María visita a Elisabet

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > María visita a Elisabet (42:1:39 - 42:1:56)

En esos días se levantó María y fue de prisa a una ciudad en la región montañosa de Judá.

Entró en casa de Zacarías y saludó a Elisabet.

Aconteció que, cuando Elisabet oyó la salutación de María, la criatura saltó en su vientre. Y Elisabet fue llena del Espíritu Santo,

y exclamó a gran voz y dijo: —¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre!

¿De dónde se me concede esto, que la madre de mi Señor venga a mí?

Porque he aquí, cuando llegó a mis oídos la voz de tu salutación, la criatura saltó de alegría en mi vientre.

Bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le ha sido dicho de parte del Señor.

Y María dijo: —Engrandece mi alma al Señor;

y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador,

porque ha mirado la bajeza de su sierva. He aquí, pues, desde ahora me tendrán por bienaventurada todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho grandes cosas conmigo. Su nombre es santo,

y su misericordia es de generación en generación, para con los que le temen.

Hizo proezas con su brazo; esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.

Quitó a los poderosos de sus tronos y levantó a los humildes.

A los hambrientos sació de bienes y a los ricos los despidió vacíos.

Ayudó a Israel su siervo, para acordarse de la misericordia,

tal como habló a nuestros padres; a Abraham y a su descendencia para siempre.

Y María se quedó con ella como tres meses, y regresó a su casa.




Nacimiento de Juan el Bautista

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > Nacimiento de Juan el Bautista (42:1:57 - 42:1:66)

Se cumplió para Elisabet el tiempo de su alumbramiento, y dio a luz un hijo.

Los vecinos y los parientes oyeron que Dios había engrandecido su misericordia hacia ella y se regocijaron con ella.

Aconteció que al octavo día vinieron para circuncidar al niño, y le llamaban con el nombre de su padre, Zacarías.

Y su madre respondiendo dijo: —¡No! Más bien será llamado Juan.

Y le dijeron: —No hay nadie en tu familia que se llame con este nombre.

Preguntaban por señas a su padre, cómo quería llamarle.

Y pidiendo una tablilla escribió diciendo: “Juan es su nombre.” Y todos se maravillaron.

Al instante su boca fue abierta, y se le soltó la lengua, y comenzó a hablar bendiciendo a Dios.

Cayó temor sobre todos sus vecinos, y por toda la región montañosa de Judá se divulgaban todas estas cosas.

Y todos los que las oían las guardaban en sus corazones, diciendo: —Pues, ¿quién será este niño? Porque ciertamente la mano del Señor estaba con él.




Profecía de Zacarías

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > Profecía de Zacarías (42:1:67 - 42:1:80)

Zacarías, su padre, fue lleno del Espíritu Santo y profetizó diciendo:

—Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.

Ha levantado para nosotros un cuerno de salvación en la casa de su siervo David,

tal como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde antiguo:

Salvación de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos aborrecen,

para hacer misericordia con nuestros padres y para acordarse de su santo pacto.

Este es el juramento que juró a Abraham nuestro padre, para concedernos que,

una vez rescatados de las manos de los enemigos, le sirvamos sin temor,

en santidad y en justicia delante de él todos nuestros días.

Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo; porque irás delante del Señor para preparar sus caminos;

para dar a su pueblo conocimiento de salvación en el perdón de sus pecados;

a causa de la entrañable misericordia de nuestro Dios, con que la luz de la aurora nos visitará de lo alto;

para alumbrar a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; para encaminar nuestros pies por caminos de paz.

Y el niño crecía y se fortalecía en espíritu, y estaba en el desierto hasta el día de su manifestación a Israel.




Nacimiento de Jesús

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > Nacimiento de Jesús (42:2:1 - 42:2:7)

Aconteció en aquellos días que salió un edicto de parte de César Augusto, para levantar un censo de todo el mundo habitado.

Este primer censo se realizó mientras Cirenio era gobernador de Siria.

Todos iban para inscribirse en el censo, cada uno a su ciudad.

Entonces José también subió desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David que se llama Belén, porque él era de la casa y de la familia de David,

para inscribirse con María, su esposa, quien estaba encinta.

Aconteció que, mientras ellos estaban allí, se cumplieron los días de su alumbramiento,

y dio a luz a su hijo primogénito. Le envolvió en pañales, y le acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.




Los ángeles y los pastores

Los angeles y los pastores 1
Enviado por TuBiblia

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Lucas > Los ángeles y los pastores (42:2:8 - 42:2:20)

Había pastores en aquella región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño.

Y un ángel del Señor se presentó ante ellos, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y temieron con gran temor.

Pero el ángel les dijo: —No temáis, porque he aquí os doy buenas nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo:

que hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor.

Y esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.

De repente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios y decían:

—¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres de buena voluntad!

Aconteció que, cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se decían unos a otros: —Pasemos ahora mismo hasta Belén y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha dado a conocer.

Fueron de prisa y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre.

Al verle, dieron a conocer lo que les había sido dicho acerca de este niño.

Todos los que oyeron se maravillaron de lo que los pastores les dijeron;

pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.

Los pastores se volvieron, glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como les había sido dicho.