Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > ZacarÃas > Promesa de la restauración de Jerusalén (38:8:1 - 38:8:23)
Vino a mà la palabra de Jehovah de los Ejércitos, diciendo:
“Asà ha dicho Jehovah de los Ejércitos: Yo tuve un gran celo por Sion; con gran enojo tuve celo por ella.
Asà ha dicho Jehovah: Yo he vuelto a Sion y habitaré en medio de Jerusalén. Jerusalén se llamará Ciudad de Verdad, y el monte de Jehovah de los Ejércitos, Monte de Santidad.
Asà ha dicho Jehovah de los Ejércitos: Aún han de sentarse los ancianos y las ancianas en las plazas de Jerusalén, cada uno con un bastón en la mano por el gran número de sus dÃas.
Y las calles de la ciudad estarán repletas de niños y niñas jugando en ellas.
Asà ha dicho Jehovah de los Ejércitos: Si esto parece milagroso ante los ojos del remanente de este pueblo en estos dÃas, ¿habrá de ser también milagroso en mis ojos?, dice Jehovah de los Ejércitos.
“Asà ha dicho Jehovah de los Ejércitos: He aquÃ, yo salvaré a mi pueblo de la tierra del oriente y de la tierra del poniente.
Los traeré, y habitarán en medio de Jerusalén. Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios, en fidelidad y en justicia.
Asà ha dicho Jehovah de los Ejércitos: Esfuércense vuestras manos, vosotros que en estos dÃas oÃs estas palabras de la boca de los profetas, desde el dÃa en que fueron puestos los cimientos de la casa de Jehovah de los Ejércitos para reedificarla.
Porque antes de estos dÃas no habÃa recompensa para el hombre, ni habÃa recompensa para el ganado, y a causa del enemigo no habÃa paz para el que entraba ni para el que salÃa. Yo arrojé a todo hombre, cada uno contra su prójimo.
Pero ahora no haré esto con el remanente de este pueblo como en aquellos dÃas pasados, dice Jehovah de los Ejércitos.
Porque su semilla será paz; la vid dará su fruto, la tierra su producto y los cielos su rocÃo. Y haré que el remanente de este pueblo posea todo esto.
Sucederá que como fuisteis maldición entre las naciones, oh casa de Judá y casa de Israel, asà os libraré, y seréis bendición. No temáis; más bien, esfuércense vuestras manos.
“Porque asà ha dicho Jehovah de los Ejércitos: Como pensé haceros mal cuando vuestros padres me provocaron a ira, y no cambié de parecer, ha dicho Jehovah de los Ejércitos,
asà ahora he pensado hacerle bien a Jerusalén y a la casa de Judá en estos dÃas. No temáis.
Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo. Juzgad en vuestros tribunales con juicio de paz.
Ninguno de vosotros piense en su corazón el mal contra su prójimo. No améis el falso juramento, porque yo aborrezco todas estas cosas,” dice Jehovah.
Entonces vino a mà la palabra de Jehovah de los Ejércitos, diciendo:
“Asà ha dicho Jehovah de los Ejércitos: Los ayunos del mes cuarto, del quinto, del séptimo y del décimo serán convertidos en ocasiones de gozo, alegrÃa y buenas festividades para la casa de Judá. Amad, pues, la verdad y la paz.”
Asà ha dicho Jehovah de los Ejércitos: “Aún vendrán gentes y habitantes de muchas ciudades.
Los habitantes de una ciudad irán a otra y dirán: ¡Vayamos a implorar el favor de Jehovah, a buscar a Jehovah de los Ejércitos! ¡Yo también voy!
Y vendrán muchos pueblos y fuertes naciones a buscar a Jehovah de los Ejércitos en Jerusalén, para implorar el favor de Jehovah.
Asà ha dicho Jehovah de los Ejércitos: Acontecerá en aquellos dÃas que diez hombres de las naciones de todos los idiomas se asirán del manto de un judÃo y le dirán: ¡Dejadnos ir con vosotros, porque hemos oÃdo que Dios está con vosotros!”
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