Tesoros en el cielo

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Mateo > Tesoros en el cielo (40:6:19 - 40:6:21)

“No acumuléis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido corrompen, y donde los ladrones se meten y roban.

Más bien, acumulad para vosotros tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido corrompen, y donde los ladrones no se meten ni roban.

Porque donde esté tu tesoro, allí también estará tu corazón.




La lámpara del cuerpo

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Mateo > La lámpara del cuerpo (40:6:22 - 40:6:23)

“La lámpara del cuerpo es el ojo. Así que, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz.

Pero si tu ojo es malo, todo tu cuerpo estará en tinieblas. De modo que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande es esa oscuridad!




Dios y las riquezas

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Mateo > Dios y las riquezas (40:6:24 - 40:6:24)

“Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá al uno y amará al otro, o se dedicará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.




El afán y la ansiedad

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Mateo > El afán y la ansiedad (40:6:25 - 40:6:34)

“Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?

Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas?

¿Quién de vosotros podrá, por más que se afane, añadir a su estatura un codo?

¿Por qué os afanáis por el vestido? Mirad los lirios del campo, cómo crecen. Ellos no trabajan ni hilan;

pero os digo que ni aun Salomón, con toda su gloria, fue vestido como uno de ellos.

Si Dios viste así la hierba del campo, que hoy está y mañana es echada en el horno, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe?

“Por tanto, no os afanéis diciendo: ¿Qué comeremos? o ¿Qué beberemos? o ¿Con qué nos cubriremos?

Porque los gentiles buscan todas estas cosas, pero vuestro Padre que está en los cielos sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.

Más bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada día su propio mal.




El juzgar a los demás

Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Mateo > El juzgar a los demás (40:7:1 - 40:7:6)

“No juzguéis, para que no seáis juzgados.

Porque con el juicio con que juzgáis seréis juzgados, y con la medida con que medís se os medirá.

“¿Por qué miras la brizna de paja que está en el ojo de tu hermano, y dejas de ver la viga que está en tu propio ojo?

¿Cómo dirás a tu hermano: Deja que yo saque la brizna de tu ojo, y he aquí la viga está en el tuyo?

¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano.

“No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra vosotros y os despedacen.