Jesús enseña sobre el divorcio

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258 comentarios

  1. Para Martha:
    – Sobre tu interrogante: ¿Dios acepta segundas nupcias? ¿En qué caso?
    – Rpta: Para tener claridad respecto a este tema, analicemos tu siguiente comentario:
    – Tu comentario: Jesús nos enseña en Mateo 5:32 que no permite un hombre entregue carta de divorcio (Separación) a una mujer…
    – Rpta: Si leemos con cuidado y vemos el contexto, debemos tener presente que El Señor, no esta hablando de un divorcio tal como lo conocemos hoy en día. De lo que se habla, es de la «carta de repudio», que no es lo mismo que un proceso de divorcio como lo conocemos en la actualidad.
    En la sociedad israelita de los tiempos bíblicos, la mujer no tenía derechos, el hombre podía darle «carta de repudio» por cualquier causa que se le ocurra. La mujer, en los tiempos bíblicos, era considerada como un ser de segundo orden; la esposa o las hijas tenían el deber de lavar al padre la cara, las manos y los pies; la mujer tenía que soportar las injusticias de la poligamia; en un paseo la mujer nunca iba al lado del hombre, sino que lo seguía a una distancia y era estrechamente vigilada con celo. Un hombre que no tuviera muchas posibilidades económicas para tener varias mujeres, podía buscar cualquier motivo para «repudiar» a su mujer y echarla muchas veces sin ninguna compensación económica. En este contexto, es que El Señor, dice que no es lícito repudiar a la mujer por cualquier causa, sino solo a causa de fornicación.
  2. Para Martha:

    – Tu comentario: La enseñanza de Pablo en 1 Co. 7:10 Me corrobora que aunque la mujer se separe no puede volverse a casar y aunque no da causas específicas de esta separación noto nuevamente no hay consejo de segundas nupcias.

    – Rpta: En el texto aludido, 1 Cor 7:10-11 dice: «Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino El Señor: que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o reconciliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer».

    Nuevamente, recomiendo que se debe tener en cuenta los contextos. Dice que la mujer no se separe del marido ¿Y que pasa si el hombre se va abandonando a su mujer y forma otro hogar?. Luego dice que la mujer puede reconciliarse con su marido ¿Incluye si el hombre ya tiene otro compromiso? no dice nada al respecto, pero recordemos que en la sociedad israelita estaba permitido la poligamia. En la sociedad israelita, el hombre para no ser considerado adúltero solo tenía que casarse, la cantidad de mujeres que podía tener, dependía de su capacidad económica.

  3. Por parte de Nathaniel D. Mendoza

    Con mucho respeto para los que seguimos un tema y no llegamos a la conclusión. Bien dijo Carlos, y estoy de acuerdo con él y eso es que hablemos de la salvación y no de temas que ni nos incumbre para nada. ¿Están conmigo?

    Para Todos los del Foro:

    Usar Bien La Palabra

    La Biblia sigue siendo en la actualidad el libro de mayor venta a nivel mundial. A pesar de ser la Biblia el único libro, del cual se puede decir que es el mejor del universo, ello no la ha librado de ser el libro en poder de la gente, del que más se ha abusado y al que más mal uso se le ha dado. Pablo le escribió a Timoteo: «Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad», o como se lee en la ASV: «[…] que maneja bien la palabra de verdad» (2a Timoteo 2:15). El mal manejo de la Biblia por parte de predicadores, ha dado como resultado que más de un alma se pierda.

    Para manejar bien la palabra de Dios, debemos dividirla correctamente. Y, ¿Cómo se divide correctamente? Un alumno que se examina en Historia, debe aplicar sus conocimientos de Historia, y no los de Química, para poder responder a las preguntas. Lo mismo sucede con la Palabra de Dios. Para entenderla como se debe, necesitamos conocer los siguientes aspectos acerca de cada pasaje que estudiamos: Quién está hablando, a quién le están escribiendo, en qué tiempo, cuales eran las costumbres y usos de aquellos tiempos, y cuál ley los gobernaba. Estos datos son fáciles de conocer mediante un estudio cuidadoso de la Biblia.

    Una de las características más maravillosas de la Palabra de Dios, es que ha sido escrita para que todos la puedan entender. La Biblia se ha dividido en sesenta y seis libros, los cuales fueron escritos por cuarenta hombres inspirados, durante un período aproximado de dieciséis siglos. Éstos vivieron en diferentes períodos de la historia, y cada uno escribió en forma independiente de los demás. Estos sesenta y seis libros han sido divididos en dos partes: el Antiguo y el Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento contiene treinta y nueve libros, y el Nuevo Testamento se compone de veintisiete libros. El Antiguo Testamento tiene que ver con los tratos que tuvo Dios con el hombre antes de la venida de Cristo, mientras que el Nuevo Testamento relata la vida de Cristo y sus medios para salvar al hombre.

    En el Antiguo Testamento encontramos libros que contienen leyes, historia, poesía y profecía. A los primeros cinco, se les conoce como la Ley, llamado el Pentateuco; a los doce que siguen, se les ha llamado los libros históricos; a los seis subsiguientes, se les conoce como los libros poéticos; y los doce restantes están relacionados por lo general, con profecía.

    El Nuevo Testamento ha sido dividido por los hombres en grupos: Primero están los Cuatro Evangelios; a éstos les sigue el libro de Los Hechos, y veintidós cartas escritas a Iglesias y cristianos en particular. El último libro, el de Apocalipsis, trata de profecía. Los que vivimos en la era actual, deberíamos interesarnos, al procurar el favor de Dios, primordialmente el Nuevo Testamento.

    La Biblia es una revelación de Dios y de Su relación con el hombre. Desde el comienzo de los tiempos, Dios ha tratado con el hombre de tres maneras diferentes, las cuales corresponden a tres períodos o dispensaciones: La era patriarcal, la era judía (o mosaica) y la era cristiana.

    LA ERA PATRIARCAL

    La primera, la era patriarcal, deriva su nombre del hecho de que el representante de Dios era el padre de cada familia o tribu. La palabra ‘patriarca’ significa ‘padre’.

    La palabra ‘patriarca’ significa ‘padre’. De acuerdo con este sistema, el padre era el gobernante, el sacerdote y el profeta.

    No sólo estaba a cargo de la vida política, sino También de la vida religiosa de la familia. En otras palabras, era el vocero de Dios. Dios le hablaba a él, y él a su vez, le hablaba a la familia.

    Los mandamientos que Dios dio durante este período no fueron semejantes, en el sentido de que lo que Dios pedía de una familia, no era lo que necesariamente pedía de la otra. Por ejemplo, Dios le mandó Abraham salir de su pueblo y de su parentela. Le mandó a Noé construir un arca. Estos mandamientos fueron específicos porque gobernaron a cada una de estas familias en particular. Durante este período no había ley escrita. Dios hablaba directamente a los padres. Este fue el modo como Dios gobernó al hombre, continuó por espacio de unos 2.500 años, desde el tiempo de Adán hasta que se dio la ley de Moisés. En este momento Dios cambió su manera de tratar con los hijos de Jacob, es decir con Israel.

    LA ERA MOSAICA

    La segunda dispensación se conoce como la era Mosaica porque la vida política y religiosa de los Israelitas fue gobernada por la ley dada por Dios a Moisés, en el monte Sinaí. La ley de Dios le fue dada en esta era solamente a los israelitas, lo cual fue el cumplimiento de la promesa que Dios le hizo a Abraham en Génesis 12:2. Esta promesa fue repetida en Gálatas 3:16–17, donde Pablo dice que la promesa fue hecha unos cuatrocientos treinta años antes de que la ley fuera dada.

    Esta ley fue el primer sistema de religión escrito que Dios le dio al hombre. Durante este período el culto era un asunto principalmente nacional. Bajo este sistema el padre de familia dejó de ser el gobernante, el sacerdote y el profeta. Ahora eran los hombres de una de las doce tribus de Israel los que habían de servir como sacerdotes, siendo uno de ellos el sumo sacerdote. Ya no había un altar en cada hogar; se había establecido un altar nacional y una casa de culto nacional.

    Muchas personas se llegan a confundir en su estudio porque no entienden el propósito para el cual la ley de Moisés fue dada. El propósito primordial fue el de preparar a un pueblo, a través del cual el Hijo de Dios, Jesucristo, había de venir (Gálatas 3:19). Esta ley separó al pueblo judío de las demás naciones. Hebreos 10:1, nos da otro propósito para el cual la ley fue dada: El de pintar un cuadro con tipos y figuras, del glorioso sistema que había de venir. Pablo dijo: «Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, […]» (1era Corintios 10:11). Muchos tipos y figuras de la nueva ley se encuentran en el Antiguo Testamento.

    En Gálatas 3:24, se da todavía otro propósito para la antigua ley: El mundo necesitaba prepararse para la venida de Cristo y de Su Palabra; por lo tanto, esta ley fue dada como ayo (una guianza), o tutor, para llevar a la gente a Cristo y a Su camino. La ley de Moisés fue dada solamente a los judíos, y desde el comienzo fue concebida para servir como sistema temporal. Tal como leemos en Gálatas 3:19, fue dada «hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa». En Gálatas 3:16, se identifica a Cristo como la simiente. Por lo tanto, la ley de Moisés había de ser consumada, o completada, por Cristo.

    LA ERA CRISTIANA

    Pablo declaró en Hebreos 1:1–2, que «Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, […]». Ya Dios no nos habla por los padres. Hoy día, Él habla por Su Hijo, Jesucristo, por medio del cual invita a personas de todas las razas a «venir al conocimiento de la verdad y ser salvos». Puesto que Dios ya no trata con las personas del modo que lo hizo en la antigüedad, debemos hacernos esta pregunta: «¿Qué requiere Dios de nosotros, hoy día?». La tercera dispensación, en la cual vivimos ahora, ha sido llamada la dispensación de la Gracia, la dispensación cristiana porque el Profeta, Sacerdote y Rey, es Cristo. Esta dispensación es el cumplimiento de la promesa que Dios le hizo a Abraham en Génesis 12:3: «[…] y serán benditas en ti todas las familias de la tierra». La ley de esta dispensación es el pacto de la profecía de Jeremías 31:31–33. El escritor de Hebreos dijo que esta profecía se cumplió (Hebreos 8: 6–13).

    Uno de los más grandes obstáculos al entendimiento de la Biblia, es la creencia de que la ley de Dios que se encuentra en el Antiguo Testamento, es tan vinculante como el Nuevo Testamento. La ley cambió cuando el sacerdocio cambió. Esto es lo que leemos en Hebreos 7:12: «Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley». En Hebreos 9:11, se lee que Cristo es ahora nuestro Sumo Sacerdote. No obstante, Él no es un sacerdote según el orden Vetero-testamentario de Aarón. A cada cristiano en particular, como hijo de Dios que él es, se le considera un sacerdote (1era Pedro 2:5). (Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados ‘una casa espiritual, y un sacerdocio santo’, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo) puesto que Cristo (y no la simiente de Aarón) ha sido hecho Sumo Sacerdote, y puesto que cada hijo de Dios (y no los de la tribu de Leví) es un sacerdote, la ley debía cambiar.

    El propósito de Cristo al venir, fue el de cumplir y quitar la ley de Moisés, con el fin de establecer la Suya (Hebreos 10:9). Él logró este propósito al clavar aquella ley en la cruz, tal como lo leemos en Colosenses 2:14. Para nosotros debería, entonces, ser sencillo entender que las leyes que tienen pertinencia para la era patriarcal y Mosaica, ya no están en vigor. Pablo hizo hincapié en que la ley de Moisés ya no está en vigor, en que ahora estamos bajo Cristo: ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar (dar fuerza), la justicia fuera verdaderamente por la ley (Gálatas 3:21).

    Cuando las personas se percatan (darse cuenta) de esto, pueden comenzar a desentrañar (indagar) la confusión que se les hace en sus mentes, al tratar de entender la Palabra de Dios. Otro obstáculo es que la gente cree que todo lo sucedido durante la vida de Cristo, es vinculante (que une) para nosotros hoy día. Gálatas 4:4–5, nos enseña que Cristo nació bajo la antigua ley, vivió bajo esa ley, y, según Mateo 5:17, murió bajo esa ley, para cumplirla. Por lo tanto, todo lo que sucedió antes de Su muerte, sucedió bajo la Dispensación Mosaica.

    De hecho el Nuevo Testamento, o el Nuevo Pacto, no pudo entrar en vigor, sino hasta después de la muerte de Cristo (Hebreos 9:16–17). La voluntad, o Testamento, de un hombre, jamás entra en vigor, sino hasta después de su muerte. No importa cuáles hayan sido sus acciones en vida; el Testamento ordenará sus asuntos hasta después de su muerte. Las

    enseñanzas que Cristo dio durante Su vida, pusieron el fundamento para el establecimiento de Su iglesia, el cual entró en vigor por Su voluntad después de Su muerte. La dispensación cristiana difiere de otras dispensaciones en que la ley dada (o pacto dado) se aplica a todas las naciones. Aquella pared intermedia de separación que la ley de Moisés significaba ha sido derribada. Tal como Pablo lo dijo en Efesios 2:14–16, todos los pueblos son reconciliados con Dios en un cuerpo. Él nos dijo en Efesios 1:22–23, que el cuerpo es la iglesia.

    Ahora que Cristo es el Sumo Sacerdote, Él intercede por todas las personas. Él dijo en Mateo 28:19: «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo». Aquí se dio el Mandamiento dado a sus discípulos y el cumplimiento fue hecho en Hechos 2:38 por los mismos apóstoles.

    La consumación del esfuerzo por la unidad, se encuentra en las palabras de Pablo en Gálatas 3:28: «[…] todos vosotros sois uno en Cristo Jesús». Puesto que Cristo es Sumo Sacerdote, Profeta y Rey, tal como Pedro lo dijo en Hechos 2, debemos obedecer sus palabras. Moisés profetizó en Deuteronomio 18:15: «Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis». Pedro usó esta profecía en Hechos 3:22–23, para enseñar que «toda alma que no oiga a aquel profeta, será desarraigada del pueblo».

    Ya no debemos oír a Moisés ni a Elías, los cuales tuvieron autoridad en el pasado, sino que a Jesucristo, el cual tiene toda potestad en los cielos y en la tierra (Mateo 28:19). Por lo tanto, le rogamos a usted que oiga a Cristo. Se cae en un mal uso de la Palabra de Dios, cuando se trata de obedecer a mandamientos que se les dieron a personas de otros tiempos.

    CONCLUSIÓN

    Hoy día le rogamos a usted que crea en Dios, pues «sin fe es imposible agradar a Dios» (Hebreos 11:6). No esperamos que lleve acabo ritos de purificación dictados por la antigua ley; sino lo que Dios manda, y es que todos los hombres en todo lugar, se arrepientan (Hechos 17:30). No le pedimos que vista las túnicas de la antigüedad, sino que sencillamente que se arrepientan y crean al Evangelio. Nuestro ruego no es que usted le sacrifique un animal a Dios, pues nuestro sacrificio es Cristo.

    De acuerdo con Su instrucción, le pedimos que sea bautizado en el nombre de Jesucristo, pues Pedro dice que el bautismo nos salva (1era Pedro 3:21). No le pedimos que visite Jerusalén una vez al año, sino que «[persevere] en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones» (Hechos 2:42). Démosle gracias a Dios que por su gran amor dio a Su Hijo —nuestro Sumo Sacerdote, Profeta y Salvador.

    Dios bendiga a todos

    Nathaniel D. Mendoza

  4. Para Martha:

    – Tu comentario: Y siguiendo este hilo podría entender porque los discípulos le dicen a Jesús: “Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse”.

    – Rpta: No olvidemos el versículo anterior, Mateo 3:9 «yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera».

    Ubicándonos en el tiempo, para los hombres de Israel que estaban acostumbrados a considerar a la mujer como a un ser de segundo orden, debió ser catastrófico oír estas palabras, allí la preocupación de los discípulos.

    – Tu comentario: “Si mi esposo comete adulterio según Mateo 19:9 yo me puedo divorciar y volverme a casar con otro”. Y me respondió: y si tu marido viene al tiempo y te pide perdón.

    – Rpta: Hay un concepto errado de lo que es el perdón. Alguien escribió: El perdonar no es aceptar que el otro tiene la razón; el perdonar no es que tú tengas la razón; el perdonar es quitarse una carga de encima.

    Si tu marido adúltero al tiempo vuelve y te pide perdón, si él realmente esta arrepentido y reconoce su error, no creo vaya obligarte a seguir con él aferrándose a un texto bíblico, eso sería un acto de egoísmo y manipulación del texto bíblico. Si todavía continuas sola, seguramente hará las acciones necesarias a fin de que te vuelvas a enamorar de él; pero si ya tienes otro compromiso, seguramente te deseará que seas feliz. No podemos concebir, que un hombre realmente arrepentido, vaya primero a hacer lo que le da la gana y después regrese donde la mujer que abandonó y manipulando algún texto bíblico pretenda obligar a la mujer a aceptarlo de nuevo; eso no es doctrina cristiana.

    El hombre que por un error humano comete adulterio, seguramente se arrepentirá inmediatamente, no va esperar que pase el tiempo y pretender que la mujer ofendida le siga esperando.

  5. Para Martha:
    Muchos creen que el perdón anula las consecuencias de nuestros errores, pero eso no dice la biblia.
    Si un hombre se arroja del décimo piso de un edificio con fines de suicidarse, pero durante la caída, recuerda que esta acción esta prohibido, entonces se arrepiente sinceramente y pide perdón; yo creo que El Señor lo perdonará, pero ¿Este perdón anulará las consecuencias de la caída? Es seguro que no.
    El matrimonio es la unión de un hombre + una mujer = una sola carne, cuando interviene un tercero, se rompe la unidad de un hombre + una mujer = una sola carne, es decir, la fórmula a sido adulterada, de allí que se llama adulterio. Poniendo un ejemplo práctico: Uno de cloro + uno de sodio = sal de cocina; pero si a este compuesto llamado sal de cocina le hacemos intervenir otra cantidad de cualquiera de los elementos componentes, el resultado ya no es sal de cocina, pues el producto a sido adulterado.
    Sobre el divorcio por causas de fornicación y segundas nupcias del cónyuge ofendido, la biblia no lo apoya, ni lo prohíbe, de allí que en mi opinión personal, esto es un asunto de «fe». Si en tu fe, esta que no debes tener segundas nupcias es mejor que no lo hagas, porque según el apóstol Pablo, lo que no proviene de la fe, no es correcto.
    Saludos
  6. Por encargo de Nathaniel D. Mendoza

    Para Ruben:

    Tu Respuesta a Martha: :Si tu marido adúltero al tiempo vuelve y te pide perdón, si él realmente esta arrepentido y reconoce su error, no creo vaya obligarte a seguir con él aferrándose a un texto bíblico, eso sería un acto de egoísmo y manipulación del texto bíblico. Si todavía continuas sola, seguramente hará las acciones necesarias a fin de que te vuelvas a enamorar de él; pero si ya tienes otro compromiso, seguramente te deseará que seas feliz. No podemos concebir, que un hombre realmente arrepentido, vaya primero a hacer lo que le da la gana y después regrese donde la mujer que abandonó y manipulando algún texto bíblico pretenda obligar a la mujer a aceptarlo de nuevo; eso no es doctrina cristiana.

    Mi Pensamiento y Respuesta: Está un poco difícil dar un consejo favorable si es que tú (Martha) desees regresar con el marido que tú sabes muy bien que cometió adulterio. Sería mejor no haberlo sabido que cometió adulterio, pero ya después de que estés consciente de que si lo cometió y después decide regresar contigo, pues yo diría que yo le aconsejería a cualquier mujer que no lo hiciera, porque ya después de saberlo que hubo adulterio de por medio y así lo recibe, la hace pecar. ¿no nos dice así Su Palabra?

    Es por las cuales dije anteriormente que es mejor no saber, pero ya después de saber y así desea convivir con él, la hace pecar. La Palabra de Dios nos dice el apostol Pablo, hablando sobre la carne dice: “De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por causa de la conciencia……Y si algún infiel os llama, y queréis ir, de todo lo que os pone delante comed, sin preguntar nada por causa de la conciencia. Más si alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por causa de la conciencia. (1 Cor. 10:25-28). Alguien podría decir: Pero aquí se está tratando de la carne sacrificada a los ídolos. Sí, es muy cierto, pero también se trata de la conciencia. Y la conciencia le dijo a Martha que su marido había cometido adulterio y ahora después de que su marido cometió el adulterio, desea regresar de nuevo con ella pidiéndole perdón. Allí es donde está el problema. Hubiera sido mejor no haberse enterado, porque al no enterarse, pues no comete pecado su mujer si le perdona y lo recibe en casa. Lucas 16:18 nos dice que cualquiera que repudia (rechaza legalmente, o sea se divorcia de su mujer) y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada del marido, adultera. Si Dios nos rescató del hoyo cenagoso y puso nuestros pies sobre la roca, ¡porque entonces volver a caer en él!

    Ahora sobre el perdonar, diré exactamente lo que dijo Rubén que hay un concepto errado de lo que es el perdón. Lo mejor en este caso es que Dios lo perdone. Martha, tu enfoque debe ser en el perdón de Dios. Yo le suplicaría a Dios de todo corazón que tenga de él misericordia, y quizá con el tiempo, Dios lo perdone. El tiempo dirá según el testimonio del hombre, y creo que Dios te indicará a su debido tiempo. Ya estamos en el horario de Dios y no en el nuestro.

    Bendiciones

  7. Para Ruben:

    Gracias por sus comentarios. Realmente esta es una situación muy difícil hermanos. Y se, es complicado para ustedes opinar o instruir según la palabra sino conocen de detalles. Por lo que me permitiré contarles un poco de la situación según mi perspectiva. Tengo casada unos seis años con un noviazgo que duro aproximadamente dos años (guardando nuestra pureza sexual, aunque él ya tenía una niña de una relación fortuita), éramos cristianos para entonces por lo que nos aseguramos en el momento de que el me pidió matrimonio fuese una decisión guiada por Dios (Oramos, Ayunamos y hasta curso pre-matrimonial hicimos). Nos sentíamos bendecidos en todo, conseguimos el préstamo para una vivienda propia, teníamos empleo y la facilidad para festejar una fiesta sencilla.

    Nos unimos y a la verdad la miel duro aproximadamente 06 meses, porque de allí comencé a tener diferencias con mi esposo por el poco tiempo que pasábamos juntos (el trabajaba inter diario en las noches y yo llegaba de 8 a 9 pm a casa por la distancia casa-oficina) y cuando llegaba a casa el no estaba, alegando estar en casa de su mama, aparte de esto los fines de semana quería estar en casa su familia también por lo que empezó a orar se desintegrase ese cordón umbilical de mi esposo.

    Luego ya casi no habían mensajes o llamadas telefónicas de su parte hacia mí y con el tiempo yo también me apague en este sentido porque me sentía lo acosaba (Por dos o tres veces que llamaba o escribía).

    Habían discusiones por las labores del hogar, tratábamos de poner acuerdos, pero él no quería cumplir con su parte y siempre alegaba estaba cansado y o se le olvidaba, con el tiempo termine yo encargándome de todo en el hogar, a pesar de mi hora de llegada cocinaba, limpiaba, lavaba lo que las fuerzas me permitieran. Luego empezaron sus salidas los fines de semana con los amigos. Con referencia a esto, trate de hablar con él pero decía esa era su forma de divertirse y cuando le hablaba de que necesitábamos salir juntos, decía: “El no era de estar en ninguna playa solo con alguien y que las cosas que yo hacía le parecía aburrido”. Con el tiempo yo también me case de ir a casa de su familia y verlo tomar alcohol sin descansar. Oraba a Dios para que nos ayudase en nuestra relación.

    La indiferencia y la falta de amor llegaron a nuestra alcoba. No me sentía escuchada, aunque el decía: que yo quería ser la cabeza y que las cosas se hicieran como yo quería el terminaba haciendo lo que el quería. Un día tuvimos una discusión fuerte y él se fue. Estuvo casi cuatro meses viviendo en casa que su mami. Cuando nos sentamos hablar él dijo había adulterado y le pregunte si quería nos separásemos y me dijo sí. Luego al mes me cito y me pidió perdón y que todo sería diferente y que su supuesto adulto adulterio fue mentira para alejarme bla bla bla.. Yo decidí perdonar. Al cabo del tiempo quede embarazada y por motivos de la distancia casa-oficina tuve que quedarme en las noches en casa de una amiga (horario laboral 3 a 10pm) y si mi esposo se quedó conmigo 4 veces fue mucho ( esto en un periodo de casi dos años), iba a casa fines de semana y algunos días de semana, pero el no estaba para mí.

    Senti lleve mi embarazo con Dios y mi amiga que me ayudaban, lo que el ganaba era para el carro, porque lo chocaba y dañaba a cada rato, cuando nació él bebe estuvo y a la vez no.

    Comencé a ver en su celular mensajes muy comprometedores con chicas, le escribían a altas hora de la noche, encontraba cosas de mujer en casa y cuando lo confrontaba con esto me decía su hermano llevaba mujeres a la casa, ya que le había robado una llave de la casa a él, ah y los mensajes también eran para su hermano. Era una situación muy, muy descarada hermano. Le aborde 3 veces preguntándole si había otra mujer y me decía que no, de hecho en una le hice jurármelo por Dios (se estuvo mal esto). Hable con alguien de la iglesia y me decía que si eran sospechas mías o tenía pruebas. Era mi palabra contra la de él. Me sentía muy mal hermanos, en la intimidad, el cariño y la atención me sentía mendingando. Me adolorida, decepcionada me deprimía mucho en las noches esperándole. Al final me convertí en su sirvienta, cocinada, cuidaba de la casa y el niño. Y cuando llegaba a la casa el solo se sentaba a ver películas, dormir, comer, internet y su celular hasta terminamos durmiendo en cuartos separados durante un largo periodo. A todas estas doy gracias a Dios que me fortaleció para soportar y no gritarle, pegarle o que se yo.

    A lo último el llego una noche y me solicito tener relaciones (Aunque no quería, acepte recordando el verso de la biblia de no negarnos, pero creo que no debi). Esa noche quede embarazada aunque nos cuidamos. Yo empecé hacer los malestares de mi embarazo (vómitos, debilidad y mareos diarios) y el ni pendiente de hacerme te a comida. Al tiempo de dos meses se fue de casa y hasta hoy no hay llamada, mensajes para saber del bienestar de los niños o de mí, solo por asuntos económicos. Mi esposo parece un villano de novela y Dios me perdone si le juzgo mal. Hoy le doy gracias a Dios se fue, porque ya era demasiado para mí, esta situación me estaba tocando profundo.

    Hoy me siento muy fortalecida en el espíritu porque he visto la gloria y bondad de mi Señor hacia mis hijos y yo. A pesar de no tener trabajo Dios no me ha desamparado con las deudas que deja este desastre, las cuenta de la comida, la casa, el niño y mi embarazo que ha sido un poco delicado EN TODO DIOS ME HA SUSTENTADO. Y no estoy destruida por la separación todo lo contrario me ha traído paz.

    NO he sido perfecta en todo esto, pero les puedo decir que he luchado por que las cosas tomen forma de familia, estuve leyendo la biblia, libros cristianos, escuchando programas de televisión y radial cristianos, oraba, ayunada, busque consejos, cambie cosas que él decía le molestaban y a todas se fue. Toda esta tribulación me ha llevado acercarme más a Dios. Por eso también estoy en paz porque Dios me guio hacer lo bueno, aunque sufrí. Hoy entiendo más lo que es poner la otra mejilla.

    Hoy sigo buscando y dejándome llevar por la guía de Dios. Tengo muchas interrogante por eso mis preguntas, realmente no entiendo porque mi esposo me mintió y trato de esta forma, ya que con un simple me voy no te amo hubiese sido sencillo.

    Cualquier comentario o consejo. Y si me pueden incluir en sus oraciones lo sabré agradecer.

    Shalom!

  8. Por encargo de Nathaniel D. Mendoza

    Para Martha: Lo siento mucho por todo eso que dices que te aconteció. Como tú, así hay muchas mujeres que han sido engañadas, y por supuesto no merecen serlo.

    Te prometo que siempre te tendré presente en mis oraciones para que Dios te siga socorriendo como siempre el sabe hacerlo. Tienes en este foro un fiel amigo, y un fiel hermano en Cristo que siempre te recordaré en mis súplicas, tenlo por seguro.

    Dios tiene algo grande para tí. No te sueltes de la mano del Señor, ya que de momento que acudiste este foro, ya Dios ha escuchado tus oraciones. Dios te siga fortaleciendo de dia en dia.

    Bendiciones

  9. Para Martha:

    Muchas veces cuando yo opino que el ser humano al ser «cuerpo, mente y espíritu», necesita trabajar en estos tres campos, hay hermanos que dicen que soy poco espiritual. Pero, en mi opinión, no solo debemos cuidar lo espiritual sino también la parte material de nuestro ser, porque no somos solo espíritu sino también carne; en los problemas de pareja y para muchas situaciones importantes de nuestra vida, no solo necesitamos de ayuda espiritual o al conocimiento espiritual, sino que también necesitamos acudir a los hombres y/o mujeres de ciencia y al conocimiento científico.

    En las decisiones que tomamos, como seres humanos, podemos cometer muchos errores y en el futuro sufrimos las consecuencias de esos errores. En nuestras iglesias, hay una tendencia a sobre espiritualizar las cosas, hay quienes nos hacen creer que todo es posible solo con oración, ayuno y fe; pero, no tomamos en cuenta, que la misma biblia nos dice que la fe sin las obras es una fe muerta.

    En tu caso, siendo cristianos, para decidir por el matrimonio, estuvo muy bien, la oración, el ayuno y el curso prematrimonial; pero, como ves ahora, eso no era el todo.

    La biblia dice: «no se unan en yugo desigual», algunos creen que se refiere a cuando se casan un cristiano(a) con un(a) no cristiano(a), pero eso no es del todo correcto, porque el yugo desigual se puede dar incluso dentro de la comunidad cristiana, como ha sucedido en tu caso. Te has unido en un yugo desigual, de allí que ahora tienes los problemas que tienes.

    1er error: Sabías que él tenía una niña ¿De una relación fortuita?¿Cómo sabías eso de una relación fortuita?. Un cristiano responsable, cuando engendra un(a) hijo(a) no se justifica diciendo que fue producto de una relación fortuita, sino que asume su responsabilidad ante Dios y ante los hombres. Quieres que el sea responsable en tu hogar porque tú muestras responsabilidad, pero sabías que él no era capaz de asumir su responsabilidad, ni como cristiano, ni como hombre. Por tanto, estabas uniéndote en yugo desigual.

    2do error: Tu quieres un hogar cristiano formado por la pareja y los hijos, pero no te diste cuenta que él era un hijito de mama?. La poca responsabilidad que ya te había mostrado al no hacerse responsable de su hija y de la mujer que le dio la hija, debiste darte cuenta que era un yugo desigual.

    3er. error: La situación de trabajo ¿Cómo pensabas formar un hogar con esa tremenda diferencia en horarios de trabajo y otros problemas afines?. Yugo desigual por situaciones laborales.

    luego continuo…

  10. Continuando…

    En problemas de pareja, siempre hay dos responsables, tanto el hombre como la mujer contribuyen a ahondar los problemas que con el tiempo parecieran sin solución. La mujer busca seguridad y el hombre busca comprensión, somos seres muy diferentes que al formar el matrimonio nos complementamos. Los problemas de incomprensión surgen cuando el hombre cree que la mujer debe pensar y sentir como él piensa y siente; y, viceversa, la mujer cree que el hombre debe pensar y sentir como ella piensa y siente. Pero no somos seres iguales, sino que somos seres complementarios, esas diferencias entre hombre y mujer ocasionan la atracción cuando empezamos a enamorarnos, pero cuando ya somos casados, tenemos tendencia a olvidar que nos atrajeron nuestras diferencias.

    Pero también, en todo problema de pareja siempre habrá «una última oportunidad», yo creo que debes hacer un último esfuerzo por procurar recomponer tu hogar, ora y pide la ayuda del Señor, habla con el que todavía es tu esposo, reconoce tus errores y habla de sus errores, proponle empezar de nuevo procurando hacer el esfuerzo en corregir cada uno sus defectos, porque perfectos tal vez nunca vamos a ser. El amor, más que un sentimiento, es una decisión, uno es quién decide amar o no amar, pero también este amor debe estar dentro de los parámetros del respeto mutuo.

    Si después de todo, él decide por apartarse, tendrás la conciencia tranquila de que hiciste tu máximo esfuerzo, en ese caso, no olvides tampoco de acudir a las autoridades a fin de resguardar los derechos de los hijos procreados en el matrimonio y tus propios derechos, que eso también es de cristianos.

    Saludos.

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