La unidad del EspÃritu
Biblia cristiana > Nuevo Testamento > EpÃstolas > EpÃstola de San Pablo a los Efesios > La unidad del EspÃritu (49:4:1 - 49:4:16)
Por eso yo, prisionero en el Señor, os exhorto a que andéis como es digno del llamamiento con que fuisteis llamados:
con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos los unos a los otros en amor;
procurando con diligencia guardar la unidad del EspÃritu en el vÃnculo de la paz.
Hay un solo cuerpo y un solo EspÃritu, asà como habéis sido llamados a una sola esperanza de vuestro llamamiento.
Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo,
un solo Dios y Padre de todos, quien es sobre todos, a través de todos y en todos.
Sin embargo, a cada uno de nosotros le ha sido conferida la gracia conforme a la medida de la dádiva de Cristo.
Por esto dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad y dio dones a los hombres.
Pero esto de que subió, ¿qué quiere decir, a menos que hubiera descendido también a las partes más bajas de la tierra?
El que descendió es el mismo que también ascendió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo.
Y él mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, y a otros pastores y maestros,
a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
hasta que todos alcancemos la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, hasta ser un hombre de plena madurez, hasta la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
Esto, para que ya no seamos niños, sacudidos a la deriva y llevados a dondequiera por todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar, emplean con astucia las artimañas del error;
sino que, siguiendo la verdad con amor, crezcamos en todo hacia aquel que es la cabeza: Cristo.
De parte de él todo el cuerpo, bien concertado y entrelazado por la cohesión que aportan todas las coyunturas, recibe su crecimiento de acuerdo con la actividad proporcionada a cada uno de los miembros, para ir edificándose en amor.