Nuevo Testamento

Las obras de la carne y el fruto del Espíritu

Imagen Las obras de la carne y el fruto del Espíritu 1
Enviado por mexicano1963@hotmail.com

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Epístola de San Pablo a los Gálatas > Las obras de la carne y el fruto del Espíritu (48:5:16 - 48:6:10)

Digo, pues: Andad en el Espíritu, y así jamás satisfaréis los malos deseos de la carne.

Porque la carne desea lo que es contrario al Espíritu, y el Espíritu lo que es contrario a la carne. Ambos se oponen mutuamente, para que no hagáis lo que quisierais.

Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.

Ahora bien, las obras de la carne son evidentes. Estas son: fornicación, impureza, desenfreno,

idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, ira, contiendas, disensiones, partidismos,

envidia, borracheras, orgías y cosas semejantes a éstas, de las cuales os advierto, como ya lo hice antes, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Pero el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,

mansedumbre y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley,

porque los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

Ahora que vivimos en el Espíritu, andemos en el Espíritu.

No seamos vanidosos, irritándonos unos a otros y envidiándonos unos a otros.

Hermanos, en caso de que alguien se encuentre enredado en alguna transgresión, vosotros que sois espirituales, restaurad al tal con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.

Sobrellevad los unos las cargas de los otros y de esta manera cumpliréis la ley de Cristo.

Porque si alguien estima que es algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.

Así que, examine cada uno su obra, y entonces tendrá motivo de orgullo sólo en sí mismo y no en otro;

porque cada cual llevará su propia carga.

El que recibe instrucción en la palabra comparta toda cosa buena con quien le instruye.

No os engañéis; Dios no puede ser burlado. Todo lo que el hombre siembre, eso mismo cosechará.

Porque el que siembra para su carne, de la carne cosechará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.

No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo cosecharemos, si no desmayamos.

Por lo tanto, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe.

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Pablo se gloría en la cruz de Cristo

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Epístola de San Pablo a los Gálatas > Pablo se gloría en la cruz de Cristo (48:6:11 - 48:6:17)

Mirad con cuán grandes letras os escribo con mi propia mano.

Aquellos que quieren tener el visto bueno en la carne os obligan a ser circuncidados, solamente para no ser perseguidos a causa de la cruz de Cristo.

Pues ni los que son circuncidados guardan la ley; sin embargo, quieren que vosotros seáis circuncidados para gloriarse en vuestra carne.

Pero lejos esté de mí el gloriarme sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por medio de quien el mundo me ha sido crucificado a mí y yo al mundo.

Porque ni la circuncisión ni la incircuncisión valen nada, sino la nueva criatura.

Para todos los que anden según esta regla, paz y misericordia sean sobre ellos, y sobre el Israel de Dios.

De aquí en adelante nadie me cause dificultades, pues llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.

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Bendición final

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Epístola de San Pablo a los Gálatas > Bendición final (48:6:18 - 48:6:18)

La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu, hermanos. Amén.

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Salutación

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Epístola de San Pablo a los Efesios > Salutación (49:1:1 - 49:1:2)

Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios; a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso:

Gracia a vosotros y paz, de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

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Bendiciones espirituales en Cristo

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Epístolas > Epístola de San Pablo a los Efesios > Bendiciones espirituales en Cristo (49:1:3 - 49:1:14)

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales.

Asimismo, nos escogió en él desde antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él.

En amor nos predestinó por medio de Jesucristo para adopción como hijos suyos, según el beneplácito de su voluntad,

para la alabanza de la gloria de su gracia, que nos dio gratuitamente en el Amado.

En él tenemos redención por medio de su sangre, el perdón de nuestras transgresiones, según las riquezas de su gracia

que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría y entendimiento.

El nos ha dado a conocer el misterio de su voluntad, según el beneplácito que se propuso en Cristo,

a manera de plan para el cumplimiento de los tiempos: que en Cristo sean reunidas bajo una cabeza todas las cosas, tanto las que están en los cielos como las que están en la tierra.

En él también recibimos herencia, habiendo sido predestinados según el propósito de aquel que realiza todas las cosas conforme al consejo de su voluntad,

para que nosotros, que primero hemos esperado en Cristo, seamos para la alabanza de su gloria.

En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo que había sido prometido,

quien es la garantía de nuestra herencia para la redención de lo adquirido, para la alabanza de su gloria.

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