Parábola de la oveja perdida

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Enviado por sara gomez

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > Parábola de la oveja perdida (42:15:1 - 42:15:7)

Parábola de la oveja perdida: Se acercaban a él todos los publicanos y pecadores para oírle,

y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: —Este recibe a los pecadores y come con ellos.

Entonces él les refirió esta parábola, diciendo:

—¿Qué hombre de vosotros, si tiene cien ovejas, y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va tras la que se ha perdido, hasta hallarla?

Y al hallarla, la pone sobre sus hombros gozoso,

y cuando llega a casa reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: “Gozaos conmigo, porque he hallado mi oveja que se había perdido.”

Os digo que del mismo modo habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.

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Parábola de la moneda perdida

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Enviado por alesandra

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > Parábola de la moneda perdida (42:15:8 - 42:15:10)

¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende una lámpara, barre la casa y busca con empeño hasta hallarla?

Cuando la halla, reúne a sus amigas y vecinas, y les dice: “Gozaos conmigo, porque he hallado la dracma que estaba perdida.”

Os digo que del mismo modo hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.




Parábola del hijo pródigo

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Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > Parábola del hijo pródigo (42:15:11 - 42:15:32)

Dijo además: —Un hombre tenía dos hijos.

El menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde.” Y él les repartió los bienes.

No muchos días después, habiendo juntado todo, el hijo menor se fue a una región lejana, y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.

Cuando lo hubo malgastado todo, vino una gran hambre en aquella región, y él comenzó a pasar necesidad.

Entonces fue y se allegó a uno de los ciudadanos de aquella región, el cual le envió a su campo para apacentar los cerdos.

Y él deseaba saciarse con las algarrobas que comían los cerdos, y nadie se las daba.

Entonces volviendo en sí, dijo: “¡Cuántos jornaleros en la casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!

Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y ante ti.

Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.”

Se levantó y fue a su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre le vio y tuvo compasión. Corrió y se echó sobre su cuello, y le besó.

El hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y ante ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.”

Pero su padre dijo a sus siervos: “Sacad de inmediato el mejor vestido y vestidle, y poned un anillo en su mano y calzado en sus pies.

Traed el ternero engordado y matadlo. Comamos y regocijémonos,

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Enviado por para mi pinguina pródiga

porque este mi hijo estaba muerto y ha vuelto a vivir; estaba perdido y ha sido hallado.” Y comenzaron a regocijarse.

Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando vino, se acercó a la casa y oyó la música y las danzas.

Después de llamar a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.

Este le dijo: “Tu hermano ha venido, y tu padre ha mandado matar el ternero engordado, por haberle recibido sano y salvo.”

Entonces él se enojó y no quería entrar. Salió, pues, su padre y le rogaba que entrase.

Pero respondiendo él dijo a su padre: “He aquí, tantos años te sirvo, y jamás he desobedecido tu mandamiento; y nunca me has dado un cabrito para regocijarme con mis amigos.

Pero cuando vino éste tu hijo que ha consumido tus bienes con prostitutas, has matado para él el ternero engordado.”

Entonces su padre le dijo: “Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas.

Pero era necesario alegrarnos y regocijarnos, porque este tu hermano estaba muerto y ha vuelto a vivir; estaba perdido y ha sido hallado.”




Parábola del mayordomo infiel

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > Parábola del mayordomo infiel (42:16:1 - 42:16:15)

Dijo también a sus discípulos: “Había cierto hombre rico, el cual tenía un mayordomo; y éste fue acusado delante de él como derrochador de sus bienes.

Su señor le llamó y le dijo: ¿Qué es esto que oigo de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás ser mayordomo.

Entonces el mayordomo se dijo a sí mismo: ¿Qué haré? Porque mi señor me quita la mayordomía. Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza.

¡Ya sé lo que haré para que cuando sea destituido de la mayordomía, me reciban en sus casas!

“Entonces llamó a cada uno de los deudores de su señor, y dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi señor?

El dijo: Cien barriles de aceite. Y le dijo: Toma tu recibo, siéntate y de inmediato escribe: cincuenta.

Después dijo a otro: Y tú, ¿cuánto debes? Y él le dijo: Cien medidas de trigo. El le dijo: Toma tu recibo y escribe: ochenta.

“Y el señor elogió al mayordomo injusto porque actuó sagazmente, pues los hijos de este mundo son en su generación más sagaces que los hijos de luz.

“Y yo os digo: Con las riquezas injustas ganaos amigos para que cuando éstas lleguen a faltar, ellos os reciban en las moradas eternas.

“El que es fiel en lo muy poco también es fiel en lo mucho, y el que en lo muy poco es injusto también es injusto en lo mucho.

Así que, si con las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero?

Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro?

Ningún siervo puede servir a dos señores; porque aborrecerá al uno y amará al otro, o se dedicará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.”

Los fariseos, que eran avaros, oían todas estas cosas y se burlaban de él.

Y él les dijo: “Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres. Pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que entre los hombres es sublime, delante de Dios es abominación.




La ley y el reino de Dios

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > La ley y el reino de Dios (42:16:16 - 42:16:17)

“La Ley y los Profetas fueron hasta Juan. A partir de entonces son anunciadas las buenas nuevas del reino de Dios, y todos se esfuerzan por entrar en él.

Pero más fácil es que pasen el cielo y la tierra, que se caiga una tilde de la ley.