Bendición y salutaciones finales
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Y el Dios de paz, que por la sangre del pacto eterno levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas,
os haga aptos en todo lo bueno para hacer su voluntad, haciendo él en nosotros lo que es agradable delante de él por medio de Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Os ruego, hermanos, que recibáis bien esta palabra de exhortación; porque os he escrito brevemente.
Sabed que nuestro hermano Timoteo ha sido puesto en libertad. Si él viene pronto, yo iré a veros con él.
Saludad a todos vuestros dirigentes y a todos los santos. Os saludan los de Italia.
La gracia sea con todos vosotros.
Por lo tanto, entrando en el mundo, él dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste, pero me preparaste un cuerpo.
Es en esa voluntad que somos santificados, mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.
También el EspÃritu Santo nos da testimonio, porque después de haber dicho:
por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo (es decir, su cuerpo),
No dejemos de congregarnos, como algunos tienen por costumbre; más bien, exhortémonos, y con mayor razón cuando veis que el dÃa se acerca.
Porque conocemos al que ha dicho: “MÃa es la venganza; yo daré la retribución.” Y otra vez: “El Señor juzgará a su pueblo.”
No desechéis, pues, vuestra confianza, la cual tiene una gran recompensa.