Salutaciones finales
Epístola de San Pablo a los Colosenses 4:7 – Epístola de San Pablo a los Colosenses 4:18
Todos mis asuntos os los hará saber Tíquico, hermano amado, fiel ministro y consiervo en el Señor.
Le envío a vosotros con este fin: para que conozcáis nuestros asuntos y para que él anime vuestros corazones.
Le envío con Onésimo, el fiel y amado hermano, quien es uno de vosotros. Ellos os informarán de todo lo que pasa aquí.
Os saludan Aristarco, prisionero conmigo; Marcos, el primo de Bernabé (ya habéis recibido instrucciones acerca de él; si va a vosotros, recibidle)
y Jesús, llamado Justo. Ellos son los únicos de la circuncisión que son colaboradores conmigo en el reino de Dios y que me han servido de consuelo.
Os saluda Epafras, quien es uno de vosotros, siervo de Cristo siempre solícito por vosotros en oración, para que estéis firmes como hombres maduros y completamente entregados a toda la voluntad de Dios.
Porque doy testimonio de él, de que tiene gran celo por vosotros, por los de Laodicea y por los de Hierápolis.
Os saludan Lucas, el médico amado, y Demas.
Saludad a los hermanos que están en Laodicea: a Ninfa y a la iglesia que está en su casa.
Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que se lea también en la iglesia de los laodicenses; y la de Laodicea leedla también vosotros.
Decid a Arquipo: «Cuida el ministerio que has recibido del Señor, para que lo cumplas.»
Ahora, la salutación de mi propia mano, de Pablo. Acordaos de mis prisiones. La gracia sea con vosotros.
3 comentarios
Los comentarios están cerrados.