Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > IsaÃas > Una nación pecadora (23:1:1 - 23:1:9)
Visión de IsaÃas hijo de Amoz, que vio acerca de Judá y de Jerusalén en los dÃas de UzÃas, Jotam, Acaz y EzequÃas, reyes de Judá:
OÃd, cielos; y escucha, tierra, porque habla Jehovah: “Crié hijos y los engrandecÃ, pero ellos se rebelaron contra mÃ.
El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su amo; pero Israel no conoce; mi pueblo no entiende.”
¡Ay, nación pecadora, pueblo cargado de iniquidad, descendencia de malhechores, hijos depravados! Han abandonado a Jehovah, han despreciado al Santo de Israel y se han vuelto atrás.
¿Para qué habréis de ser golpeados aún? Pues todavÃa persistiréis en rebelaros. Toda cabeza está dolorida, y todo corazón está enfermo.
Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en ella parte sana, sino heridas, golpes y llagas recientes. No han sido curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.
Vuestra tierra es desolada, vuestras ciudades son incendiadas; vuestro suelo es devorado por extraños ante vuestra misma presencia, y es desolado como cuando es destruido por extraños.
La hija de Sion ha quedado como una cabaña en una viña, como una choza en un melonar, como una ciudad sitiada.
Si Jehovah de los Ejércitos no nos hubiera dejado unos pocos sobrevivientes, serÃamos ya como Sodoma y nos parecerÃamos a Gomorra.
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