El reino del ungido de Jehová

Salmos 2:1 – Salmos 2:12

¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos traman cosas vanas?

Se presentan los reyes de la tierra, y los gobernantes consultan unidos contra Jehovah y su ungido, diciendo:

«¡Rompamos sus ataduras! ¡Echemos de nosotros sus cuerdas!»

El que habita en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos.

Entonces les hablará en su ira y los turbará en su furor:

«¡Yo he instalado a mi rey en Sion, mi monte santo!»

Yo declararé el decreto: Jehovah me ha dicho: «Tú eres mi hijo; yo te engendré hoy.

Pídeme, y te daré por heredad las naciones, y por posesión tuya los confines de la tierra.

Tú los quebrantarás con vara de hierro; como a vasija de alfarero los desmenuzarás.»

Y ahora, oh reyes, sed sabios; aceptad la corrección, oh gobernantes de la tierra.

Servid a Jehovah con temor y alegraos con temblor.

Besad al hijo, no sea que se enoje y perdáis el camino; pues se enciende de pronto su ira. ¡Bienaventurados todos los que en él se refugian!