Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > La misericordia de Dios. Al músico principal. Salmo de David, siervo de Jehová. (19:36:1 - 19:36:12)
(Al músico principal. Salmo de David, siervo de Dios) La transgresión habla al impío dentro de su corazón; no hay temor de Dios delante de sus ojos.
Por eso se lisonjea en sus propios ojos, hasta que su iniquidad sea aborrecimiento.
Las palabras de su boca son maldad y engaño; ha dejado de ser sensato y de hacer el bien.
Sobre su cama piensa iniquidad; está en un camino que no es bueno y no desprecia el mal.
Oh Jehovah, hasta los cielos alcanza tu misericordia; y hasta las nubes, tu fidelidad.
Tu justicia es como las montañas de Dios; y tus juicios, como el gran océano. Oh Jehovah, que conservas al hombre y al animal,
¡cuán preciosa es, oh Dios, tu bondad! Por eso los hijos del hombre se refugian bajo la sombra de tus alas.
Se sacian de la abundancia de tu casa; les das a beber del torrente de tus delicias.
Ciertamente contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz.
Extiende tu bondad a los que te conocen, y tu justicia a los rectos de corazón.
Que no venga contra mí el pie de la soberbia, ni me mueva la mano de los impíos.
Entonces caerán los que obran iniquidad; serán derribados y no podrán levantarse.
830 visitas