Jesús y el divorcio

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340 comentarios

  1. Para magdele a. herera barba:

    Estoy de acuerdo con mael, pero quería agregar algo:

    Entiendo que tu esposo se haya aburrido de los problemas en el hogar, me parece muy bien que seas sincera en reconocer que los causaste tú, eso es un buen principio para cambiar.

    Lucha por tu matrimonio, no presionando a tu esposo para que vuelva contigo por un legalismo religioso, sino demostrándole que estas dispuesta a cambiar y demostrándole que eres una nueva persona, nacida de nuevo, como dice la biblia. Nacida de nuevo, quiere decir, que dejas atrás, la mujer problemática que fuiste, y ahora eres una nueva mujer con una mente renovada, con la alegría de llevar a Cristo El Señor en tu corazón.

    El matrimonio es hasta que la muerte lo separe, no es bueno buscar legalismos en la biblia para agarrarse de tal o cual versículo para auto justificarse, por tanto, lo que te dice tu esposo es totalmente incorrecto. Tú demuéstrale que has cambiado, con tu testimonio de vida, antes que con tus palabras. No entres en el juego de buscar una nueva pareja sin saber si podrás afrontarlo, si él después de todo quiere dejarte, que sea su decisión, pero tú no cometas la locura de echarte a otros brazos, porque entonces serás responsable no solo de haber provocado la caída de tu matrimonio sino también de adulterio.

    Saludos

  2. AMADA HERMANA

    SHARA HASSAM

    ES ALGO ASOMBROSO LO QUE PASO.

    MIRA MUCHAS PERSONAS PARA COMPRARSE UNA PRENDA DE VESTIR DAN MAS VUELTAS Y ASI NOMAS NO LA COMPRAN.

    AVERIGUAN MUCHAS COSAS PRECIOS, CALIDAD, MARCA, ETC.

    NO PUEDO ENTENDER QUE TU SIENDO UNA CHICA TAN PREPARADA LE HAYA DADO EL CUERPO A UN HOMBRE ASI NOMAS TAN FACILMENTE.

    ES SORPRENDENTE.

    GRACIAS

  3. AMADA HERMANA

    SHARA HASSAM

    MUCHAS PERSONAS PARA COMPROMETERSE EN MATRIMONIO CON OTRO BUSCAN O AVERIGUAN LA SITUACION DE LA PERSONA.

    AHORA UNA MUJER COMO TU PREPARADA Y SEGUN TU MADURA, COMO CAISTE CON UN HOMBRE CASADO.

    ME PARECE QUE TU NO AVERIGUASTE NADA

    AHORA QUE FUISTE BURLADA ME LLAMA LA ATENCION ES QUE TODAVIA DIGAS QUE ESTAS ENMORADA.

    ESO ES ALGO EXTRAÑO.

    ESTAS ENAMORADA DE UN HOMBRE QUE TE ENGAÑO ¡INCREIBLE!

    GRACIAS

  4. ¿Hay consecuencias si me divorcio?

    No seáis sabios en vuestra propia opinión. Romanos 12:16; Hay camino que al hombre le parece derecho, pero al final, es camino de muerte. (Pro 14:12 LBLA); El que ama la disciplina ama el conocimiento, pero el que la aborrece es un necio. Proverbios 12:1

    El método moderno es separarse cuando la presión aumenta. La tendencia del siglo veintiuno es escapar, encogerse en hombros frente a las demandas de la vida y de Dios y decir. “tendré mejor suerte la próxima vez”. Quieren rehacer su vida y no se dan cuenta de que deshacen la de sus hijos.

    Pasar la responsabilidad a otro es el término coloquial equivalente a auto justificación. Justificación, significa simplemente “hecho justo”. Por su parte, la auto justificación significa “hacerse a sí mismo justo en sus propios ojos”, muchos se auto justifican por la decisión tomada en su divorcio, acá algunas de estos pensamientos:

    1) «Yo no soy feliz en mi matrimonio y es por eso que soy miserable.

    2) Mi cónyuge y yo no son compatibles por más tiempo. Nosotros no nos llevamos bien. Tengo que hacer un cambio en mi vida y el matrimonio”.

    3) «No hay consecuencias para el adulterio».

    4) «Los niños tendrán más de esto. Voy a pasar más tiempo con ellos los fines de semana.»

    5) «Yo nunca me debería haber casado con mi esposo o esposa. Tenemos también muchas diferencias. Ha sido un enorme error en mi vida, pero mi cónyuge recibirá más de ella. “! De todos modos, hay alguien en el trabajo o en otra parte que es perfecto para mí»

    6) «Mi cónyuge, los hijos y la familia nunca aceptará o me olvide después de todo lo que han hecho para ellos»

    Como ningún hombre puede vivir con la culpa, esta es una asesina. La culpa es muy pesada y conduce al temor. Por lo tanto, los hombres siguen escondiéndose. Procuran escapar. Escapan de la realidad, se escapan de su matrimonio fracasado. Lo hacen mediante la filosofía, el alcohol, el placer y de muchas otras maneras. Pero deshacerse de la culpa por cualquiera de estos métodos, es meramente justificarse a los propios ojos. La auto justificación equivale a pasar la responsabilidad a otro. Es más fácil. Tome su culpa y désela a otro culpándolo, y usted quedara libre. Simplemente pase el bulto de la responsabilidad a otro.

    Ninguno de los dos conyugues de manera responsable piensa en las consecuencias que acarrean a ellos mismos y a sus hijos ¿Has notado que hasta los medios de comunicación se han dado cuenta que el divorcio es peligroso? Rara vez una semana pasa en la cual no leamos un periódico o una revista que no trate de los efectos dañinos del divorcio.

    El ladrón sólo viene para robar y matar y destruir Juan 10:10a

    El divorcio tiene consecuencias devastadoras en los hijos ha sido la conclusión final a la que ha llegado la psicóloga californiana Judith Wallerstein. Y cuando Wallerstein habla sobre divorcio, muy pocos se atreven a desafiarla. ¿El motivo? La psicóloga ha venido siguiendo ininterrumpidamente, desde 1971, los casos de 21 hijos de divorciados. Los investigados, hoy ya adultos, son todos blancos, de clase media y de suburbios californianos, de tal manera que ningún factor racial o social pueda interferir en las conclusiones de la investigación. Desde que comenzó su investigación, la psicóloga ha publicado dos libros -el último hace apenas unas semanas- y numerosos informes periódicos, que le han valido la merecida fama de ser la más importante investigadora en temas de divorcio y sus consecuencias.

    Derribando mitos

    Según Wallerstein, la idea de que el trauma del divorcio tiene su punto crítico durante el tiempo inmediato a la separación de los padres, es totalmente errada. Por el contrario, el trauma vivido por los hijos de padres divorciados se prolonga a lo largo de los años y les dificulta afrontar los cambios propios de la adolescencia así como sus primeras relaciones amorosas, que se ven conflictuadas por temores derivados de la experiencia traumática. Las conclusiones en este sentido son tan poderosas que el San Francisco Chronicle ha tenido que admitir que «sus conceptos están destinados a reabrir el debate sobre la familia, especialmente en nuestro país».

    Resultados

    En su última obra, Law and Divorce -«Ley y Divorcio»-, la psicóloga aporta conclusiones contundentes sobre el perfil psicológico de los hijos de divorciados. Según la investigación:

    1) 25% de ellos no ha terminado el colegio (contra 10% de hijos normales).

    2) El 60% ha requerido tratamiento psicológico (contra el 30%).

    3) El 50% ha tenido problemas de alcohol y drogas antes de los 15 años.

    4) El 65% tienen una relación conflictiva con el padre (sólo el 5% ha recibido ayuda económica sustancial por parte del padre).

    5) Pese a que la mayoría pasan los 30 años de edad, apenas el 30% se ha casado.

    6) Del total de casados, el 50% ya se ha divorciado.

    7) El divorcio de los padres aumenta la tasa de delincuencia en los hijos

    8) Los hijos que no viven con ambos padres juntos, delinquen con crímenes más graves

    9) Riesgo de que un progenitor abuse de sus hijas: los padrastros lo multiplican por seis.

    10) Es 70 veces más probable que a un bebé le asesine su padrastro, que no su padre biológico

    11) Se observan altas tasas de precocidad sexual e hijos extramatrimoniales entre los descendientes de padres separados

    12) Los divorciados aumentan su riesgo de enfermedad mental, suicidio y accidente mortal

    13) El divorcio engendra pobreza, y además la feminiza. Las mujeres y los hijos experimentan un empobrecimiento tras la separación, ya que es más difícil mantener a dos familias. La ruptura matrimonial conlleva la formación de hogares monoparentales de jefatura femenina con recursos escasos o situados bajo el “umbral de la pobreza” Estos hogares se convierten finalmente en focos prioritarios de programas sociales del Estado.

    14) Bajada en el rendimiento académico.

    15) Peor auto concepto

    16) Los hijos de padres divorciados presentan mayores dificultades en sus relaciones paterno-filiales y sociales, así como más problemas psicológicos y de aprendizaje.

    17) Existe una relación directa entre divorcio de los padres y conductas antisociales de los hijos, como delincuencia juvenil, alcoholismo y drogadicción.

    18) Menor rendimiento escolar y problemas de aprendizaje entre hijos de padres divorciados.

    19) Los hijos de matrimonios rotos tienen más dificultades en las relaciones de pareja.

    20) El divorcio es un factor relevante en cuanto al maltrato de menores

    Problemas

    Estas cifras son expresión de problemas psicológicos de fondo. Según la experta, aunque las reacciones psicológicas al trauma son diferentes y tan variadas como el número de individuos, existen algunas constantes. En efecto, los hijos de los divorciados sufren sentimientos de culpa -«¿Se separaron por mi culpa?»-, irritación y malhumor, y una gran desconfianza o incapacidad para expresar sus sentimientos auténticos en el momento adecuado.

    CONSECUENCIAS EMOCIONALES:

    Las consecuencias de un divorcio por lo general son devastadoras y de larga duración, sin tomar en cuenta la calidad de vida que se tuvo durante ese matrimonio. Si el matrimonio se caracterizó por haber sido estable y bueno, va a dejar un dolor muy difícil de erradicar, a causa de los recuerdos imborrables que quedaron en todos los miembros de la familia envuelta, y en el resto de los familiares de la pareja. Los más afectados son siempre los hijos, porque ellos no entienden ni aceptan las razones de una separación. Ellos se niegan a mirar que una desgracia de esta clase pudiera llamar a la puerta de su hogar algún día.

    Si el matrimonio se caracterizó por ser inestable, con muchos malos entendidos y discordias que hicieron la vida insoportable, igualmente dejará mucho dolor y resentimiento por el hecho de haber confiado en alguien que no llenó las expectativas y por el mejor tiempo de la juventud que se fue sin haber sido aprovechado.

    Es una tarea imposible para un niño tener que digerir la amarga realidad de que uno de sus padres ya no está más en casa, y que el único tiempo que tienen para compartir con el padre ausente es limitado y en un lugar neutral, porque el padre que se fue ya no pertenece a esa casa a la cual entraba y salía con toda libertad durante todos los años que vivieron juntos como una familia. Ahora en cambio, si quiere ver a sus hijos tiene que tocar la bocina de su auto frente a aquella casa que un día fue su hogar.

    Esa visita, aunque trae felicidad a los hijos, es incompleta, porque siempre habrá un asiento vacío, ya sea en el auto, o en el parque de recreaciones, o en aquel restaurante que frecuentaban cuando el grupo familiar estaba completo.

    En todo divorcio, siempre los más afectados son los hijos, no importa la edad que tengan, porque para todo hijo es vital la unidad entre sus padres. Si el niño está en edad escolar le va a afectar mucho en su rendimiento académico. Y el hecho de verse siempre con uno de sus padres mientras que la mayoría de sus compañeros andan y viven con ambos padres, hace que su amor propio se desvalorice demasiado. Además de confundirse, su mente se va a saturar de incógnitas cuyas explicaciones jamás lograrán satisfacer su alma infantil.

    «Las investigaciones indican que los hijos del divorcio tienen más probabilidades de experimentar problemas de conducta, más síntomas psicológicos, rendimiento académico más bajo, mayores dificultades sociales, y autoestima más baja que los niños de familias intactas», observa el Dr. Huntley. Pero muchos psicólogos y consejeros familiares advierten que la brecha entre los hijos de padres divorciados y los de matrimonios unidos es menor de lo que se piensa: los niños de ambos grupos tienen más similitudes que diferencias. La pregunta a formularse, entonces, es: «¿qué niños evidencian un impacto negativo ante el divorcio?»

    Huntley explica que, de acuerdo a los resultados generales de los estudios en este campo, los varones parecen tener más dificultades en adaptarse al divorcio que las niñas, y que los niños pequeños en general sufren más ante el divorcio que los mayores. Los niños en edad preescolar muestran desventajas para comprender el significado de la separación paterna y pueden manifestar confusión y ansiedad. «No es raro observar en estos niños una regresión a etapas evolutivas más tempranas, tales como succionarse el dedo u orinarse en la cama. Suelen caer en la creencia de que si ellos se hubieran comportado mejor, el padre o la madre no se habrían marchado», añade el psicólogo.

    Entre los problemas vinculados al divorcio, preocupa en particular la cuestión de los hijos, que son las primeras víctimas de las decisiones de sus padres. Es verdad que se difunde ampliamente la idea de que la separación o el divorcio son la solución natural a las crisis matrimoniales, y algunos dicen que, en fin de cuentas, no es tan mala para los hijos. «Es mejor un buen divorcio -afirman- que un mal matrimonio». Se dice que los hijos sufren menos en caso de separación neta que en un clima de enfrentamiento entre los padres.

    Por el contrario, muchos observadores, en los numerosos estudios que se han dedicado a este tema, subrayan que el divorcio desestabiliza a todos los miembros de la familia, altera en profundidad las relaciones entre los padres y el niño durante los años decisivos en los que se forma su personalidad, y le hace perder las referencias simbólicas que ofrece el ambiente familiar. El niño debe volver a ubicarse en nuevas relaciones familiares, y eso causa desconcierto e incluso sufrimientos. Para el hijo, el divorcio de los padres será el acontecimiento más importante y doloroso de los años de su crecimiento, el acontecimiento que lo afecta más profundamente. Las consecuencias del divorcio sobre el niño son profundas, numerosas y duraderas. Algunas sólo se manifestarán a largo plazo.

    Así pues, no sorprende constatar que el divorcio provoca frecuentemente en los hijos fenómenos como el retraso escolar, las tentaciones de delincuencia, el uso de droga, la inestabilidad personal, las dificultades para relacionarse, el miedo a los compromisos, los fracasos profesionales, la marginación, como demuestran los especialistas en estas materias. Las estadísticas ponen de manifiesto también que los hijos de padres divorciados tienen más dificultades que los demás para entrar en una relación conyugal estable y suelen divorciarse también ellos con más frecuencia. En efecto, la separación y, más aún, el divorcio provocan en los hijos daños notables y los marcan para toda la vida

    Está comprobado que los niños sufren más con el divorcio de sus padres que con la muerte de uno de ellos —decía el doctor—. Normalmente, el divorcio de los padres provoca en los hijos crisis de ansiedad, que en un adulto supondría por lo menos pedir una baja laboral, pérdida de la seguridad en sí mismos, lo que afecta a su proceso de maduración, o trastornos de personalidad, que son difíciles de curar con psicofármacos, y en ocasiones incluso no tienen cura. Por eso digo que el divorcio engendra más divorcio. Todo esto trae consecuencias para los niños, como un bajísimo rendimiento escolar, un trastorno comparable en un adulto a la pérdida de su trabajo, para que se puedan hacer una idea. (…) Hay tres causas fundamentales por las cuales las parejas se divorcian: la infidelidad conyugal, contraer matrimonio antes de los 18 años para escapar de la tutela de los padres, y, por último, proceder de padres divorciados. (…)

    Dificultades sociales

    1. Dificultades emocionales como depresión, miedo, ansiedad

    La separación de los padres hace que sus niños crezcan con temor; se les hace más difícil poder establecer amistades de larga duración. Se han vuelto desconfiados y creen que en cualquier momento y por cualquier causa van a ser puestos a un lado de su círculo social. De modo que se les hace más fácil permanecer lo suficientemente distantes como para que no los consideren como antisociales, ni tan envueltos, para que el posible rechazo tan temido no les resulte tan cruel.

    Cuando esos niños llegan a la juventud siguen teniendo problemas de adaptación en el medio ambiente donde se encuentren; ya sea el colegio o su lugar de trabajo. Ellos sienten que han sido en parte responsables del divorcio de sus padres, y eso hace que se sientan perseguidos por un sentimiento de culpabilidad que los obliga a vivir a la defensiva…siempre huyendo de un fantasma inexistente que los induce a pensar en la adversidad antes de que los hechos se encajen en su lugar.

    Ese sentimiento de fracaso les impide levantar vuelo en todas sus actividades. La frase: “Y SI ME VA MAL” les acompaña al comenzar todas sus empresas, por lo tanto, piensan que sería más prudente no iniciar nada que conlleve cierto riesgo, pero, la verdad es que toda empresa conlleva un grado de riesgos. Por otro lado, como estas personas magnifican esos riesgos, la lógica les dice que es mejor no despegar. Los comentarios emitidos no incluyen a todas aquellas personas que han logrado sobreponerse a los efectos negativos que un divorcio deja en las familias.

    Cuando estas personas forman sus propios hogares, les acompaña el trauma que su matrimonio se puede derrumbar cada vez que entre ellos se presenta un problema igual o similar al que ellos acostumbraban ver entre sus padres. En estos casos, la pareja que está en ventaja por no acarrear ningún trauma, tiene el deber sagrado de darle a su cónyuge el respaldo emocional que le asegure una vida unida y armoniosa.

    Ningún divorcio es justificable cuando hay hijos de por medio, a menos que exista violencia doméstica. En ese caso, la víctima tiene que armarse de valor y abandonar el hogar inmediatamente después del primer incidente de abuso, y regresar si lo desea una vez que el victimario dé señales convincentes y permanentes de una total recuperación. Esa es la única circunstancia en que los hijos aprueban una separación, más aún, ellos aplauden la dignidad de la persona que no se prestó para esa deshonra tan ruin. Ese sería el único caso que no deja huellas dolorosas en los hijos.

    La unidad matrimonial es algo que debiera cultivarse y mantenerse tan saludable como sea posible con tal de evitar su vulnerabilidad, sabiendo que su deterioro envuelve a muchas personas en un dolor innecesario, y que puede evitarse si el círculo familiar se atiende a tiempo y a plenitud.

    Cuando una pareja lleva una vida demasiado turbulenta, se piensa que lo más recomendable sería terminar con esa relación. Pero eso no mitiga el dolor porque se sufre por el tiempo y oportunidades desperdiciadas. Por ende, siempre existirá la auto recriminación: “¡por qué no hice esto, o aquello, cuando aún estaba a tiempo para hacerlo, pero…no lo hice!

    Al no existir violencia doméstica, la pareja tiene que pedir la ayuda divina para que sus emociones maduren y así impedir que brote la violencia y vuelvan a tener un nuevo amor. Son muchas las parejas que descubren sus virtudes y gozan en esa base, en lugar de sacar a relucir solamente los puntos negativos.

    No se logra ningún progreso cuando se trata de reformar a la otra persona. Ella o él pueden asumir una conducta que agrade a su cónyuge demandante pero ese cambio, por no ser genuino sino forzado, no va a durar más de uno o dos meses. Saldrá otra vez a relucir la verdadera personalidad de ese individuo.

    Dios no nos ha dado la tarea de reformadores, sino de aceptarnos recíproca-mente tal como somos. Con una actitud positiva vamos a descubrir que aún los defectos de nuestra pareja nos pueden resultar divertidos. Recordemos que nadie es mejor o peor que el otro. Somos diferentes, y esa diferencia es lo que le da el sabor y la variedad a la vida matrimonial.

    Como parejas, tenemos que amarnos así como Cristo amó a la iglesia, Él nos acepta incondicionalmente, tal cual somos, y cuando voluntariamente nos dejamos guiar por su Espíritu nos vamos asemejando más al verdadero modelo. Nosotros no cambiamos por someternos a un proceso riguroso de reforma. Recordemos que nuestra personalidad nunca cambia. Con la personalidad que hemos nacido vamos a vivir toda nuestra vida. Lo único que se puede eliminar son los malos hábitos, eso es posible no por fuerza de voluntad, sino por la presencia de Jesús quien dijo “Sin mi nada podéis hacer”. Tan solo así gozaremos de una reforma genuina, completa y permanente.

    Otro dato conveniente recordar es que cuando se produce una ruptura, el que se queda en casa demuestra más sabiduría. Con esa actitud está manifestando que no tiene razón para huir, y que seguirá siendo el soporte necesario para todos sus hijos especialmente para los que están en mayor desventaja. En cambio, el que se va de su lugar, es como el ave que abandona su nido. Es capaz de dejarlo a la intemperie, a su suerte, sin importarle el depredador, ni cómo queda cada uno de los polluelos.

    ¿Qué sucede con los hijos de padres divorciados?

    En la mayoría de los casos, cuando este niño es adulto y tiene la oportunidad de formar un hogar, inevitablemente repetirán los mismos patrones que vivió. Los padres delegamos a nuestros hijos una herencia de bendición o maldición para nuestros hijos.

    Los hijos enfrentan sus propios conflictos además de la crisis de sus padres. En el divorcio los padres hacemos uso de nuestros hijos como elementos de venganza, son manipulados, ignorados como personas y reducidos a la calidad de objetos. El niño que está atravesando el divorcio de sus padres, necesita de alguien de fuera «confiable» en quien depositar sus ansiedades y temores.

    Ahora ya debemos entender porque Dios aborrece el divorcio

    Y esta otra cosa hacéis: cubrís el altar del SEÑOR de lágrimas, llantos y gemidos, porque El ya no mira la ofrenda ni la acepta con agrado de vuestra mano. Y vosotros decís: «¿Por qué?» Porque el SEÑOR ha sido testigo entre tú y la mujer de tu juventud, contra la cual has obrado deslealmente, aunque ella es tu compañera y la mujer de tu pacto. Pero ninguno que tenga un remanente del Espíritu lo ha hecho así. ¿Y qué hizo éste mientras buscaba una descendencia de parte de Dios? Prestad atención, pues, a vuestro espíritu; no seas desleal con la mujer de tu juventud. Porque yo aborrezco el divorcio–dice el SEÑOR, Dios de Israel–y al que cubre de iniquidad su vestidura–dice el SEÑOR de los ejércitos–. Prestad atención, pues, a vuestro espíritu y no seáis desleales. Malaquias 2:13-16 LBLA

    Bárbara DaFoe Whitehead, en ATLANTIC, Abril 1993, relaciona el decrecimiento del matrimonio en América con tres hipótesis que tomaron lugar en los sesentas: Que las mujeres pueden financiar ser madres sin la ayuda económica de los padres, el divorcio no causa daño significante y permanente a los niños, y que la diversidad en la estructura familiar es buena. ¿El resultado? Hoy la mitad de los matrimonios terminan en divorcio. La gente que cohabita está más susceptible al divorcio. La mayoría de los divorciados se volverán a casar. La mayor parte de los segundos matrimonios, más que los primeros, terminan en divorcio, más terceros que segundos matrimonios también, y así. Más y más niños viven con padres solteros, padrastros o madrastras y en casas donde las parejas cohabitan hay excepciones notables en los niños de matrimonios que terminan en divorcio y los niños de madres solteras tienden a ser pobres, a permanecer en la pobreza, y a depender de la asistencia pública y a ser abandonados por sus padres. Estos niños tienden a tener problemas emocionales y de comportamiento, a fracasar académicamente, a salir embarazados, a abusar de drogas y alcohol, a tener problemas con la ley y a ser sexualmente y físicamente abusados.

    Los medios de comunicación secular han hecho el diagnóstico del problema sin conocer la cura que existe a través de Jesucristo. Dios sana los matrimonios heridos, resucita los matrimonios muertos ¿Cuánto más deben los cristianos estar abiertos a las advertencias sobre los efectos del divorcio?

    «Así dice el Señor DIOS: ‘En el día que yo os limpie de todas vuestras iniquidades, haré que las ciudades sean habitadas y las ruinas reedificadas. ‘La tierra desolada será cultivada en vez de ser desolación a la vista de todo el que pasa. ‘Y dirán: Esta tierra desolada se ha hecho como el huerto del Edén; y las ciudades desiertas, desoladas y arruinadas están fortificadas y habitadas. ‘Y las naciones que quedan a vuestro alrededor sabrán que yo, el SEÑOR, he reedificado los lugares en ruinas y plantado lo que estaba desolado; yo, el SEÑOR, he hablado y lo haré.’

    (Eze 36:33-36)

    Yo les daré un solo corazón y pondré un espíritu nuevo dentro de ellos. Y quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, (Eze 11:19 LBLA); Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. (Stg 1:5 LBLA)

  5. ¿Qué es adulterio? ¿Hay consecuencias?

    Algunos pueden decir que esta enseñanza constituye un mensaje de “condenación”. No es esa la intención si no es la de llevar a muchos (hombres y mujeres) a que abran sus ojos y vean que esta verdad los va a liberar, “Si así es cómo recibe este, lo debe estar recibiendo en el contexto de Juan capítulo 3.

    Juan 3:19-20 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.

    También porque veo que es el deber de todo cristiano el decir las verdades de nuestro señor, no podemos quedarnos callados, porque también seremos cómplices del desmoronamiento moral que se vive actualmente:

    Ezequiel 33:8-9 Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano. Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida.”

    El adulterio es una conducta manifestada por un acto desleal donde se demuestra un total desamor por el cónyuge y/o una atracción física descontrolada que conlleva a una relación sexual ilícita entre un hombre y una mujer en la cual uno de ellos es casado y la otra persona no es su cónyuge. Conducta que no es aceptable para la vida en sociedad. El cristianismo en general, considera el adulterio como pecado y es una conducta condenada por Dios (muerte espiritual, vivir una eternidad sin Jesús), tal como se manifiesta en las escrituras:

    1 Corintios 6:9-10 ¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.

    Marcos 10:11-12 Y Él les dijo*: Cualquiera que se divorcie de su mujer y se case con otra, comete adulterio contra ella; y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio

    El adulterio es una relación sexual fuera de una unión matrimonial. Jesús le dijo al esposo y/o la esposa que se divorció del otro, que al casarse con otra persona, ambos estaban cometiendo adulterio contra el otro. Eso es imposible, a menos que Jesús estaba diciendo que El no reconoce el divorcio.

    Lucas 16:18 Todo el que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con la que está divorciada del marido, comete adulterio.

    Por favor note sin embargo, que Lucas 16:18 da un paso mas adelante. Recuerde, Jesús lo dijo, y sólo repetimos lo que El dijo. No estamos añadiendo, quitando, interpretando, ni tratando de crear nuestra propia tesis. No necesitamos interpretar nada aquí; es auto explicativo. Jesús fue más allá al decir: Romanos 7:2-3 Porque la mujer casada está sujeta por la ley (ley del matrimonio) al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón; será llamada adúltera, pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.

    Les he leído esta parte a niños de primaria y les he dicho, “Por favor díganme que está diciendo esto”. La respuesta siempre ha sido clara, “ La Biblia dice que la gente casada están casados para toda la vida”. Ahora yo me pregunto, si los niños pueden ver esto, ¿Por qué no pueden los adultos? Quizá es porque los niños no miran esta porción de las Escrituras con ideas de preconcebidas.

    Jesús levanto aún más la valla Mateo 5:27-28 Oíste que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo (este es ese punto fundamental de autoridad final) que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

    Permita que inserte una pregunta para aquellos que enseñan que el adulterio prepara el terreno para el divorcio que se da hoy día. Si es así, ¿cómo aplicarían esta enseñanza? ¿Una esposa pediría que le den el divorcio porque vio un destello en los ojos de su marido cuando este miraba a otra mujer?

    Jesús no enseñó que el adulterio o la moralidad impura son argumentos para el divorcio, sino como una oportunidad para manifestar el perdón cristiano. Muchos hombres casados actualmente viviendo con esposas y a la vez con los corazones llenos de adulterio, mientras que van a la iglesia regularmente. La única diferencia entre ellos y los adúlteros expuestos es que hasta este momento, lo han guardado adentro. Ante los ojos de Dios, son adúlteros y necesitan arrepentirse.

    Por esto, sabemos que el adulterio no es más un acto físico tanto como una actitud del corazón (principio del Nuevo Testamento).

    Adulterio-(Moikeia, y otra derivaciones, en griego) El incumplimiento intencionado del contrato de matrimonio y el pacto, por alguna de las partes, al llevar a cabo el acto sexual o deseando estar con una tercera persona. Relaciones sexuales extramaritales. (Deuteronomio 22:22; Éxodo 20:14; Levítico 20:10; Proverbios 6:32-33; Mateo 15:18-20)

    Definición bíblica del adulterio

    En el capítulo 7 de romanos, Pablo dice que si alguien se divorcia y se casa con otro mientras que su primer cónyuge vive: Romanos 7:3 Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.

    Lo que usted y yo pensamos al respecto no es lo que importa. La pregunta importante es: ¿Qué dice la Palabra ? Sé de personas que no creen en el diezmo, el infierno, la sanidad, etc. Eso no remueve a Dios de Su trono ni cambia su Palabra. Sin importar su incredulidad, la infalible Palabra de Dios sigue siendo la verdad. Su duda e incredulidad no afecta su verdad o autoridad. Creo que las escrituras enseñan tres aspectos del adulterio.

    Primero está el acto físico del adulterio, por ejemplo el que fue cometido, y luego se arrepintió, por David.

    Segundo es el acto mental del adulterio descrito por Jesús en Mateo, capítulo 5. Mateo 5:28 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.

    Tercero es el estado constante del adulterio. Está es la condición de la cual Pablo habla en Romanos, capítulo 7.

    Romanos 7:3 Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.

    Mientras que una persona permanezca en esa condición, sin importar su experiencia religiosa, él o ella están habitando en un estado, o condición continua, llamada adulterio. Un hombre en un uniforme de prisión, que está encarcelado contra su voluntad por cierto crimen y por lo cual las autoridades le tienen prohibido salir en libertad, es un preso o prisionero. El continuará siendo llamado un preso o prisionero hasta que las autoridades lo dejen salir en libertad y sus condiciones de vida cambien. Incluso si usted educa a ese hombre, le da grandes cantidades de dinero, y lo viste con un guardarropa agradable, él sigue siendo un preso. Su condición, o su estado de ser, es el de un preso.

    Pablo dijo que mientras uno permanece en la posición, la condición, o el estado continuo de ser divorciado y de vivir con alguien con excepción de su primer marido o esposa, uno debe ser llamado un adúltero.

    Nuestra sociedad ha aceptado el adulterio como norma social. Así, incluso la Iglesia se ha ensuciado, impregnada por esta desobediencia, rebelde contra la verdad de la Palabra de Dios. Dicen, “Ese mensaje no sirve en el mundo de hoy; es una nueva era”.

    1 Corintios 6:9-10 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis (no se engañe); ni los fornicarlos (aquellos solteros que sostienen relaciones sexuales ilícitas y no han tenido un cambio de pensamiento y dirección en esta área, de forma tal que den un giro de 180 grados que los haga aborrecer y abandonar esa práctica) ni los idólatras (los que adoran a otra persona, lugar, o cosa, o le dan mucho valor a cualquier persona, lugar, o cosa en vez de a su relación con Dios; oran, alaban o depositan su dependencia para la vida eterna en algo o alguien diferente a Jesucristo; y no se han arrepentido o dado un giro de 180 grados que los haga aborrecer eso) ni los adúlteros (los casados que codician a otros con el pensamiento. Los que se han divorciado de sus esposas y se han vuelto a casar o los que se han casado con divorciados y no han cambiado de parecer en arrepentimiento), ni los afeminados (aquellos que practican la sodomía en todas sus ramificaciones y no han cambiado ni renovado sus pensamientos en arrepentimiento), ni los que se echan con varones (lo que practican formas perversas del acto sexual con hombres o animales y no han cambiado de forma de pensar y actuar), ni los ladrones (los que roban en cualquier forma y no han cambiado en 180 grados para rechazar y aborrecer esto completamente), ni los avaros (los codiciosos, egoístas y posesivos que no dan muestra de querer cambiar y ver sus acciones como pecados. Estas personas no tienen la mínima idea de que Cristo es el propietario y administrador sagrado de sus vidas), ni los borrachos (son los que tienen debilidad por el alcohol y no han cambiado de forma de pensar de manera que aborrezcan esta práctica), ni los maldicientes (personas que difaman a otros y tratan de fomentar conflictos diariamente y no muestran cambios de actitud, de manera que rechacen y de un giro de 180 grados en aborrecimiento a esta actitud), ni los estafadores (los que practican cualquier forma de engaño con el propósito de ganar a expensas de otros, y no han experimentado un cambio de mentalidad que les cause girar sus acciones en 180 grados, rechazando y aborreciendo tal pecado) heredarán el reino de Dios.

    ¿Qué hacer?

    ¿Por cuanto tiempo es un adultero, adultero? ¿Un fornicador, fornicador? ¿Una ramera, ramera? ¿Un borracho, borracho? ¿Un ladrón, ladrón? ¡Hasta que lo abandonan! ¿No es eso cierto? La verdadera razón por la que tenemos dificultad en admitir que sigue siendo adulterio y hace falta el arrepentimiento, es porque la sociedad ha aceptado el divorcio, y la práctica de casarse otra vez, como algo común- la norma aceptada. Hasta que eso cambie, especialmente en la Iglesia , este pecado nunca disminuirá, al contrario continuará regándose.

    Si tu estas en medio del adulterio, déjame decirte que yo también lo estuve, no estuve con otra mujer, pero si en mi mente amanecía con otras mujeres, o cuando miraba (pornografía) estaba mentalmente con ellas, agradezco a Dios inmensamente porque me salvo la vida, y también el quiere hacer lo mismo contigo. Es mi oración que El Espíritu Santo este tocando tu corazón. No te alejes en este momento de Dios, no trates de huir, Cristo vino a este mundo por ti, no vino a condenarte, vino para darte salvación, vida eterna, quiere vivir una eternidad contigo.

    Hagamos esta oración (tienes que oír al menos tus palabras): Padre de la Gloria , hoy me acerco a ti, con mucho dolor en mi corazón, porque veo que he pecado contra ti, contra mí conyugue, contra las personas que han depositado su confianza en mí. Padre perdóname por haber cometido adulterio, te pido que me limpies con la sangre preciosa de tu hijo, déjame blanco como la nieve, gracias porque me estas perdonando, y nunca mas te vas a olvidar de lo que cometí, Papito Dios, que los sentimientos de culpa no invadan mi mente, todos estos pensamientos los pongo hoy debajo de los pies de Cristo. Señor Jesús, hoy que he reconocido este pecado, reconozco que tu has muerto por cada uno de mis pecados, te pido que entres a mi vida como Mi Señor y Mi Salvador personal, has de mi la persona que tu quieres que yo sea. Aborrezco lo que tu aborreces, amo lo que tu amas, gracias por que el día de hoy me has hecho una nueva criatura, Santo Espíritu de Dios, dame la sabiduría para entender tu palabra y hacer la voluntad de mi Padre, tengo que tomar muchas decisiones y no quiero tener miedo a lo que piense el resto, solo te quiero agradar a ti, dame la fortaleza para dejar los pecados, pon alrededor mío personas piadosas, que me ayudaran a conocerte mas, en el nombre de Jesús, Amen

    Bien venido al reino de Dios

    ¿Qué debo hacer si mi cónyuge comete adulterio?

    RESPUESTA

    Si usted hubiera vivido en los tiempos del Antiguo Testamento, la respuesta a esta pregunta habría sido tirarle piedras. Para saber la respuesta a esta pregunta uno necesita preguntarse qué hizo Cristo con nuestras transgresiones y faltas. ¿Nos las recuerda repetidamente? ¿Nos dice que va a dejarnos o abandonamos, sin importar como nos sentimos sobre nuestros pecados? En Mateo 18, Pedro le preguntó a Jesús cuántas veces él debe perdonar a otra persona.

    Mateo 18:21-22 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.

    Otra vez en Mateo capítulo 6, Jesús dijo:

    Mateo 6:14-15 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial, mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

    Puede ser que usted diga, “¡Dios, no es justo! He sido fiel a mi cónyuge, el cual me era infiel”. ¿No podría el Señor decir lo mismo de usted y de mí? No cabe duda que le hemos sido infiel en muchas ocasiones. Debemos ver que el método de Dios de perdonar es único. Si su cónyuge le ha sido infiel, y usted ha sido el marido o esposa que Dios pide que sea, entonces el pecado está en las manos de su cónyuge y usted está exonerado ante Dios. Esto se hace evidente en el libro de hebreos.

    Hebreos 13:4 Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla, pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.

    Si su marido o esposa le es infiel y usted no le perdona, si permite que la amargura, el resentimiento, el odio o la venganza entren a su corazón, eso queda en su expediente y usted sufrirá también. Recuerde que no tiene que conseguir la venganza. Perdone a la persona en el nombre de Cristo y deje que Dios haga lo que Él considere necesario.

    He sabido de casos dónde la pareja ha cometido un acto de adulterio en un momento débil, solo para arrepentirse totalmente y ver su matrimonio completamente sanado. He visto otras situaciones donde las esposas han sabido de la infidelidad de su marido y los han perdonado, amado y cuidado como si nada hubiera pasado. Estas mujeres saben como colocar todas sus cargas en El, para que El cuide de ellas, (1 Pedro 5:7). En muchos casos el adulterio continuó por años. ¿Acaso Dios no lo sabía? Oh sí. He mirado y he visto estos mismos adúlteros terminar en situaciones horribles. El cónyuge que estaba perdonando la situación comienza a manifestar una actitud hermosa, como la de Cristo, debido a los años de tener que confiar en Cristo día a día.

    En contraste, he visto a otros “cónyuges inocentes” sumergirse en lástima hacia ellos mismos y en resentimiento. He visto una disposición dulce llegar a ser dura y falta de confianza. Uno puede casi mirar mientras que esta gente cava sus propios sepulcros. Al no perdonar y llenarse de resentimiento, comienzan a deteriorarse por dentro y a perder la paz de saber que sus propios pecados han sido perdonados. En Mateo 18:21-35, y en Mateo, capítulo 6, Jesús describe el precio que uno paga al no perdonar a otros.

    Mateo 6:15 Mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

    Tan pronto menciono este versículo, oigo que alguien dice, “Oh, he perdonado totalmente a mi ex esposo”. ¿De verdad? ¿Les esta mostrando cariño y afecto como solía hacerlo antes de la ofensa? Si no, usted solo está fingiendo. Ha perdonado, pero no desea tener nada más que ver con ellos. Déjeme decirle que eso no es perdón como la palabra de Dios habla de perdón. El Apóstol Pablo dijo en Efesios, capítulo 4, que nuestro perdón debe ser como el de Cristo.

    Efesios 4:32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

    “Como Dios…” Esto habla no solamente de la acción de perdonar, pero del grado del perdón. Debe ser un perdón total. La mayoría de las personas perdonan a medias. Cuando Cristo perdona, El perdona totalmente, se olvida totalmente, restaura totalmente, ama totalmente, y nunca se separa de nosotros o nos recuerda nuestro pasado, si nosotros nos arrepentimos de nuestros pecados.

    Ahora recuerde, la Palabra dice que podemos “vivir por separado”, pero eso no concede el permiso de casarse de nuevo o abrigar el resentimiento, la amargura, el odio, o la venganza en nuestros corazones.

  6. Para Fernando Alvarez:

    Eres bastante conocedor de la teoría sobre el divorcio, te felicito.

    Una pregunta:

    Hace poco tiempo salio en los noticieros, el caso de una pareja de casados, el padre había violado sistemáticamente a sus tres hijas cuya edad estaban entre los 12 y 16 años si no me equivoco, en este caso real, ¿qué recomiendas? ¿ni aún en estas condiciones es posible el divorcio?

    Saludos

  7. Para Ruben:

    De hecho es terrible lo que ese hombre ha hecho, ese hombre va a tener que asumir la responsabilidad de sus actos, las autoridades se encargaran de el, ahora recuerda que la paga del pecado es la muerte, a la luz de la palabra ¿que se tendria que hacer? ¿no se tendria que llevar a los pies de Cristo a todos y cada uno de los membros de esa familia? ¿no seria enseñar a las victimas a perdonar a su padre? ?¿la esposa no tendria que perdonar a su esposo? ¿no seria ministrarlas en su restauracion personal (incluyendo al padre)?

    La biblia permite la separacion, pero no el divorcio, si luego de unos años ese hombre sale y la familia desconfia tendrian que seguir separados, eso si los podria visitar pero con supervision, La sanidad de esas heridas tomara su tiempo, pero para Dios nada es imposible. Restaurar ese matrimonio para Dios no es tampoco imposible. El Espiritu Santo de alguna manera tendria que mostrar que verdaderamente ese señor se ha arrepentido.

  8. Para Fernando Alvarez:

    – Tu comentario: ¿no se tendria que llevar a los pies de Cristo a todos y cada uno de los membros de esa familia?

    – Rpta: El aceptar a Cristo, mi hermano, es voluntad de la persona, esto no va a suceder porque a algún religioso se le ocurra. ¿Qué va a suceder si el hombre no acepta a Cristo? De hecho que no lo acepta, de lo contrario no habría hecho lo que hizo.

    – Tu comentario: ¿no seria enseñar a las victimas a perdonar a su padre? ?¿la esposa no tendria que perdonar a su esposo?

    – Rpta: Nadie dijo que no los hayan perdonado, eso no lo sabemos. El asunto, mi hermano, es que perdonar, no significa convivir con el pecado, no se de donde sacas ese concepto, porque en la biblia no existe, más al contrario, lo que la biblia recomienda es huir de ese tipo de pecado.

    – Tu comentario: ¿no seria ministrarlas en su restauracion personal (incluyendo al padre)?

    – Rpta: Respuesta desde un punto de vista puramente teórico. Tendrías que estar en el lugar de las hijas y de la madre.

    – Tu comentario: La biblia permite la separacion, pero no el divorcio

    – Rpta: Si eres católico, te acepto, el concepto, porque esa es parte de la doctrina católica, y esta escrito en el catecismo. El concepto cristiano (no católico) es diferente.

    – Tu comentario: Restaurar ese matrimonio para Dios no es tampoco imposible.

    – Rpta: Es posible cuando la persona acepta, porque de lo contrario no es posible. Dios no se contradice, tú mismo lo has dicho, existe el libre albedrío. Dios juega con las personas, justamente porque es Dios.

    Por otra parte, si como dices, por el hecho que para Dios nada es imposible, esa persona se va ha volver en blanca paloma, entonces porque el mismo Dios instituyó la pena de muerte?.

    Espero tu respuesta.

  9. El problema con la religión

    Pastor Tony Hancock

    Nos estamos acercando al día del amor y la amistad, y muchos se preguntan: ¿cuál será la clave para tener una relación realmente duradera? Una iglesia había reunido a sus parejas para aprender sobre el compromiso duradero, y entre los invitados se encontraba un señor anciano que tenía casi cincuenta años de casado.

    El pastor le pidió que pasara al frente para compartir su secreto de la longevidad matrimonial. El hombre respondió: Intenté siempre tratarla bien, comprarle cosas bonitas, y para nuestro aniversario número veinte, ¡la llevé a España! El pastor lo miró con cara de asombro y le dijo: ¡Ese es un gran gesto! Dígame, ¿cómo piensa celebrar su cincuenta aniversario? El anciano respondió: Pienso ir a España a recogerla.

    Parece que este hombre no había comprendido la idea de la convivencia matrimonial, ¿no es cierto? Claro, ¡cualquiera evita el conflicto matrimonial si su esposa se encuentra en otro continente! Pero no es de esto que se trata el matrimonio. Este hombre estaba en una gran confusión.

    Me temo que lo mismo sucede con muchas personas cuando se toca el tema de la religión. Es muy fácil entrar en confusión acerca de lo que Dios realmente busca de nosotros. Es muy fácil pensar que estamos bien con El, cuando realmente no hemos entendido lo que El desea.

    No es un problema nuevo. El pueblo escogido de Dios, el pueblo judío, cometió este mismo error. La Biblia nos muestra su error, pero no es para que nos sintamos mejores que ellos. La verdad es que somos propensos a cometer el mismo error que ellos cometieron. La semana antepasada, hablamos del problema que todos tenemos – el problema del pecado.

    Luego, la semana pasada, descubrimos una de las cosas que nos puede cegar a nuestro problema, y hacernos incapaces de verlo – y de encontrar su solución. Hoy veremos la segunda forma en que nos podemos quedar ciegos. Esta es la ceguera de la religión. Abramos nuestras Biblias al libro de romanos, capítulo 2, y leamos los versos 17 al 29:

    Pero si tú, que llevas el nombre de judío y te apoyas en la ley; que te glorías en Dios, y conoces su voluntad; que apruebas las cosas que son esenciales, siendo instruido por la ley, y te confías en que eres guía de los ciegos, luz de los que están en tinieblas, instructor de los necios, maestro de los faltos de madurez; que tienes en la ley la expresión misma del conocimiento y de la verdad; tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se debe robar, ¿robas? Tú que dices que no se debe cometer adulterio, ¿adulteras? Tú que abominas a los ídolos, ¿saqueas templos? Tú que te jactas de la ley, ¿violando la ley deshonras a Dios? Porque EL NOMBRE DE DIOS ES BLASFEMADO ENTRE LOS GENTILES POR CAUSA DE VOSOTROS, tal como está escrito. Pues ciertamente la circuncisión es de valor si tú practicas la ley, pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión se ha vuelto incircuncisión. Por tanto, si el incircunciso cumple los requisitos de la ley, ¿no se considerará su incircuncisión como circuncisión? Y si el que es físicamente incircunciso guarda la ley, ¿no te juzgará a ti, que aunque tienes la letra de la ley y eres circuncidado, eres transgresor de la ley? Porque no es judío el que lo es exteriormente, ni la circuncisión es la externa, en la carne; sino que es judío el que lo es interiormente, y la circuncisión es la del corazón, por el Espíritu, no por la letra; la alabanza del cual no procede de los hombres, sino de Dios. (ROM 2:17-29)

    Este pasaje empieza así: «tú que llevas el nombre de judío». Tú y yo no llevamos ese nombre; no somos judíos de descendencia, ni por religión. Sin embargo, este pasaje tiene mucho que enseñarnos. Por eso, te pido que me acompañes en un viaje de descubrimiento para entender lo quieren decir estos versículos, y luego veremos lo que tienen que ver con nosotros.

    La religión judía, con sus reglamentos y costumbres, había sido dada por Dios a Moisés. En el transcurso de la historia, había otras tradiciones que habían crecido alrededor de esta base. Sin embargo, los judíos tenían la mejor religión del mundo, porque les había sido dada por Dios.

    Ellos recibieron muchas bendiciones. El nombre de judío los separaba de todas las demás naciones del mundo, identificándolos como la nación escogida de Dios. Habían recibido de labios de Dios en el monte Sinaí la revelación exacta de su voluntad en la ley. Él había entrado en un pacto especial con ellos, y por lo tanto, tenían una relación con El que ninguna otra nación tenía.

    Ellos, entonces, debían ser maestros de los demás. Muchos de ellos se sentían orgullosos de poder enseñar la ley a la gente de otras naciones, gente que vivía en borracheras, orgías y otras formas de desenfreno. Se llamaban a sí mismos guías de los ciegos y luz de los que están en tinieblas. En otras palabras, la comunidad judía se consideraba un faro en la oscuridad, ayudando a todos a evitar el naufragio.

    Pero ¿qué sucedería si los que se creían luz de los demás resultaban estar viviendo en oscuridad? Todas las bendiciones que Dios le había dado a su pueblo perdían el sentido si no había obediencia. Claramente, no todos los judíos eran culpables de todos los pecados aquí mencionados. Ellos no eran peores que los demás.

    Sin embargo, dentro de la comunidad judía, estas cosas eran conocidas. Al no cumplir con lo que ellos mismos enseñaban, caían bajo condenación. La marca externa de ser judío era la circuncisión; esto los marcaba como judíos. Muchos creían que, en virtud de haber sido circuncidados, estaban bien con Dios. Confiaban en las marcas externas de su religión para protegerlos.

    Pablo dice, en cambio, que la circuncisión sólo tiene sentido si el hombre circuncidado guarda la ley que mandaba la circuncisión. Pero nadie sería inocente ante Dios simplemente por haber sido circuncidado; al contrario, el judío circuncidado que desobedecía las leyes de Dios sería condenado en el juicio por el gentil incircunciso que sí los guardaba.

    ¿A qué conclusión llegamos? A la conclusión de que lo importante no es tanto lo exterior, sino lo interior. ¿Cuál es el problema con la religión? El problema con la religión es que se trata simplemente de lo exterior. Dios, en cambio, mira el corazón. El busca personas realmente arrepentidas, personas que confían en El y que lo aman de corazón. No le interesa la religiosidad.

    Nosotros también podemos tener una religión muy buena. Podemos enseñar y aprender cosas muy buenas. Podemos escuchar los mejores sermones, cargar a la iglesia una enorme Biblia y recitar versículos de memoria. ¿Es malo esto? ¡De ninguna forma! Es bueno. Hemos recibido muchas bendiciones. El tener acceso a la Palabra de Dios es una de ellas.

    Sabemos también que debemos de compartir con los demás lo que hemos oído. Somos llamados a testificar. Si otros saben que somos creyentes, ¿obedecemos lo que les enseñamos? Si confiamos solamente en nuestra religión, quedaremos bajo condenación. Si pensamos que con asistir a la iglesia, llevar la Biblia y hacer algunos movimientos religiosos ya hemos quedado bien con Dios, estamos muy equivocados.

    Los judíos confiaban en la circuncisión para ser librados del castigo en el día del juicio. Nosotros podemos confiar en el bautismo – otra marca exterior – para librarnos del castigo de Dios. Si lo hacemos, caemos en un gran error. La circuncisión no valía nada si no había un cambio en el corazón de la persona. Tampoco sirve para nada el bautismo si sólo es por fuera.

    De hecho, el mismo Moisés que recibió de Dios el mandamiento de la circuncisión para los varones judíos también les dijo que circuncidaran sus corazones. La circuncisión física siempre debía ser simplemente un símbolo externo de la transformación del corazón, dejando atrás el pecado y viviendo en santidad.

    Pero muchos no lo veían así. Confiaban en lo externo, en el símbolo, ignorando la realidad. Se parecen a una hermana que, cuando quiere esquivar las atenciones de algún hombre, se pone su anillo de bodas. Esta hermana no está casada; el anillo de bodas no es suyo. Sólo aparenta estar casada cuando le conviene.

    Lo mismo le sucedía al judío circuncidado, cuyo corazón no había cambiado. Lo mismo le sucede al creyente bautizado, que no ha sido limpiado en su corazón. Sin una entrega sincera a Dios, el bautismo no significa nada. Sólo es un chapuzón en el agua. Tiene un significado bello, pero no tiene ningún efecto por su propia cuenta, si no representa un verdadero cambio de corazón.

    Sólo el Espíritu Santo puede realizar esta obra, y Él lo hace cuando nos arrepentimos y ponemos nuestra fe humilde y sincera en Jesucristo, nuestro Señor y Salvador. Tendremos mucho más que decir acerca de El en las semanas venideras, pero por ahora, quiero que comprendas esto.

    Ninguna religión te puede salvar. Si la mejor religión del mundo, dada por Dios, no pudo salvar a los judíos cuando sus corazones no cambiaron, ninguna religión te podrá salvar a ti tampoco. Lo único que te puede salvar es una transformación del corazón, un cambio que sólo Dios puede hacer.

    ¿Le has permitido hacerlo? ¿Le has invitado a cambiarte? ¿Te has entregado a Él?

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