Evangelios

Arresto de Jesús

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Marcos > Arresto de Jesús (41:14:43 - 41:14:50)

En seguida, mientras él aún hablaba, llegó Judas, uno de los doce, y con él una multitud con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes, de los escribas y de los ancianos.

El que le entregaba les había dado señal diciendo: “Al que yo bese, ése es. Prendedle y llevadle con seguridad.”

Cuando llegó, de inmediato se acercó a él y dijo: —¡Rabí! Y le besó.

Entonces ellos le echaron mano y le prendieron;

pero uno de los que estaban allí, sacando su espada, hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja.

Jesús respondió y les dijo: —¿Como contra un asaltante habéis salido con espadas y palos para prenderme?

Cada día yo estaba delante de vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis. Pero así es, para que se cumplan las Escrituras.

Entonces todos los suyos le abandonaron y huyeron.

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El joven que huyó

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Marcos > El joven que huyó (41:14:51 - 41:14:52)

Pero cierto joven, habiendo cubierto su cuerpo desnudo con una sábana, le seguía; y le prendieron.

Pero él, dejando la sábana, huyó desnudo.

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Jesús ante el concilio

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Marcos > Jesús ante el concilio (41:14:53 - 41:14:65)

Llevaron a Jesús ante el sumo sacerdote; y se reunieron con él todos los principales sacerdotes, los ancianos y los escribas.

Y Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote, y estaba sentado con los guardias y se calentaba ante el fuego.

Los principales sacerdotes y todo el Sanedrín buscaban testimonio contra Jesús, para entregarle a muerte; pero no lo hallaban.

Porque muchos daban falso testimonio contra Jesús, pero sus testimonios no concordaban.

Entonces se levantaron unos, y dieron falso testimonio contra él diciendo:

—Nosotros le oímos decir: “Yo derribaré este templo que ha sido hecho con manos, y en tres días edificaré otro hecho sin manos.”

Pero ni aun así concordaba el testimonio de ellos.

Entonces el sumo sacerdote se levantó en medio y preguntó a Jesús diciendo: —¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti?

Pero él callaba y no respondió nada. Otra vez el sumo sacerdote le preguntó y le dijo: —¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?

Jesús le dijo: —Yo soy. Y además, veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder y viniendo con las nubes del cielo.

Entonces el sumo sacerdote rasgó su vestidura y dijo: —¿Qué más necesidad tenemos de testigos?

Vosotros habéis oído la blasfemia. ¿Qué os parece? Y todos ellos le condenaron como reo de muerte.

Algunos comenzaron a escupirle, a cubrirle la cara y a darle de bofetadas, diciendo: —¡Profetiza! También los guardias le recibieron a bofetadas.

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Pedro niega a Jesús

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Marcos > Pedro niega a Jesús (41:14:66 - 41:14:72)

Estando Pedro abajo en el patio, vino una de las criadas del sumo sacerdote.

Cuando vio a Pedro calentándose, se fijó en él y le dijo: —Tú también estabas con Jesús de Nazaret.

Pero él negó diciendo: —No lo conozco, ni sé lo que dices. Y salió afuera a la entrada, y el gallo cantó.

Cuando la criada le vio, comenzó otra vez a decir a los que estaban allí: —Este es uno de ellos.

Pero él negó otra vez. Poco después, los que estaban allí decían otra vez a Pedro: —Verdaderamente tú eres uno de ellos, porque eres galileo.

Pero él comenzó a maldecir y a jurar: —¡No conozco a este hombre de quien habláis!

Y en seguida cantó el gallo por segunda vez, y Pedro se acordó de la palabra, como Jesús le había dicho: “Antes que cante el gallo dos veces, tú me negarás tres veces.” Y pensando en esto, lloraba.

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Jesús ante Pilato

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Marcos > Jesús ante Pilato (41:15:1 - 41:15:5)

Y luego, muy de mañana, cuando los principales sacerdotes ya habían consultado con los ancianos, con los escribas y con todo el Sanedrín, después de atar a Jesús, le llevaron y le entregaron a Pilato.

Y Pilato le preguntó: —¿Eres tú el rey de los judíos? Y respondiendo le dijo: —Tú lo dices.

Los principales sacerdotes le acusaban de muchas cosas.

Pero Pilato le preguntaba de nuevo diciendo: —¿No respondes nada? Mira de cuántas cosas te acusan.

Pero Jesús aun con eso no respondió nada, de modo que Pilato se maravillaba.

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