9:1 «Dios de los Padres y Señor misericordioso, que hiciste todas las cosas con tu palabra,
9:2 y con tu Sabiduría formaste al hombre,
para que dominara a los seres que tú creaste,
9:3 para que gobernara el mundo con santidad y justicia
e hiciera justicia con rectitud de espíritu:
9:4 dame la Sabiduría, que comparte tu trono,
y no me excluyas del número de tus hijos.
9:5 Porque yo soy tu servidor y el hijo de tu servidora,
un hombre débil y de vida efímera,
de poca capacidad para comprender el derecho y las leyes;
9:6 y aunque alguien sea perfecto entre los hombres,
sin la Sabiduría que proviene de ti, será tenido por nada.
v7 Tú me preferiste para que fuera rey de tu pueblo
y juez de tus hijos y de tus hijas.
9:8 Tú me ordenaste construir un Templo sobre tu santa montaña
y un altar en la ciudad donde habitas,
réplica del santo Tabernáculo
que habías preparado desde el principio.
9:9 Contigo está la Sabiduría, que conoce tus obras
y que estaba presente cuando tú hacías el mundo;
ella sabe lo que es agradable a tus ojos
y lo que es conforme a tus mandamientos.
9:10 Envíala desde los santos cielos,
mándala desde tu trono glorioso,
para que ella trabaje a mi lado
y yo conozca lo que es de tu agrado:
9:11 así ella, que lo sabe y lo comprende todo,
me guiará atinadamente en mis empresas
y me protegerá con su gloria.
9:12 Entonces, mis obras te agradarán,
yo gobernaré a tu pueblo con justicia
y seré digno del trono de mi padre.
9:13 ¿Qué hombre puede conocer los designios de Dios
o hacerse una idea de lo que quiere el Señor?
9:14 Los pensamientos de los mortales son indecisos
y sus reflexiones, precarias,
9:15 porque un cuerpo corruptible pesa sobre el alma
y esta morada de arcilla oprime a la mente
con muchas preocupaciones.
9:16 Nos cuesta conjeturar lo que hay sobre la tierra,
y lo que está a nuestro alcance lo descubrimos con esfuerzo;
pero ¿quién ha explorado lo que está en el cielo?
9:17 ¿Y quién habría conocido tu voluntad
si tú mismo no hubieras dado la Sabiduría
y enviado desde lo alto tu santo espíritu?
9:18 Así se enderezaron los caminos de los que están sobre la tierra,
así aprendieron los hombres lo que te agrada
y, por la Sabiduría, fueron salvados».
🙂
Para Silvana: La palabra de Dios dice que en el mundo tendremos aflicciones pero que no nos preocupemos que el ha vencido al mundo sobre tu dolor peno tristeza soledad ponla en las manos de Dios si ya te humillaste delante de Dios y pediste perdón cree que el te ha perdonado tu tienes que soltar todos esos sentimientos y comenzar a vivir una nueva vida en Jesucristo libre no te dejes atormentar porque ese es el trabajo del enemigo, ahora eres una nueva criatura en Cristo adelante continua y fortalece tu relación con Jesucristo Ora lee la palabra y cuando puedas esfuérzate por ayunar para vencer las tentaciones Dios te bendiga.
Para Silvana: Sabes la palabra dice que nada es difícil para Dios pero sobre todas las cosas el conoce nuestro futuro y a veces nos aferramos al ser humano y nos alejamos de Dios claro que yo puedo orar contigo y por ti y tu ex-pareja pero no permitas que eso te aleje de Dios yo creo firmemente en la voluntad de Dios y se que no es fácil aceptarla porque casi nunca va de acuerdo con la nuestra pero de ti depende déjate en las manos de Dios y el hará es mas la palabra dice dice deleitate en Jehova y el concederá las peticiones de tu corazón en Salmo 37:4 Dios te Bendiga y fortalezca.
SABIDURIA 9
9:1 «Dios de los Padres y Señor misericordioso, que hiciste todas las cosas con tu palabra,
9:2 y con tu Sabiduría formaste al hombre,
para que dominara a los seres que tú creaste,
9:3 para que gobernara el mundo con santidad y justicia
e hiciera justicia con rectitud de espíritu:
9:4 dame la Sabiduría, que comparte tu trono,
y no me excluyas del número de tus hijos.
9:5 Porque yo soy tu servidor y el hijo de tu servidora,
un hombre débil y de vida efímera,
de poca capacidad para comprender el derecho y las leyes;
9:6 y aunque alguien sea perfecto entre los hombres,
sin la Sabiduría que proviene de ti, será tenido por nada.
v7 Tú me preferiste para que fuera rey de tu pueblo
y juez de tus hijos y de tus hijas.
9:8 Tú me ordenaste construir un Templo sobre tu santa montaña
y un altar en la ciudad donde habitas,
réplica del santo Tabernáculo
que habías preparado desde el principio.
9:9 Contigo está la Sabiduría, que conoce tus obras
y que estaba presente cuando tú hacías el mundo;
ella sabe lo que es agradable a tus ojos
y lo que es conforme a tus mandamientos.
9:10 Envíala desde los santos cielos,
mándala desde tu trono glorioso,
para que ella trabaje a mi lado
y yo conozca lo que es de tu agrado:
9:11 así ella, que lo sabe y lo comprende todo,
me guiará atinadamente en mis empresas
y me protegerá con su gloria.
9:12 Entonces, mis obras te agradarán,
yo gobernaré a tu pueblo con justicia
y seré digno del trono de mi padre.
9:13 ¿Qué hombre puede conocer los designios de Dios
o hacerse una idea de lo que quiere el Señor?
9:14 Los pensamientos de los mortales son indecisos
y sus reflexiones, precarias,
9:15 porque un cuerpo corruptible pesa sobre el alma
y esta morada de arcilla oprime a la mente
con muchas preocupaciones.
9:16 Nos cuesta conjeturar lo que hay sobre la tierra,
y lo que está a nuestro alcance lo descubrimos con esfuerzo;
pero ¿quién ha explorado lo que está en el cielo?
9:17 ¿Y quién habría conocido tu voluntad
si tú mismo no hubieras dado la Sabiduría
y enviado desde lo alto tu santo espíritu?
9:18 Así se enderezaron los caminos de los que están sobre la tierra,
así aprendieron los hombres lo que te agrada
y, por la Sabiduría, fueron salvados».