Biblia cristiana > Nuevo Testamento > EpÃstolas > Segunda epÃstola de San Pablo a los Corintios > Pablo anuncia su tercera visita (47:12:14 - 47:13:10)
He aquà estoy listo para ir a vosotros por tercera vez, y no os seré carga. Porque no busco vuestras cosas, sino a vosotros; pues los hijos no tienen obligación de atesorar para los padres, sino los padres para los hijos.
Sin embargo, de muy buena gana gastaré yo de lo mÃo, y me desgastaré a mà mismo por vuestras almas. Si os amo más, ¿seré amado menos?
Bien, que sea asÃ: Yo no os fui gravoso, ¡pero siendo astuto, os prendà por engaño!
¿Acaso os he engañado por medio de alguno de los que he enviado a vosotros?
Rogué a Tito y envié con él al hermano. ¿Acaso os engañó Tito? ¿No hemos procedido con el mismo espÃritu y por las mismas pisadas?
¿Os parece que todavÃa nos estamos defendiendo ante vosotros? Delante de Dios y en Cristo hablamos; y todo, amados, para vuestra edificación.
Pero me temo que quizás, cuando llegue, no os halle tales como quiero, y que yo sea hallado por vosotros tal como no queréis. Temo que haya entre vosotros contiendas, celos, iras, enojos, disensiones, calumnias, murmuraciones, insolencias y desórdenes.
Temo que, cuando vuelva, Dios me humille entre vosotros y yo tenga que llorar por muchos que antes han pecado y no se han arrepentido de los actos de impureza, inmoralidad sexual y libertinaje que han cometido.
Esta es la tercera vez que voy a vosotros. Por la boca de dos o tres testigos se decidirá todo asunto.
Lo he dicho antes, cuando estaba presente en mi segundo viaje; y ahora que estoy ausente, también lo repito a los que antes han pecado y a todos los demás: que si voy otra vez, no seré indulgente,
puesto que buscáis una prueba de que Cristo habla en mÃ. Y él no es débil para con vosotros, sino que es poderoso en vosotros.
Porque fue crucificado en debilidad, pero vive por el poder de Dios. Pues nosotros también somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder de Dios para con vosotros.
Examinaos a vosotros mismos para ver si estáis firmes en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no conocéis en cuanto a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que ya estéis reprobados?
Pero espero que reconozcáis que nosotros no estamos reprobados.
Y oramos a Dios que no hagáis nada malo; no para que nosotros luzcamos como aprobados, sino para que vosotros hagáis lo que es bueno, aunque nosotros quedemos como reprobados.
Porque no podemos nada contra la verdad, sino a favor de la verdad.
Por eso nos gozamos en que nosotros seamos débiles y que vosotros seáis fuertes. Y esto pedimos: vuestra madurez.
Por tanto, os escribo esto estando ausente, para que estando presente no use de dureza conforme a la autoridad que el Señor me ha dado para edificación y no para destrucción.
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