de nosotros! No queremos el conocimiento de tus caminos.

¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿De qué nos aprovechará que oremos ante él?”

He aquí que la prosperidad de ellos no está en sus propias manos. ¡Lejos esté de mí el consejo de los impíos!

¿Cuántas veces es apagada la lámpara de los impíos, o viene sobre ellos la calamidad, o Dios en su ira les reparte destrucción?

Son como la paja ante el viento, o como el tamo que arrebata el huracán.

¿Acumulará Dios castigo para sus hijos? ¡Séale dada a él retribución, para que aprenda!

¡Que sus propios ojos vean su ruina, y beba de la ira del Todopoderoso!

Porque, ¿qué deleite tendrá él en su familia, después de morir, cuando el número de sus meses ha llegado a su fin?

¿Acaso se le enseñará sabiduría a Dios, siendo que él es quien juzga aun a los que están en lo alto?

Uno muere en pleno vigor, estando del todo próspero y tranquilo,

con sus lomos llenos de gordura y sus huesos empapados de tuétano.

Y otro muere con el alma amargada, sin haber comido jamás con gusto.

Pero ambos yacen en el polvo, y los gusanos los cubren.

He aquí, yo conozco vuestros pensamientos y las intrigas que hacéis contra mí.

Porque decís: “¿Dónde está la casa del noble? ¿Dónde está la morada que cobijaba a los impíos?”

¿No habéis preguntado a los que pasan por el camino? ¿No habéis reconocido sus indicaciones

de que el malo es preservado en el día de la calamidad, y que serán conducidos en el día de la ira?

¿Quién le denuncia su camino ante su misma cara? ¿Quién le da su merecido por lo que ha hecho?

Pero él será conducido al sepulcro, y sobre su túmulo se hará vigilancia.

Los terrones del valle le serán dulces; detrás de él será arrastrado todo hombre, y delante de él los habrá innumerables.

¿Cómo, pues, me consoláis con palabras huecas? De vuestras respuestas sólo queda el engaño.