La grandeza de Jehová

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > La grandeza de Jehová (5:11:1 - 5:11:7)

“Amarás, pues, a Jehovah tu Dios y guardarás su ordenanza, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos, todos los días.

“Hoy habéis de reconocer vosotros—no vuestros hijos que no la han conocido ni visto— la disciplina de Jehovah vuestro Dios: su grandeza, su mano poderosa y su brazo extendido,

sus señales y sus obras que hizo en medio de Egipto al faraón rey de Egipto y a toda su tierra,

y lo que hizo al ejército de Egipto, a sus caballos y a sus carros, cómo hizo que las aguas del mar Rojo se precipitasen sobre ellos cuando venían tras vosotros, y cómo Jehovah los destruyó hasta el día de hoy,

y lo que ha hecho con vosotros en el desierto hasta que habéis llegado a este lugar,

y lo que hizo con Datán y Abiram, hijos de Eliab hijo de Rubén, cómo la tierra abrió su boca y los tragó a ellos, a sus familias, sus tiendas y todo lo que les pertenecía en medio de todo Israel.

Ciertamente son vuestros ojos los que han visto toda la gran obra que Jehovah ha hecho.




Bendiciones de la Tierra Prometida

Imagen Bendiciones de la Tierra Prometida 1
Enviado por Marco Aurelio Lopez

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Bendiciones de la Tierra Prometida (5:11:8 - 5:11:32)

“Por tanto, guardad todos los mandamientos que yo os mando hoy, para que seáis fuertes y lleguéis a tomar la tierra a la cual cruzáis para tomarla en posesión;

a fin de que prolonguéis vuestros días en la tierra que Jehovah juró a vuestros padres que les daría a ellos y a sus descendientes: una tierra que fluye leche y miel.

“Ciertamente la tierra a la cual entras para tomarla en posesión no es como la tierra de Egipto, de donde has salido, donde sembrabas tu semilla y la regabas con tu pie como a huerto de hortalizas.

La tierra a la cual cruzas para tomarla en posesión es una tierra de montes y de valles, que bebe el agua de la lluvia del cielo;

una tierra de la cual cuida Jehovah tu Dios. Los ojos de Jehovah tu Dios están siempre sobre ella, desde el principio del año hasta el final de él.

“Sucederá que si obedecéis cuidadosamente mis mandamientos que hoy os mando, para amar a Jehovah vuestro Dios y para servirle con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma,

entonces él dará la lluvia a vuestra tierra en su tiempo, tanto la lluvia temprana como la lluvia tardía. Así podrás recoger tu grano, tu vino y tu aceite.

El dará también hierba en tu campo para tu ganado. Así comerás y te saciarás.

“Guardaos, pues, no sea que vuestro corazón se engañe y os apartéis y sirváis a otros dioses, y os inclinéis a ellos.

No sea que se encienda el furor de Jehovah contra vosotros y cierre los cielos y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcáis rápidamente sobre la buena tierra que Jehovah os da.

“Por tanto, pondréis estas palabras mías en vuestro corazón y en vuestra alma. Las ataréis a vuestra mano como señal, y estarán como frontales entre vuestros ojos.

Las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas sentado en tu casa o andando por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.

Las escribirás en los postes de tu casa y en las puertas de tus ciudades,

para que vuestros días y los días de vuestros hijos sobre la tierra que Jehovah juró a vuestros padres que les había de dar, sean tan numerosos como los días de los cielos sobre la tierra.

“Porque si guardáis cuidadosamente todos estos mandamientos que yo os mando para que los cumpláis, amando a Jehovah vuestro Dios, andando en todos sus caminos y siendo fieles a él,

entonces Jehovah también echará todas estas naciones de delante de vosotros, y desalojaréis naciones más grandes y más poderosas que vosotros.

Todo lugar que pise la planta de vuestro pie será vuestro. Vuestro territorio será desde el desierto hasta el Líbano, y desde el río, el río Eufrates, hasta el mar occidental.

Nadie prevalecerá ante vosotros. Jehovah vuestro Dios pondrá miedo y pavor de vosotros sobre la faz de toda la tierra que piséis, como él os lo ha prometido.

“Mira, pues; yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición:

la bendición, si obedecéis los mandamientos de Jehovah vuestro Dios que yo os mando hoy;

y la maldición, si no obedecéis los mandamientos de Jehovah vuestro Dios, sino que os apartáis del camino que yo os mando hoy, para ir en pos de otros dioses que no habéis conocido.

“Sucederá que cuando Jehovah tu Dios te introduzca en la tierra a la cual vas para tomarla en posesión, pondrás la bendición sobre el monte Gerizim y la maldición sobre el monte Ebal.

¿Acaso no están éstos al otro lado del Jordán, hacia donde se pone el sol, en la tierra de los cananeos que habitan en el Arabá, frente a Gilgal, junto a la encina de Moré?

“Ciertamente vosotros vais a cruzar el Jordán para ir a tomar posesión de la tierra que os da Jehovah vuestro Dios, y la tomaréis y habitaréis en ella.

Entonces cuidaréis de poner por obra todas las leyes y decretos que yo pongo hoy delante de vosotros.




El santuario único

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > El santuario único (5:12:1 - 5:12:28)

“Estas son las leyes y los decretos que cuidaréis de poner por obra en la tierra que Jehovah, Dios de vuestros padres, os ha dado, para que tengáis posesión de ella todos los días que viváis sobre la tierra.

Ciertamente destruiréis todos los lugares donde las naciones que vosotros habéis de desalojar han servido a sus dioses sobre los montes altos, sobre las colinas y debajo de todo árbol frondoso.

Derribaréis sus altares, romperéis sus piedras rituales y quemaréis en el fuego sus árboles de Asera; quebraréis las imágenes de sus dioses y haréis desaparecer sus nombres de aquel lugar.

“No haréis así para con Jehovah vuestro Dios,

sino que buscaréis el lugar que Jehovah vuestro Dios haya escogido de todas vuestras tribus para poner allí su nombre y morar en él, y allá iréis.

Allá llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, la ofrenda alzada de vuestras manos, vuestras ofrendas votivas, vuestras ofrendas voluntarias y los primerizos de vuestras vacas y de vuestras ovejas.

Allí comeréis delante de Jehovah vuestro Dios, y os regocijaréis vosotros y vuestras familias por todo lo que vuestras manos hayan emprendido, conforme a lo que Jehovah vuestro Dios os haya bendecido.

“No haréis como todo lo que nosotros hacemos hoy aquí, cada uno como le parece bien;

porque hasta ahora no habéis entrado al reposo y a la heredad que os da Jehovah vuestro Dios.

Pero cruzaréis el Jordán y habitaréis en la tierra que Jehovah vuestro Dios os hace heredar, y él os dará reposo de todos vuestros enemigos de alrededor; y habitaréis seguros.

Entonces llevaréis al lugar que Jehovah vuestro Dios haya escogido para hacer habitar allí su nombre todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, la ofrenda alzada de vuestras manos, y todas vuestras más selectas ofrendas votivas que hayáis hecho a Jehovah.

Y os regocijaréis delante de Jehovah vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos, vuestras hijas, vuestros siervos, vuestras siervas y el levita que esté dentro de vuestras ciudades, ya que él no tiene parte ni heredad con vosotros.

“Ten cuidado de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que veas.

Más bien, sólo en el lugar que Jehovah haya escogido en una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando.

No obstante, en todas tus ciudades podrás matar y comer carne con todo tu apetito, según te haya bendecido Jehovah tu Dios. Tanto el que está impuro como el que está puro la podrán comer, como si se tratase de una gacela o de un venado.

Sólo que no comeréis la sangre; la derramaréis sobre la tierra como agua.

“Pero en tus ciudades no podrás comer el diezmo de tu grano, de tu vino nuevo, de tu aceite, ni de los primerizos de tus vacas y de tus ovejas, ni ninguna de las ofrendas votivas que prometes, ni tus ofrendas voluntarias, ni la ofrenda alzada de tu mano.

Más bien, delante de Jehovah tu Dios, en el lugar que Jehovah tu Dios haya escogido, la comerás, tú con tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva y el levita que está en tus ciudades, regocijándote delante de Jehovah tu Dios por todo lo que tu mano ha emprendido.

Ten cuidado de no desamparar al levita en todos tus días sobre tu tierra.

“Cuando Jehovah tu Dios ensanche tu territorio como te ha prometido y tú digas: Comeré carne, porque tienes deseo de ella, podrás comer la carne con todo tu apetito.

Si está muy lejos de ti el lugar que Jehovah tu Dios haya escogido para poner allí su nombre, entonces matarás de tus vacas y de tus ovejas que Jehovah te haya dado, como yo te he mandado. Comerás en tus ciudades con todo tu apetito.

La comerás de la misma manera que se come la carne de la gacela o del venado; tanto el que está impuro como el que está puro la podrán comer.

Sólo cuídate de no comer la sangre, porque la sangre es la vida; no comerás la vida junto con la carne.

No comerás la sangre, sino que la derramarás en la tierra como agua.

No comerás de ella, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, cuando hagas lo recto ante los ojos de Jehovah.

“Pero tomarás las cosas que hayas consagrado y tus ofrendas votivas, e irás al lugar que Jehovah haya escogido.

Ofrecerás tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar de Jehovah tu Dios. La sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar de Jehovah tu Dios, pero podrás comer la carne.

“Guarda y obedece todas estas palabras que yo te mando, para que cuando hagas lo bueno y recto ante los ojos de Jehovah tu Dios, te vaya bien a ti, y a tus hijos después de ti, para siempre.




Advertencias contra la idolatría

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Advertencias contra la idolatría (5:12:29 - 5:14:2)

“Cuando Jehovah tu Dios haya destruido delante de ti las naciones a donde tú vas para desalojarlas, y las desalojes y habites en su tierra,

guárdate de que no caigas en la trampa siguiendo su ejemplo, después que hayan sido destruidas delante de ti. No indagues acerca de sus dioses, diciendo: ¿De qué manera rendían culto estas naciones a sus dioses para que también yo haga lo mismo?

No actuarás de esa manera con respecto a Jehovah tu Dios. Ciertamente ellos hacen con sus dioses todo lo que Jehovah aborrece, pues aun a sus hijos y a sus hijas queman en el fuego para sus dioses.

“Tendréis cuidado de hacer todo lo que yo os mando; no añadiréis a ello, ni quitaréis de ello.

“Si se levanta en medio de ti un profeta o un soñador de sueños, y te da una señal o un prodigio,

si se cumple la señal o el prodigio que él te predijo al decirte: Vayamos en pos de otros dioses —que tú no conociste— y sirvámoslos,

no escuches las palabras de tal profeta ni de tal soñador de sueños; porque Jehovah vuestro Dios os estará probando, para saber si amáis a Jehovah vuestro Dios con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.

En pos de Jehovah vuestro Dios andaréis, y a él temeréis. Guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz. A él serviréis y a él seréis fieles.

Pero tal profeta o tal soñador de sueños ha de ser muerto, porque predicó la rebelión contra Jehovah vuestro Dios que te sacó de la tierra de Egipto y te rescató de la casa de esclavitud. El trató de desviarte del camino por el que Jehovah tu Dios te mandó andar. Así eliminarás el mal de en medio de ti.

“Si te incita tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo, o tu hija, o tu amada mujer, o tu íntimo amigo, diciendo en secreto: Vayamos y sirvamos a otros dioses —que tú no conociste, ni tus padres,

dioses de los pueblos que están en vuestros alrededores, cerca de ti o lejos de ti, como está un extremo de la tierra del otro extemo de la tierra—,

no le consientas ni le escuches. Tu ojo no le tendrá lástima, ni tendrás compasión de él, ni lo encubrirás.

Más bien, lo matarás irremisiblemente; tu mano será la primera sobre él para matarle, y después la mano de todo el pueblo.

Lo apedrearás, y morirá, por cuanto procuró apartarte de Jehovah tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud.

Y todo Israel lo oirá y temerá, y no volverá a hacer semejante maldad en medio de ti.

“Si de alguna de tus ciudades que Jehovah tu Dios te da, para que habites en ella, oyes que se dice

que hombres impíos de en medio de ti han descarriado a los habitantes de su ciudad, diciendo: Vamos y sirvamos a otros dioses —que vosotros no conocisteis—,

entonces tú inquirirás, investigarás y averiguarás bien. Y he aquí que si resulta ser verdad y cosa confirmada que se ha hecho tal abominación en medio de ti,

irremisiblemente matarás a filo de espada a los habitantes de aquella ciudad, destruyéndola por completo con todo lo que haya en ella. También matarás sus animales a filo de espada.

Juntarás todo su botín en medio de su plaza, e incendiarás la ciudad y todo su botín, como una ofrenda del todo quemada a Jehovah tu Dios. Así será convertida en ruinas perpetuas, y nunca más será edificada.

No se pegue a tu mano nada del anatema, para que Jehovah desista del furor de su ira, tenga piedad y compasión de ti, y te multiplique, como lo juró a tus padres,

con tal de que obedezcas la voz de Jehovah tu Dios, guardando todos sus mandamientos que yo te mando hoy, para hacer lo recto ante los ojos de Jehovah tu Dios.

“Vosotros sois hijos de Jehovah vuestro Dios: No sajaréis vuestros cuerpos ni raparéis vuestras cabezas por causa de algún muerto.

Porque tú eres un pueblo santo para Jehovah tu Dios; Jehovah te ha escogido de entre todos los pueblos que hay sobre la faz de la tierra, para que le seas un pueblo especial.




Animales limpios e inmundos

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Pentateuco > Deuteronomio > Animales limpios e inmundos (5:14:3 - 5:14:21)

“No comeréis ninguna cosa abominable.

Estos son los animales que podéis comer: la vaca, la oveja, la cabra,

el venado, la gacela, el corzo, la cabra montés, el íbice, el antílope y la gamuza.

Podréis comer todo animal que tiene las pezuñas partidas, hendidas en dos mitades, y que rumia.

Pero de los animales que rumian o de los que tienen la pezuña partida no comeréis éstos: El camello, la liebre y el conejo os serán inmundos, porque rumian pero no tienen la pezuña partida.

También os será inmundo el cerdo, porque tiene pezuña partida pero no rumia. No comeréis su carne, ni tocaréis sus cuerpos muertos.

“Estos podréis comer de todo animal acuático: Podréis comer todo lo que tiene aletas y escamas.

Pero todo lo que no tiene aletas ni escamas no lo comeréis; os será inmundo.

“Podréis comer toda ave limpia.

Pero éstas son las aves que no comeréis: el águila, el quebrantahuesos, el azor,

el falcón, el milano y el buitre, según sus especies;

todo cuervo según su especie;

el avestruz, el corvejón, la gaviota y el halcón, según sus especies;

la lechuza, el búho, el calamón,

el pelícano, el gallinazo, el somormujo,

la cigüeña y la garza, según sus especies; la abubilla y el murciélago.

“Todo insecto alado os será inmundo; no se comerá.

“Podréis comer toda criatura que vuela y que sea limpia.

“No comeréis ningún animal mortecino. Lo podrás dar al forastero que está en tus ciudades, para que él lo coma; o lo venderás a un extranjero. Porque tú eres un pueblo santo para Jehovah tu Dios. “No guisarás el cabrito en la leche de su madre.