Nuevo Testamento

Luminares en el mundo

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Epístola de San Pablo a los Filipenses > Luminares en el mundo (50:2:12 - 50:2:18)

De modo que, amados míos, así como habéis obedecido siempre—no sólo cuando yo estaba presente, sino mucho más ahora en mi ausencia—, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor;

porque Dios es el que produce en vosotros tanto el querer como el hacer, para cumplir su buena voluntad.

Hacedlo todo sin murmuraciones y contiendas,

para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación torcida y perversa, en la cual vosotros resplandecéis como luminares en el mundo,

reteniendo la palabra de vida. Así yo podré gloriarme en el día de Cristo de que no he corrido ni he trabajado en vano.

Al contrario, aunque haya de ser derramado como libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y me regocijo con todos vosotros.

De igual modo, gozaos también vosotros y regocijaos conmigo.

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Timoteo y Epafrodito

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Epístola de San Pablo a los Filipenses > Timoteo y Epafrodito (50:2:19 - 50:2:30)

Espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también me reanime al saber de vuestro estado;

pues no tengo a nadie que se interese por vosotros con tanto ánimo y sinceridad.

Porque todos buscan sus intereses personales, no lo que es de Jesucristo.

Ya conocéis la reputación de Timoteo, que como hijo a padre ha servido conmigo en el evangelio.

Por lo tanto, espero enviarle en cuanto yo vea cómo van mis asuntos;

pero confío en el Señor que yo también iré pronto a vosotros.

Sin embargo, también creí necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano, colaborador y compañero de milicia y vuestro mensajero y suministrador de mis necesidades,

ya que él os añoraba a todos vosotros y estaba angustiado porque habíais oído que él estaba enfermo.

Pues en verdad estuvo enfermo de muerte, pero Dios tuvo misericordia de él; y no solamente de él, sino también de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza.

Por lo tanto, le envío con más urgencia, para que os volváis a gozar al verlo y yo esté libre de preocupación.

Recibidle, pues, en el Señor con todo gozo y tened en alta estima a hombres como él;

porque a causa de la obra de Cristo estuvo cercano a la muerte, arriesgando su vida para completar lo que faltaba en vuestro servicio a mi favor.

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Prosigo al blanco

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Epístola de San Pablo a los Filipenses > Prosigo al blanco (50:3:1 - 50:3:21)

Por lo demás, hermanos míos, regocijaos en el Señor. El escribiros las mismas cosas a mí no me es molesto, y para vosotros es más seguro.

¡Guardaos de los perros! ¡Guardaos de los malos obreros! ¡Guardaos de los que mutilan el cuerpo!

Porque nosotros somos la circuncisión: los que servimos a Dios en espíritu, que nos gloriamos en Cristo Jesús y que no confiamos en la carne.

Aunque yo tengo de qué confiar también en la carne. Si alguno cree tener de qué confiar en la carne, yo más:

circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo;

en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia de la ley, irreprensible.

Pero las cosas que para mí eran ganancia, las he considerado pérdida a causa de Cristo.

Y aun más: Considero como pérdida todas las cosas, en comparación con lo incomparable que es conocer a Cristo Jesús mi Señor. Por su causa lo he perdido todo y lo tengo por basura, a fin de ganar a Cristo

y ser hallado en él; sin pretender una justicia mía, derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que proviene de Dios por la fe.

Anhelo conocerle a él y el poder de su resurrección, y participar en sus padecimientos, para ser semejante a él en su muerte;

y de alguna manera, me encontraré en la resurrección de los muertos.

No quiero decir que ya lo haya alcanzado, ni que haya llegado a la perfección; sino que prosigo a ver si alcanzo aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús.

Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado. Pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está por delante,

prosigo a la meta hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

Así que, todos los que hemos alcanzado la madurez pensemos de este modo; y si pensáis otra cosa, también eso os lo revelará Dios.

En todo caso, sigamos fieles a lo que hemos logrado.

Hermanos, sed imitadores de mí y prestad atención a los que así se conducen, según el ejemplo que tenéis en nosotros.

Porque muchos andan por ahí, de quienes os hablaba muchas veces, y ahora hasta lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo.

El fin de ellos será la perdición; su dios es su estómago; su gloria se halla en su vergüenza; y piensan solamente en lo terrenal.

Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos ardientemente al Salvador, el Señor Jesucristo.

El transformará nuestro cuerpo de humillación para que tenga la misma forma de su cuerpo de gloria, según la operación de su poder, para sujetar también a sí mismo todas las cosas.

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Regocijaos en el Señor siempre

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Epístola de San Pablo a los Filipenses > Regocijaos en el Señor siempre (50:4:1 - 50:4:7)

Así que, hermanos míos, amados y queridos, gozo y corona mía, estad firmes en el Señor, amados.

Ruego a Evodia, y ruego a Síntique que se pongan de acuerdo en el Señor.

Sí, y a ti también, fiel compañero, te pido que ayudes a estas hermanas que lucharon junto conmigo en el evangelio, también con Clemente y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.

¡Regocijaos en el Señor siempre! Otra vez lo digo: ¡Regocijaos!

Vuestra amabilidad sea conocida por todos los hombres. ¡El Señor está cerca!

Por nada estéis afanosos; más bien, presentad vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.

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En esto pensad

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Epístola de San Pablo a los Filipenses > En esto pensad (50:4:8 - 50:4:9)

En cuanto a lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, si hay virtud alguna, si hay algo que merece alabanza, en esto pensad.

Lo que aprendisteis, recibisteis, oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.

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