Otros edificios de Salomón

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Reyes > Otros edificios de Salomón (11:7:1 - 11:7:12)

Después Salomón edificó su propia casa en trece años, y terminó toda su casa.

Edificó la Casa del Bosque del Líbano, la cual tenía 100 codos de largo, 50 codos de ancho y 30 codos de alto, sobre cuatro hileras de columnas de cedro con vigas de cedro sobre las columnas.

Estaba cubierta de cedro encima de las vigas que se apoyaban sobre 45 columnas, 15 columnas por hilera.

Había tres hileras de ventanas, una ventana frente a otra en grupos de tres.

Todas las puertas y ventanas tenían marcos cuadrados, y una ventana estaba frente a otra ventana, en grupos de tres.

También edificó el Pórtico de las Columnas, que tenía 50 codos de largo por 30 codos de ancho. Y frente a las columnas de este pórtico, había otro pórtico con columnas, que tenía una cubierta delante.

También edificó el Pórtico del Trono, o Pórtico del Juicio, donde había de juzgar, y lo recubrió con cedro desde el suelo hasta las vigas.

En la casa donde habitaba, había otro atrio más adentro del pórtico, del mismo tipo de construcción. Salomón también edificó una casa parecida a este pórtico, para la hija del faraón, que había tomado por mujer.

Todas estas obras, desde el cimiento hasta las cornisas, y afuera hasta el gran atrio, eran de piedras costosas, bloques labrados a medida, cortados con sierra, tanto por el lado interior como por el lado exterior.

El cimiento era de piedras costosas y piedras grandes, piedras de 10 codos y piedras de 8 codos.

Arriba también había piedras costosas, bloques labrados a medida y madera de cedro.

Y el gran atrio tenía en derredor un muro de tres hileras de bloques labrados y una hilera de vigas de cedro, como el atrio interior de la casa de Jehovah y el pórtico de la misma.




Salomón emplea a Hiram, de Tiro

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Reyes > Salomón emplea a Hiram, de Tiro (11:7:13 - 11:7:22)

El rey Salomón envió a traer de Tiro a Hiram,

hijo de una viuda de la tribu de Neftalí, cuyo padre era un hombre de Tiro, un artesano en bronce. El estaba lleno de sabiduría, inteligencia y experiencia para hacer todo el trabajo en bronce. El fue al rey Salomón e hizo toda su obra.

Hiram modeló las dos columnas de bronce; cada columna tenía 18 codos de alto, y una circunferencia de 12 codos.

Hizo también dos capiteles de bronce fundido, para que fuesen puestos sobre la parte superior de las columnas. Un capitel tenía 5 codos de alto, y el otro capitel también tenía 5 codos de alto.

Los capiteles que estaban en la parte superior de las columnas tenían redes de trenzas en forma de cadenillas; siete para un capitel y siete para el otro capitel.

Hizo las granadas en dos hileras alrededor de cada red, para cubrir los capiteles de la parte superior de las columnas. Lo mismo hizo para el otro capitel.

Los capiteles que estaban sobre las columnas en el pórtico tenían forma de lirios, y eran de 4 codos.

Los capiteles sobre las dos columnas tenían 200 granadas en dos hileras, encima de la parte abultada del capitel que estaba encima de la red, tanto en el primer capitel como en el segundo.

Entonces erigió las columnas en el pórtico del templo. Cuando erigió la columna del sur, llamó su nombre Jaquín; y cuando erigió la columna del norte, llamó su nombre Boaz.

Puso en la parte superior de las columnas un motivo de lirios. Así concluyó la obra de las columnas.




Mobiliario del templo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Reyes > Mobiliario del templo (11:7:23 - 11:7:51)

Hizo también la fuente de bronce fundido que tenía 10 codos de borde a borde. Era circular y tenía 5 codos de alto, y una circunferencia de 30 codos.

Había motivos de calabazas por debajo y alrededor del borde en número de diez por cada codo, dispuestas en dos hileras de calabazas alrededor de la fuente, las cuales habían sido fundidas en una sola pieza con ella.

Estaba asentada sobre doce bueyes: tres miraban al norte, tres al oeste, tres al sur y tres al este. La fuente estaba asentada sobre ellos, y todas sus partes traseras daban hacia la parte interior.

La fuente tenía un palmo menor de espesor; su borde era como el borde de un cáliz o de una flor de lirio. Tenía una capacidad de 2.000 batos.

Hizo también diez bases de bronce. Cada base tenía 4 codos de largo, 4 codos de ancho y 3 codos de alto.

Este era el diseño de las bases: Tenían marcos, y los marcos estaban entre los paneles.

Y sobre los marcos que había entre los paneles había figuras de leones, bueyes y querubines. Y sobre los paneles, tanto encima como debajo de los leones y de los bueyes, había guirnaldas en bajorrelieve.

Cada base tenía cuatro ruedas de bronce con ejes de bronce. En sus cuatro patas había unos soportes debajo de la pila. Estos soportes eran de bronce fundido y tenían guirnaldas a cada lado.

Su abertura sobresalía del interior un codo, a manera de capitel. Su abertura era redonda, hecha como una base de un codo y medio de diámetro. También alrededor de su abertura había bajorrelieves. Sus marcos eran cuadrados, no redondos.

Las cuatro ruedas estaban debajo de los marcos. Los ejes de las ruedas salían de la base. Cada rueda tenía un codo y medio de alto.

El diseño de las ruedas era como el de las ruedas de un carro. Sus ejes, sus aros, sus rayos y sus cubos eran todos de metal fundido.

También los cuatro soportes de las cuatro esquinas de cada base salían de la misma base.

En la parte superior de la base había un soporte circular de medio codo de alto, y sobre la base había soportes y marcos que salían de la misma.

Sobre las planchas de sus soportes y de sus marcos grabó querubines, leones y palmeras, según el espacio de cada uno, con guirnaldas en derredor.

De esta manera hizo las diez bases del mismo metal fundido, de la misma medida y de la misma forma.

Hizo también diez pilas de bronce. Cada una tenía una capacidad de 40 batos. Cada pila tenía 4 codos de circunferencia. Colocó una pila sobre cada una de las diez bases.

Después puso cinco bases al lado sur del templo y las otras cinco al lado norte del templo. Y puso la fuente al lado sur del templo, hacia el sureste.

Hiram también hizo las ollas, las palas y los tazones. Así terminó Hiram de hacer toda la obra que hizo para el rey Salomón, en la casa de Jehovah:

las dos columnas, los tazones de los capiteles que estaban en la parte superior de las dos columnas; y las dos redes que cubrían los dos tazones de los capiteles que estaban en la parte superior de las columnas;

las 400 granadas para las dos redes (dos hileras de granadas para cada red) para cubrir los dos tazones de los capiteles que estaban en la parte superior de las columnas;

las diez bases y las diez pilas sobre las bases;

la fuente con los doce bueyes debajo de la fuente;

las ollas, las palas y los tazones. Todos estos utensilios que Hiram hizo para el rey Salomón, en la casa de Jehovah, eran de bronce bruñido.

El rey los hizo fundir en la llanura del Jordán, en tierra arcillosa, entre Sucot y Saretán.

Salomón dejó de pesar todos estos utensilios por su gran cantidad; no se averiguó el peso del bronce.

Salomón también hizo todos los utensilios de la casa de Jehovah: el altar de oro, la mesa de oro sobre la cual estaba el pan de la Presencia,

cinco candelabros de oro puro que estaban al sur, y otros cinco al norte, delante del santuario interior, con las flores, las lámparas y las tenazas de oro.

Asimismo, hizo de oro puro las copas, las despabiladeras, los tazones, las cucharas y los incensarios. También eran de oro los goznes de las puertas de la sala interior, el lugar santísimo, y los de las puertas de la sala del templo.

Así se terminó toda la obra que el rey Salomón hizo para la casa de Jehovah. Entonces Salomón introdujo las cosas que su padre David había consagrado, y puso la plata, el oro y los utensilios en los tesoros de la casa de Jehovah.




Salomón traslada el arca al templo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Reyes > Salomón traslada el arca al templo (11:8:1 - 11:8:11)

Entonces Salomón congregó en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus y a los jefes de las casas paternas de los hijos de Israel ante el rey Salomón, para hacer subir el arca del pacto de Jehovah desde la Ciudad de David, que es Sion.

Y se congregaron ante el rey Salomón todos los hombres de Israel en la fiesta en el mes de Etanim, que es el mes séptimo.

Fueron todos los ancianos de Israel, y los sacerdotes tomaron el arca.

Luego subieron el arca de Jehovah, el tabernáculo de reunión, y todos los utensilios sagrados que estaban en el tabernáculo; los sacerdotes y los levitas los subieron.

El rey Salomón y con él toda la congregación de Israel, que se había reunido junto a él, estaban delante del arca, sacrificando tantas ovejas y vacas que por su gran cantidad no se podían contar ni numerar.

Entonces los sacerdotes introdujeron el arca del pacto de Jehovah en su lugar, en el santuario interior del templo, en el lugar santísimo, debajo de las alas de los querubines.

Porque los querubines extendían las alas sobre el lugar del arca, de modo que los querubines cubrían el arca y sus varas por encima.

Las varas eran tan largas que los extremos de las varas se podían ver desde el lugar santo, que estaba delante del santuario interior; pero no se podían ver desde afuera. Y allí han quedado hasta el día de hoy.

Ninguna cosa había en el arca, excepto las dos tablas de piedra que Moisés había colocado allí en Horeb, donde Jehovah hizo pacto con los hijos de Israel, cuando salieron de la tierra de Egipto.

Y sucedió que cuando los sacerdotes salieron del santuario, la nube llenó la casa de Jehovah.

Y los sacerdotes no pudieron continuar sirviendo por causa de la nube, porque la gloria de Jehovah había llenado la casa de Jehovah.




Dedicación del templo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Reyes > Dedicación del templo (11:8:12 - 11:8:66)

Entonces Salomón dijo: “Jehovah ha dicho que él habita en la densa oscuridad.

Ciertamente te he edificado una casa sublime, una morada donde habites para siempre.”

El rey se volvió y bendijo a toda la congregación de Israel. Y toda la congregación de Israel estaba de pie.

Entonces dijo: “¡Bendito sea Jehovah Dios de Israel, quien con su mano ha cumplido lo que con su boca prometió a mi padre David, diciendo:

Desde el día en que saqué a mi pueblo Israel de Egipto, no había elegido ninguna ciudad de todas las tribus de Israel para edificar una casa donde estuviese mi nombre. Pero elegí a David para que estuviese al frente de mi pueblo Israel.

“Estuvo en el corazón de mi padre David el anhelo de edificar una casa al nombre de Jehovah Dios de Israel.

Pero Jehovah dijo a mi padre David: Por cuanto ha estado en tu corazón el anhelo de edificar una casa a mi nombre, has hecho bien en tener esto en tu corazón.

Sin embargo, tú no edificarás la casa, sino tu hijo que te nacerá, él edificará la casa a mi nombre.

“Jehovah ha cumplido su promesa que había hecho, y yo me he levantado en lugar de mi padre David. Me he sentado en el trono de Israel, como Jehovah había prometido, y he edificado la casa al nombre de Jehovah Dios de Israel.

Y he dispuesto allí un lugar para el arca, en la cual está el pacto de Jehovah que él hizo con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto.”

Entonces Salomón se puso de pie delante del altar de Jehovah, frente a toda la congregación de Israel, y extendió sus manos al cielo.

Y dijo: “¡Oh Jehovah Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra! Tú guardas el pacto y la misericordia para con tus siervos que caminan delante de ti con todo su corazón.

Tú has cumplido con tu siervo David, mi padre, lo que le prometiste. Con tu boca lo prometiste, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este día.

Ahora pues, oh Jehovah Dios de Israel, cumple con tu siervo David, mi padre, lo que le prometiste diciendo: No te faltará delante de mí un hombre que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su camino para andar delante de mí, como tú has andado delante de mí.

Ahora pues, oh Dios de Israel, sea confirmada tu palabra que hablaste a tu siervo David, mi padre.

“Pero, ¿es verdad que Dios ha de habitar sobre la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener. ¡Cuánto menos este templo que he edificado!

Sin embargo, oh Jehovah, Dios mío, vuélvete hacia la oración y la plegaria de tu siervo, para oír el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti.

Estén abiertos tus ojos de noche y de día hacia este templo, hacia el lugar del cual has dicho: Allí estará mi nombre, para escuchar la oración que tu siervo haga hacia este lugar.

Escucha la plegaria de tu siervo y de tu pueblo Israel, cuando oren hacia este lugar. Escucha tú en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha tú y perdona.

“Si alguna persona peca contra su prójimo, y éste le toma juramento al hacerle jurar, y él entra bajo juramento ante tu altar en este templo,

entonces escucha tú en los cielos y actúa. Juzga a tus siervos condenando al injusto, haciendo recaer su conducta sobre su cabeza y justificando al justo, dándole conforme a su justicia.

“Cuando tu pueblo Israel sea derrotado delante del enemigo por haber pecado contra ti, y ellos se vuelvan a ti y confiesen tu nombre, y oren y te supliquen en este templo,

entonces escucha tú en los cielos, perdona el pecado de tu pueblo Israel y hazles volver a la tierra que diste a sus padres.

“Cuando los cielos estén cerrados y no haya lluvia, por haber ellos pecado contra ti; si oran hacia este lugar, confiesan tu nombre y se vuelven de su pecado cuando los aflijas,

entonces escucha tú en los cielos y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel. Sí, enséñales el buen camino por el que deben andar y dales lluvia sobre tu tierra, la cual has dado a tu pueblo por heredad.

“Cuando en la tierra haya hambre; cuando haya peste; cuando haya tizón, añublo, langosta o pulgón, o cuando su enemigo lo asedie en la tierra de sus ciudades (cualquiera que sea la plaga o la enfermedad),

cualquiera que sea la oración o la plegaria que haga algún hombre o todo tu pueblo Israel (cada uno reconociendo la plaga de su corazón y extendiendo sus manos hacia este templo),

entonces escucha tú en los cielos, el lugar de tu morada, perdona y actúa. Da a cada uno conforme a todos sus caminos, pues conoces su corazón (porque sólo tú conoces el corazón de todo hombre);

a fin de que te teman todos los días que vivan sobre la superficie de la tierra que tú has dado a nuestros padres.

“Asimismo, cuando el extranjero que no sea de tu pueblo Israel venga de una tierra lejana a causa de tu nombre

(porque oirán de tu gran nombre, de tu poderosa mano y de tu brazo extendido), y venga a orar a este templo,

entonces escucha tú en los cielos, el lugar de tu morada. Haz conforme a todo aquello por lo cual el extranjero clame a ti, a fin de que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, te teman como tu pueblo Israel y sepan que este templo que he edificado es llamado por tu nombre.

“Si tu pueblo sale a la batalla contra su enemigo por el camino que los envíes, y ellos oran a Jehovah en dirección a la ciudad que tú has elegido y a la casa que he edificado a tu nombre,

entonces escucha en los cielos su oración y su plegaria, y ampara su causa.

“Si pecan contra ti (pues no hay hombre que no peque), y te enojas contra ellos y los entregas ante el enemigo, y éstos los llevan como cautivos suyos a la tierra del enemigo, lejana o cercana;

si ellos vuelven en sí en la tierra a donde hayan sido llevados cautivos, y se vuelven y te suplican en la tierra de los que los llevaron cautivos, diciendo: Hemos pecado; hemos hecho iniquidad; hemos actuado impíamente;

si en la tierra de sus enemigos, a donde los hayan llevado cautivos, ellos se vuelven a ti con todo su corazón y con toda su alma, y oran a ti en dirección a la tierra que diste a sus padres, a la ciudad que has elegido y al templo que he edificado a tu nombre,

entonces escucha en los cielos, el lugar de tu morada, su oración y su plegaria, y ampara su causa.

Perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti, y todas las transgresiones que han cometido contra ti, y hazles objeto de misericordia ante los que los han llevado cautivos, para que tengan misericordia de ellos.

Porque ellos son tu pueblo y tu heredad que sacaste de Egipto, de en medio del horno de hierro.

“Estén abiertos tus ojos a la plegaria de tu siervo y a la plegaria de tu pueblo Israel, para escucharles en todo aquello que te invoquen.

Porque tú, oh Señor Jehovah, los has separado para ti como tu heredad de entre todos los pueblos de la tierra, como lo dijiste por medio de tu siervo Moisés, cuando sacaste a nuestros padres de Egipto.”

Y sucedió que cuando Salomón terminó de hacer toda esta oración y plegaria a Jehovah, se levantó de estar de rodillas delante del altar de Jehovah, con sus manos extendidas al cielo.

Entonces se puso de pie y bendijo en alta voz a toda la congregación de Israel, diciendo:

“¡Bendito sea Jehovah, que ha dado descanso a su pueblo Israel, conforme a todo lo que él había prometido! No ha fallado ninguna palabra de todas sus buenas promesas que expresó por medio de su siervo Moisés.

Jehovah nuestro Dios esté con nosotros, como estuvo con nuestros padres; no nos desampare ni nos deje.

Incline él nuestro corazón hacia sí, para que andemos en todos sus caminos y guardemos sus mandamientos, sus leyes y sus decretos, que mandó a nuestros padres.

Que estas palabras mías, con que he suplicado delante de Jehovah, estén cerca de Jehovah nuestro Dios, de día y de noche, para que él ampare la causa de su siervo y la de su pueblo Israel, según la necesidad de cada día;

a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que Jehovah es Dios y que no hay otro.

Sea, pues, íntegro vuestro corazón para con Jehovah nuestro Dios, a fin de andar en sus leyes y guardar sus mandamientos, como en este día.”

Entonces el rey y todo Israel con él ofrecieron sacrificios delante de Jehovah.

Salomón ofreció a Jehovah, como sacrificios de paz, 22.000 toros y 120.000 ovejas. Así el rey y todos los hijos de Israel dedicaron la casa de Jehovah.

Aquel mismo día el rey consagró la parte central del atrio que estaba delante de la casa de Jehovah, pues allí ofreció los holocaustos, las ofrendas vegetales y el sebo de los sacrificios de paz. Porque el altar de bronce que estaba delante de Jehovah era demasiado pequeño para contener los holocaustos, las ofrendas vegetales y el sebo de los sacrificios de paz.

En aquella ocasión Salomón y todo Israel con él, una gran congregación desde Lebo-hamat hasta el arroyo de Egipto, hicieron fiesta delante de Jehovah nuestro Dios durante siete días, y otros siete días más, es decir, durante catorce días.

Al octavo día despidió al pueblo. Ellos bendijeron al rey y se fueron a sus moradas, alegres y con el corazón gozoso por toda la bondad que Jehovah había hecho a su siervo David y a su pueblo Israel.