Biblia cristiana > Nuevo Testamento > EpÃstolas > EpÃstola de Santiago > La fe sin obras es muerta (59:2:14 - 59:2:26)
Hermanos mÃos, si alguno dice que tiene fe y no tiene obras, ¿de qué sirve? ¿Puede acaso su fe salvarle?
Si un hermano o una hermana están desnudos y les falta la comida diaria,
y alguno de vosotros les dice: “Id en paz, calentaos y saciaos,” pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve?
Asà también la fe, si no tiene obras, está muerta en sà misma.
Sin embargo, alguno dirá: “Tú tienes fe, y yo tengo obras.” ¡Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras!
Tú crees que Dios es uno. Bien haces. También los demonios creen y tiemblan.
Pero, ¿quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?
¿No fue justificado por las obras nuestro padre Abraham, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?
Ves que la fe actuaba juntamente con sus obras y que la fe fue completada por las obras.
Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia; y fue llamado amigo de Dios.
Veis, pues, que el hombre es justificado por las obras y no solamente por la fe.
De igual manera, ¿no fue justificada también la prostituta Rajab por las obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino?
Porque tal como el cuerpo sin el espÃritu está muerto, asà también la fe sin obras está muerta.