Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Job > Job proclama el poder y la sabiduría de Dios (18:12:1 - 18:12:25)
Entonces respondió Job y dijo:
—Ciertamente vosotros sois el pueblo, y con vosotros morirá la sabiduría.
Pero yo también, como vosotros, tengo entendimiento; en nada soy inferior a vosotros. ¿Quién no sabe tales cosas?
Soy alguien que para su amigo es motivo de risa, uno que clamó a Dios, y se le respondió, un justo e íntegro que es motivo de risa.
Según la evaluación de quien no se duele, él es una tea despreciada; pero estuvo lista para los pies que resbalan.
Las moradas de los destructores prosperan, y los que provocan a Dios están seguros en aquello que la mano de Dios les ha traído.
En efecto, pregunta, por favor, a los cuadrúpedos, y te enseñarán; a las aves del cielo, y te informarán.
O habla a la tierra, y te enseñará; y los peces del mar te lo contarán.
¿Cuál de todos ellos no sabe que la mano de Jehovah ha hecho esto?
En sus manos está la vida de todo viviente y el hálito de todo mortal.
¿No distingue el oído las palabras, y el paladar prueba la comida?
En los ancianitos hay sabiduría; y en la mucha edad, entendimiento.
Con Dios están la sabiduría y el poder; suyo es el consejo y el entendimiento.
Si él destruye, no será edificado de nuevo. Si él cierra ante el hombre, no habrá quien le abra.
Si él detiene las aguas, se secan; y si las deja ir, trastornan la tierra.
Con él están el poderío y la victoria; suyo es el que yerra y el que hace errar.
A los consejeros despoja de consejo y entontece a los jueces.
El suelta las ataduras que imponen los reyes, y ata con una cuerda sus cinturas.
Hace ir descalzos a los sacerdotes, y arruina a los poderosos.
Quita la palabra a los tenidos por fieles, y a los ancianos priva de discernimiento.
Derrama menosprecio sobre los nobles, y afloja el cinturón de los fuertes.
Descubre las profundidades de las tinieblas y saca a la luz la densa oscuridad.
Lleva las naciones al apogeo y luego las destruye; él expande a los pueblos y los abandona.
Priva de reflexión a los jefes del pueblo de la tierra, y les hace errar sin rumbo en el vacío.
No teniendo luz van palpando las tinieblas, y los hace tambalear como borrachos.
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