Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Josué > Territorios de las demás tribus (6:18:1 - 6:19:51)
Toda la congregación de los hijos de Israel se reunió en Silo, e instalaron allí el tabernáculo de reunión. La tierra les estaba sometida,
pero habían quedado siete tribus de los hijos de Israel, a las cuales todavía no se les había repartido heredad.
Entonces Josué dijo a los hijos de Israel: —¿Hasta cuándo seréis negligentes para ir a poseer la tierra que os ha dado Jehovah, Dios de vuestros padres?
Elegid a tres hombres de cada tribu para que yo los envíe, y ellos vayan, recorran la tierra, hagan una descripción de ella con miras a sus heredades, y después vuelvan a mí.
Ellos la dividirán en siete partes. Judá permanecerá en su territorio en el sur, y los de la casa de José en su territorio en el norte.
Vosotros, pues, me haréis la descripción de la tierra, dividiéndola en siete partes; y me la traeréis aquí. Y os haré el sorteo aquí, delante de Jehovah nuestro Dios.
Pero los levitas no tendrán ninguna parte entre vosotros, porque el sacerdocio de Jehovah es su heredad. Gad, Rubén y la media tribu de Manasés ya han recibido su heredad en el lado oriental del Jordán, la cual les dio Moisés, siervo de Jehovah.
Los hombres se levantaron y fueron. Josué mandó a los que iban para hacer la descripción de la tierra, diciéndoles: —Id, recorred la tierra y haced una descripción de ella. Luego volved a mí para que yo os haga el sorteo delante de Jehovah, aquí en Silo.
Entonces los hombres fueron y recorrieron la tierra, e hicieron en un pergamino una descripción de ella, dividida en siete partes, según sus ciudades. Después volvieron a Josué, al campamento en Silo.
Entonces Josué hizo el sorteo delante de Jehovah, en Silo. Allí repartió Josué la tierra a los hijos de Israel, según sus particiones.
La parte que tocó en el sorteo a la tribu de los hijos de Benjamín, según sus clanes: El territorio que les tocó en el sorteo estaba entre el de los hijos de Judá y el de los hijos de José.
Por el lado norte su frontera partía del Jordán; luego la frontera subía por el lado norte de Jericó. Entonces subía por la región montañosa hacia el oeste, y llegaba al desierto de Bet-avén.
De allí la frontera pasaba hacia Luz, al lado sur de Luz (que es Betel). Luego la frontera descendía a Atarot-adar, sobre el monte que está al sur de Bet-jorón Baja.
Luego la frontera doblaba hacia el oeste por el lado sur del monte que está enfrente de Bet-jorón, y terminaba en Quiriat-baal (que es Quiriat-jearim), ciudad de los hijos de Judá. Este era el lado occidental.
Por el lado sur, la frontera partía desde el extremo de Quiriat-jearim, seguía hacia el oeste y continuaba hacia el manantial Aguas de Neftóaj.
Luego la frontera descendía hasta el extremo del monte que está frente al valle de Ben-hinom, que está al norte del valle de Refaím. Luego descendía al valle de Hinom, hasta la ladera sur de los jebuseos, y seguía descendiendo hasta En-rogel.
Luego doblaba al norte, seguía hasta En-semes, continuaba hasta Gilgal, que está frente a la cuesta de Adumim, y descendía a la piedra de Bohan hijo de Rubén.
Luego la frontera pasaba por el declive norte de Bet-haarabá y descendía hacia el Arabá.
La frontera pasaba por el lado norte de Bet-jogla para terminar en la bahía norte del mar Salado, en la desembocadura del Jordán en el sur. Esta era la frontera sur.
El Jordán era la frontera por el lado oriental. Esta era la heredad de los hijos de Benjamín, según sus clanes, con las fronteras que la rodeaban.
Las ciudades de la tribu de los hijos de Benjamín, según sus clanes, fueron: Jericó, Bet-jogla, Emec-casis,
Bet-haarabá, Zemaraim, Betel,
Avim, Pará, Ofra,
Quefar-haamoní, Ofni y Geba; doce ciudades con sus aldeas.
También Gabaón, Ramá, Beerot,
Mizpa, Cafira, Mozah,
Requem, Irpeel, Tarala,
Zela, Elef, Jebús (que es Jerusalén), Gabaa y Quiriat; catorce ciudades con sus aldeas. Esta era la heredad de los hijos de Benjamín, según sus clanes.
La segunda suerte tocó a Simeón, a la tribu de los hijos de Simeón, según sus clanes. Y su heredad estaba dentro del territorio de los hijos de Judá.
Y les tocó como heredad: Beerseba, Seba, Molada,
Hazar-sual, Bala, Ezem,
Eltolad, Betul, Horma,
Siclag, Bet-hamarcabot, Hazar-susa,
Bet-lebaot y Sarujen; trece ciudades con sus aldeas.
También Ayin, Rimón, Eter y Asán; cuatro ciudades con sus aldeas.
También todas las aldeas que estaban alrededor de estas ciudades hasta Baalat-beer, que es Ramat-néguev. Esta era la heredad de la tribu de los hijos de Simeón, según sus clanes.
La heredad de los hijos de Simeón fue tomada de la parte de los hijos de Judá, porque la parte de los hijos de Judá era excesiva para ellos. Así, los hijos de Simeón tuvieron su heredad dentro del territorio de aquéllos.
La tercera suerte tocó a los hijos de Zabulón, según sus clanes. La frontera de su heredad llegaba hasta Sarid.
Y por el oeste su frontera subía hacia Marala, y limitaba con Dabeset y con el río que está frente a Jocneam.
De Sarid doblaba hacia el este, donde nace el sol, hasta el territorio de Quislot-tabor; luego seguía hacia Daberat y subía a Jafía.
De allí seguía hacia el este, a Gat-jefer e Ita-cazín, continuaba hacia Rimón y rodeaba Nea.
Después la frontera torcía por el norte hacia Hanatón y terminaba en el valle de Jefteel.
Y también Catat, Nahalal, Simrón, Idala y Belén; doce ciudades con sus aldeas.
Estas ciudades con sus aldeas eran la heredad de los hijos de Zabulón, según sus clanes.
La cuarta suerte tocó a Isacar, a los hijos de Isacar, según sus clanes.
Su territorio abarcaba: Jezreel, Quesulot, Sunem,
Hafaraim, Sihón, Anajarat,
Rabit, Quisión, Abez,
Remet, En-ganim, En-jada y Bet-pases.
La frontera llegaba hasta Tabor, Sajazaim y Bet-semes, y terminaba la frontera en el Jordán; dieciséis ciudades con sus aldeas.
Estas ciudades con sus aldeas eran la heredad de la tribu de los hijos de Isacar, según sus clanes.
La quinta suerte tocó a la tribu de los hijos de Aser, según sus clanes.
Su territorio abarcaba: Helcat, Halí, Betén, Acsaf,
Alamelec, Amad y Miseal; y por el lado occidental llegaba hasta el Carmelo y Sijor-libnat.
Volvía después hacia donde nace el sol, a Bet-dagón y limitaba con Zabulón y con el valle de Jefteel, al norte; seguía a Bet-haémec y a Neiel; luego continuaba al norte hasta Cabul,
Abdón, Rejob, Hamón, Caná, hasta la gran Sidón.
De allí la frontera volvía hacia Ramá y seguía hasta la ciudad fortificada de Tiro. Después torcía hacia Hosa y terminaba en el mar. También Majaleb, Aczib,
Aco, Afec y Rejob; veintidós ciudades con sus aldeas.
Estas ciudades con sus aldeas eran la heredad de la tribu de los hijos de Aser, según sus clanes.
La sexta suerte tocó a los hijos de Neftalí; a los hijos de Neftalí, según sus clanes.
Su frontera partía desde Helef y desde la encina de Zaananim, y desde Adami-nequeb y Jabneel hasta Lacum, y terminaba en el Jordán.
Luego la frontera volvía al oeste hasta Aznot-tabor. De allí pasaba a Hucoc, y limitaba con Zabulón por el sur, con Aser por el oeste, y con el Jordán, por donde nace el sol.
Y las ciudades fortificadas eran: Sidim, Zer, Hamat, Racat, Quinéret,
Adama, Ramá, Hazor,
Quedes, Edrei, En-hazor,
Irón, Migdalel, Horem, Bet-anat y Bet-semes; diecinueve ciudades con sus aldeas.
Estas ciudades con sus aldeas eran la heredad de la tribu de los hijos de Neftalí, según sus clanes.
La séptima suerte tocó a la tribu de los hijos de Dan, según sus clanes.
El territorio de su heredad abarcaba Zora, Estaol, Ir-semes,
Saalbín, Ajalón, Jetla,
Elón, Timnat, Ecrón,
Elteque, Gibetón, Baalat,
Jehud, Benei-berac, Gat-rimón.
Mei-hayarcón y Racón, con la región que está enfrente de Jope.
Pero faltó territorio a los hijos de Dan. Por eso, los hijos de Dan subieron y combatieron contra Lesem. Ellos la ocuparon e hirieron a filo de espada; tomaron posesión de ella y habitaron allí. Y a Lesem la llamaron Dan, según el nombre de su padre Dan.
Estas ciudades con sus aldeas eran la heredad de la tribu de los hijos de Dan, según sus clanes.
Después que acabaron de distribuir los territorios de la tierra como heredad, los hijos de Israel dieron una heredad, en medio de ellos, a Josué hijo de Nun.
Según el mandato de Jehovah, le dieron la ciudad que pidió, Timnat-séraj, en la región montañosa de Efraín. Y él reedificó la ciudad y habitó en ella.
Estas son las heredades que el sacerdote Eleazar, Josué hijo de Nun y los jefes de las casas paternas de las tribus de los hijos de Israel distribuyeron por sorteo en Silo, delante de Jehovah, a la entrada del tabernáculo de reunión. Y así acabaron de distribuir la tierra.