Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Poéticos y Sapienciales > Salmos > Alabanza por los hechos poderosos de Dios. Al músico principal. Cántico. Salmo. (19:66:1 - 19:66:20)
(Al músico principal. Cántico y salmo) ¡Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra!
Cantad a la gloria de su nombre; dadle la gloria en la alabanza.
Decid a Dios: “¡Cuán admirables son tus obras! Por tu gran poder se someterán a ti tus enemigos.
¡Toda la tierra te adorará y cantará a ti! ¡Cantarán a tu nombre!” (Selah)
Venid y ved los actos de Dios, admirable en sus hechos para con los hijos del hombre.
El convirtió el mar en tierra seca, y por el río pasaron a pie. ¡Regocijémonos en él!
Se enseñorea con su poder para siempre; sus ojos observan a las naciones para que los rebeldes no se enaltezcan contra él. (Selah)
¡Bendecid, oh pueblos, a nuestro Dios! Haced que se escuche la voz de su alabanza.
El es quien preservó la vida a nuestra alma y no permitió que resbalasen nuestros pies.
Tú nos has probado, oh Dios; nos has purificado como se prueba la plata.
Nos metiste en la red, y pusiste apretura sobre nuestros lomos.
Hiciste que los hombres cabalgaran encima de nuestras cabezas. Pasamos por el fuego y por el agua, pero luego nos sacaste a abundancia.
Entraré en tu templo con holocaustos; te pagaré mis votos
que pronunciaron mis labios y que mi boca prometió cuando yo estaba angustiado.
Te ofreceré holocaustos de animales engordados, con incienso de carneros. Sacrificaré toros y machos cabríos. (Selah)
Venid; oíd, todos los que teméis a Dios, y contaré lo que ha hecho por mi vida.
A él invoqué con mi boca y con mi lengua lo ensalcé.
Si en mi corazón yo hubiese consentido la iniquidad, el Señor no me habría escuchado.
¡Pero de veras Dios me ha escuchado! El atendió a la voz de mi oración.
¡Bendito sea Dios, que no echó de sí mi oración ni de mí su misericordia!
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