Biblia cristiana > Nuevo Testamento > EpÃstolas > Hechos > Pablo ante Agripa y Berenice (44:25:13 - 44:25:27)
Pasados algunos dÃas, el rey Agripa y Berenice fueron a Cesarea para saludar a Festo.
Como pasaban allà muchos dÃas, Festo presentó al rey el caso de Pablo, diciendo: —Hay cierto hombre que ha sido dejado preso por Félix,
con respecto a quien se me presentaron los principales sacerdotes y los ancianos de los judÃos cuando subà a Jerusalén, pidiendo sentencia contra él.
A ellos les respondà que no es costumbre de los romanos entregar a ningún hombre antes que el acusado tenga presentes a sus acusadores y tenga oportunidad de hacer su defensa contra la acusación.
Asà que, habiendo venido ellos juntos acá, sin ninguna demora, al dÃa siguiente, me senté en el tribunal y mandé traer al hombre.
Pero cuando se presentaron los acusadores, no trajeron ninguna acusación con respecto a él, de los crÃmenes que yo sospechaba.
Solamente tenÃan contra él ciertas cuestiones acerca de su propia religión y de un cierto Jesús, ya fallecido, de quien Pablo afirmaba que está vivo.
Yo, vacilante con semejante caso, le preguntaba si querÃa ir a Jerusalén y ser juzgado por estas cosas allÃ.
Pero como Pablo apeló a quedar bajo custodia para la decisión de Augusto, mandé que le guardasen hasta que yo le enviara al César.
Entonces Agripa dijo a Festo: —Yo también quisiera oÃr al hombre. Y él dijo: —Mañana le oirás.
Asà que al dÃa siguiente vinieron Agripa y Berenice con mucha pompa, y después que entraron en la sala de audiencias con los tribunos y los principales de la ciudad, fue traÃdo Pablo por mandato de Festo.
Entonces Festo dijo: —Rey Agripa, y todos los hombres aquà presentes con nosotros: Mirad a este hombre, respecto del cual toda la multitud de los judÃos ha recurrido a mÃ, tanto en Jerusalén como aquÃ, clamando a gritos que él no debe vivir más.
Pero yo hallé que él no habÃa hecho ninguna cosa digna de muerte, y habiendo apelado él mismo a Augusto, he determinado enviarle.
Pero no tengo nada de cierto que escribir a mi señor acerca de él. Por esto le he traÃdo ante vosotros, y especialmente ante ti, oh rey Agripa, para que después de examinarle, yo tenga algo que escribir.
Porque me parece cosa no razonable enviar un preso sin indicar también las acusaciones contra él.
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