Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Reyes > Reinado de Manasés (12:21:1 - 12:21:18)
Manasés tenía 12 años cuando comenzó a reinar, y reinó 55 años en Jerusalén. El nombre de su madre era Hefsiba.
El hizo lo malo ante los ojos de Jehovah, conforme a las prácticas abominables de las naciones que Jehovah había echado de delante de los hijos de Israel.
Volvió a edificar los lugares altos que su padre Ezequías había destruido. Erigió altares a Baal e hizo un árbol ritual de Asera, como había hecho Acab, rey de Israel. Se postró ante todo el ejército de los cielos y les rindió culto.
También edificó altares en la casa de Jehovah, de la cual Jehovah había dicho: “En Jerusalén pondré mi nombre.”
Edificó altares a todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la casa de Jehovah.
Hizo pasar por fuego a su hijo, practicó la magia y la adivinación, evocó a los muertos y practicó el espiritismo. Abundó en hacer lo malo ante los ojos de Jehovah, provocándole a ira.
Puso la imagen tallada de Asera que había hecho, en la casa de la cual Jehovah había dicho a David y a su hijo Salomón: “En esta casa y en Jerusalén, que he elegido entre todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre.
No volveré a desplazar los pies de Israel de la tierra que he dado a sus padres, con tal de que procuren hacer conforme a todas las cosas que les he mandado, y conforme a toda la ley que les mandó mi siervo Moisés.”
Pero ellos no escucharon, y Manasés hizo que se desviaran, e hicieron lo malo, más que las naciones que Jehovah había destruido ante los hijos de Israel.
Entonces Jehovah habló por medio de sus siervos los profetas, diciendo:
“Por cuanto Manasés, rey de Judá, ha hecho estas abominaciones y ha hecho más mal que todo el que hicieron los amorreos que le precedieron, y ha hecho también pecar a Judá con sus ídolos,
por tanto, así ha dicho Jehovah Dios de Israel: He aquí, yo traigo tal mal sobre Jerusalén y sobre Judá, que al que lo oiga le retiñirán ambos oídos.
Extenderé sobre Jerusalén el cordel de Samaria y la plomada de la casa de Acab, y limpiaré a Jerusalén como cuando se limpia un plato; se limpia y luego se lo pone boca abajo.
Desampararé al remanente de mi heredad y lo entregaré en mano de sus enemigos, y serán presa y despojo para todos sus enemigos.
Porque han hecho lo malo ante mis ojos y me han provocado a ira desde el día en que sus padres salieron de Egipto hasta el día de hoy.”
Aparte de esto, Manasés derramó muchísima sangre inocente, hasta llenar Jerusalén de un extremo a otro, además de su pecado con el que hizo pecar a Judá, para que hiciese lo malo ante los ojos de Jehovah.
Los demás hechos de Manasés, todas las cosas que hizo y el pecado que cometió, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?
Manasés reposó con sus padres y fue sepultado en el jardín de su casa, en el jardín de Uza. Y su hijo Amón reinó en su lugar.
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