Bendición final
Biblia cristiana > Nuevo Testamento > EpÃstolas > EpÃstola de San Pablo a los Gálatas > Bendición final (48:6:18 - 48:6:18)
La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espÃritu, hermanos. Amén.
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La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espÃritu, hermanos. Amén.
Biblia cristiana > Nuevo Testamento > EpÃstolas > EpÃstola de San Pablo a los Efesios > Salutación (49:1:1 - 49:1:2)
Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios; a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso:
Gracia a vosotros y paz, de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Biblia cristiana > Nuevo Testamento > EpÃstolas > EpÃstola de San Pablo a los Efesios > Bendiciones espirituales en Cristo (49:1:3 - 49:1:14)
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales.
Asimismo, nos escogió en él desde antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él.
En amor nos predestinó por medio de Jesucristo para adopción como hijos suyos, según el beneplácito de su voluntad,
para la alabanza de la gloria de su gracia, que nos dio gratuitamente en el Amado.
En él tenemos redención por medio de su sangre, el perdón de nuestras transgresiones, según las riquezas de su gracia
que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabidurÃa y entendimiento.
El nos ha dado a conocer el misterio de su voluntad, según el beneplácito que se propuso en Cristo,
a manera de plan para el cumplimiento de los tiempos: que en Cristo sean reunidas bajo una cabeza todas las cosas, tanto las que están en los cielos como las que están en la tierra.
En él también recibimos herencia, habiendo sido predestinados según el propósito de aquel que realiza todas las cosas conforme al consejo de su voluntad,
para que nosotros, que primero hemos esperado en Cristo, seamos para la alabanza de su gloria.
En él también vosotros, habiendo oÃdo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creÃdo en él, fuisteis sellados con el EspÃritu Santo que habÃa sido prometido,
quien es la garantÃa de nuestra herencia para la redención de lo adquirido, para la alabanza de su gloria.
Biblia cristiana > Nuevo Testamento > EpÃstolas > EpÃstola de San Pablo a los Efesios > El espÃritu de sabidurÃa y de revelación (49:1:15 - 49:1:23)
Por esta razón, yo también, habiendo oÃdo de la fe que tenéis en el Señor Jesús y de vuestro amor para con todos los santos,
no ceso de dar gracias por vosotros, recordándoos en mis oraciones.
Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espÃritu de sabidurÃa y de revelación en el pleno conocimiento de él;
habiendo sido iluminados los ojos de vuestro entendimiento, para que conozcáis cuál es la esperanza a que os ha llamado, cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
y cuál la inmensurable grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la operación del dominio de su fuerza.
Dios la ejerció en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y le hizo sentar a su diestra en los lugares celestiales,
por encima de todo principado, autoridad, poder, señorÃo y todo nombre que sea nombrado, no sólo en esta edad sino también en la venidera.
Aun todas las cosas las sometió Dios bajo sus pies y le puso a él por cabeza sobre todas las cosas para la iglesia,
la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo.
Biblia cristiana > Nuevo Testamento > EpÃstolas > EpÃstola de San Pablo a los Efesios > Salvos por gracia (49:2:1 - 49:2:10)
En cuanto a vosotros, estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
en los cuales anduvisteis en otro tiempo, conforme a la corriente de este mundo y al prÃncipe de la potestad del aire, el espÃritu que ahora actúa en los hijos de desobediencia.
En otro tiempo todos nosotros vivimos entre ellos en las pasiones de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de la mente; y por naturaleza éramos hijos de ira, como los demás.
Pero Dios, quien es rico en misericordia, a causa de su gran amor con que nos amó,
aun estando nosotros muertos en delitos, nos dio vida juntamente con Cristo. ¡Por gracia sois salvos!
Y juntamente con Cristo Jesús, nos resucitó y nos hizo sentar en los lugares celestiales,
para mostrar en las edades venideras las superabundantes riquezas de su gracia, por su bondad hacia nosotros en Cristo Jesús.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.
No es por obras, para que nadie se glorÃe.
Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para hacer las buenas obras que Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.