Antiguo Testamento

Hermosura y gloria de Sion. Cántico. Salmo de los hijos de Coré.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Hermosura y gloria de Sion. Cántico. Salmo de los hijos de Coré. (19:48:1 - 19:48:14)

(Cántico. Salmo de los hijos de Coré) ¡Grande es Jehovah y digno de suprema alabanza, en la ciudad de nuestro Dios, en el monte de su santuario!

¡Qué hermosa altura! El gozo de toda la tierra es el monte Sion por el lado norte, la ciudad del Gran Rey.

Dios es conocido por refugio en sus palacios.

Porque, he aquí, los reyes se han aliado; han avanzado juntos.

Pero viéndola así, se quedaron atónitos; se turbaron y se dieron prisa a huir.

Allí se apoderó de ellos el estremecimiento; tuvieron dolor como de mujer que da a luz.

Con el viento del oriente rompes las naves de Tarsis.

Como lo oímos, así lo hemos visto en la ciudad de Jehovah de los Ejércitos, la ciudad de nuestro Dios: Dios la afirmará para siempre. (Selah)

Oh Dios, hemos pensado en tu misericordia, en medio de tu templo.

Conforme a tu nombre, oh Dios, así es tu alabanza hasta los confines de la tierra. Tu diestra está llena de justicia.

Se alegrará el monte Sion; las hijas de Judá se regocijarán a causa de tus juicios.

Id alrededor de Sion y rodeadla; contad sus torres.

Observad detenidamente su muro exterior; examinad sus palacios, para que lo contéis a la generación venidera.

Porque Dios es nuestro Dios eternamente y para siempre; por siempre nos guiará.

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La insensatez de confiar en las riquezas. Al músico principal. Salmo de los hijos de Coré.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > La insensatez de confiar en las riquezas. Al músico principal. Salmo de los hijos de Coré. (19:49:1 - 19:49:20)

(Al músico principal. Salmo para los hijos de Coré) Oíd esto, todos los pueblos; escuchad, todos los habitantes del mundo,

tanto la gente común como la gente notable, el rico juntamente con el pobre:

Mi boca hablará sabiduría; y el pensamiento de mi corazón, inteligencia.

Inclinaré a los proverbios mi oído; expresaré con el arpa mi enigma.

¿Por qué habré de temer en los días de la adversidad, cuando me rodee la iniquidad de mis opresores?

Los que confían en sus posesiones y se jactan de la abundancia de sus riquezas,

ninguno de ellos puede redimir a su hermano, ni pagar a Dios por su rescate.

La redención de su vida es muy costosa; se ha de abandonar para siempre el intento

de vivir eternamente y jamás ver corrupción.

Cuando él los mira, los sabios mueren; contempla al necio y al torpe, y ellos perecen y dejan a otros sus riquezas.

De los que llaman sus tierras con sus nombres, sus tumbas son sus casas para siempre, y sus moradas de generación en generación.

Pero el hombre no permanecerá en sus riquezas; más bien, es semejante a los animales que perecen.

Este camino suyo es necedad. No obstante, sus seguidores se complacen en sus dichos. (Selah)

Como ovejas que fueron apartadas para el Seol, los pastorea la muerte; los rectos se enseñorearán de ellos. Al amanecer se desvanecerá su buen aspecto, y el Seol será su morada.

Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol, porque me llevará consigo. (Selah)

No temas cuando alguno se enriquece, cuando aumenta la gloria de su casa.

Porque al morir no llevará nada, ni descenderá tras él su gloria.

Aunque su alma lo bendiga mientras vive, y reconozcan que ella le prospera,

entrará en la generación de sus padres, y nunca más verá la luz.

El hombre que vive con honores, pero sin entendimiento, es semejante a los animales que perecen.

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Dios juzgará al mundo. Salmo de Asaf.

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Dios juzgará al mundo. Salmo de Asaf. (19:50:1 - 19:50:23)

(Salmo de Asaf) Jehovah, el Dios de dioses, ha hablado; ha convocado a la tierra desde donde sale el sol hasta donde se pone.

Desde Sion, perfección de la hermosura, Dios ha resplandecido.

Nuestro Dios viene y no callará. Fuego consumidor le precede, y alrededor de él hay gran tormenta.

Convoca a los cielos en lo alto; y a la tierra, para juzgar a su pueblo.

“Reunidme a mis fieles, los que han hecho conmigo pacto mediante sacrificio.”

Los cielos proclamarán su justicia, porque Dios es el Juez. (Selah)

“Escucha, oh pueblo mío, y hablaré; testificaré contra ti, oh Israel. Yo soy Dios, el Dios tuyo.

No te reprocharé con respecto a tus sacrificios, ni por tus holocaustos, que siempre están delante de mí.

No tomaré toros de tu casa, ni machos cabríos de tus rediles;

porque míos son todos los animales del bosque, los millares del ganado en mis montes.

Conozco todas las aves de las alturas, y las criaturas del campo son mías.

Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti, porque mío es el mundo y su plenitud.

¿He de comer la carne de los toros? ¿He de beber la sangre de los machos cabríos?

¡Sacrifica a Dios acciones de gracias! ¡Paga tus votos al Altísimo!

Invócame en el día de la angustia; yo te libraré, y tú me glorificarás.”

Pero al impío Dios le dijo: “¿Por qué tienes tú que recitar mis leyes y mencionar mi pacto con tu boca?

Tú detestas la instrucción y echas a tus espaldas mis palabras.

Si ves a un ladrón, te complaces con él, y tu parte está con los adúlteros.

Con maldad das rienda suelta a tu boca, y tu lengua urde engaño.

Tomas asiento y hablas contra tu hermano; contra el hijo de tu madre arrojas infamia.

Estas cosas has hecho, y yo he callado. Ciertamente pensabas que yo sería como tú, pero yo te reprenderé y las pondré ante tus ojos.

“Entended pues esto, los que os olvidáis de Dios; no sea que yo os arrebate sin que nadie os libre.

El que ofrece sacrificio de acción de gracias me glorificará, y al que ordena su camino le mostraré la salvación de Dios.”

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El justo y los pecadores

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > El justo y los pecadores (19:1:1 - 19:1:6)

Bienaventurado el hombre que no anda según el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los burladores.

Más bien, en la ley de Jehovah está su delicia, y en ella medita de día y de noche.

Será como un árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto a su tiempo y cuya hoja no cae. Todo lo que hace prosperará.

No sucede así con los impíos, que son como el tamo que arrebata el viento.

Por tanto, no se levantarán los impíos en el juicio, ni los pecadores en la congregación de los justos.

Porque Jehovah conoce el camino de los justos, pero el camino de los impíos perecerá.

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El reino del ungido de Jehová

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > El reino del ungido de Jehová (19:2:1 - 19:2:12)

¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos traman cosas vanas?

Se presentan los reyes de la tierra, y los gobernantes consultan unidos contra Jehovah y su ungido, diciendo:

“¡Rompamos sus ataduras! ¡Echemos de nosotros sus cuerdas!”

El que habita en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos.

Entonces les hablará en su ira y los turbará en su furor:

“¡Yo he instalado a mi rey en Sion, mi monte santo!”

Yo declararé el decreto: Jehovah me ha dicho: “Tú eres mi hijo; yo te engendré hoy.

Pídeme, y te daré por heredad las naciones, y por posesión tuya los confines de la tierra.

Tú los quebrantarás con vara de hierro; como a vasija de alfarero los desmenuzarás.”

Y ahora, oh reyes, sed sabios; aceptad la corrección, oh gobernantes de la tierra.

Servid a Jehovah con temor y alegraos con temblor.

Besad al hijo, no sea que se enoje y perdáis el camino; pues se enciende de pronto su ira. ¡Bienaventurados todos los que en él se refugian!

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