Amonestación contra la parcialidad

Epístola de Santiago 2:1 – Epístola de Santiago 2:13

Hermanos míos, tened la fe de nuestro glorioso Señor Jesucristo, sin hacer distinción de personas.

Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y ropa lujosa, y también entra un pobre con vestido sucio,

y sólo atendéis con respeto al que lleva ropa lujosa y le decís: «Siéntate tú aquí en buen lugar»; y al pobre le decís: «Quédate allí de pie» o «Siéntate aquí a mis pies,»

¿no hacéis distinción entre vosotros, y no venís a ser jueces con malos criterios?

Amados hermanos míos, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?

Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los que os arrastran a los tribunales?

¿No blasfeman ellos el buen nombre que ha sido invocado sobre vosotros?

Si de veras cumplís la ley real conforme a las Escrituras: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, hacéis bien.

Pero si hacéis distinción de personas, cometéis pecado y sois reprobados por la ley como transgresores.

Porque cualquiera que guarda toda la ley pero ofende en un solo punto se ha hecho culpable de todo.

Porque el que dijo: No cometas adulterio, también dijo: No cometas homicidio. Y si no cometes adulterio, pero cometes homicidio, te has hecho transgresor de la ley.

Así hablad y así actuad, como quienes están a punto de ser juzgados por la ley de la libertad.

Porque habrá juicio sin misericordia contra aquel que no hace misericordia. ¡La misericordia se gloría triunfante sobre el juicio!