Jehová reprende a los sacerdotes

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Malaquías > Jehová reprende a los sacerdotes (39:1:6 - 39:1:14)

“El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Y si yo soy Padre, ¿dónde está mi honra? Y si yo soy Señor, ¿dónde está mi reverencia, oh sacerdotes que menospreciáis mi nombre?, os ha dicho Jehovah de los Ejércitos. Vosotros decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?

En que ofrecéis sobre mi altar pan indigno. Pero diréis: ¿Cómo es que lo hemos hecho indigno? Pensando que la mesa de Jehovah es despreciable.

Porque cuando ofrecéis un animal ciego para ser sacrificado, ¿no es eso malo? Lo mismo, cuando ofrecéis un animal cojo o enfermo. Preséntalo a tu gobernador. ¿Acaso se agradará de ti? ¿Acaso se te mostrará favorable?,” ha dicho Jehovah de los Ejércitos.

“Ahora pues, implorad el favor de Dios para que tenga compasión de vosotros, ha dicho Jehovah de los Ejércitos. Esto ha procedido de vuestra mano. ¿Le habréis de ser aceptos?

¿Quién de vosotros cerrará las puertas para que no enciendan en vano mi altar? Yo no tengo agrado en vosotros ni aceptaré la ofrenda, ha dicho Jehovah de los Ejércitos.

Porque desde donde nace el sol hasta donde se pone, es grande mi nombre en medio de las naciones, y en todo santuario se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda pura. Porque grande es mi nombre entre las naciones, ha dicho Jehovah de los Ejércitos.

Pero vosotros lo profanáis pensando que la mesa del Señor es indigna y que su alimento es despreciable.

“Además, habéis dicho: ¡Oh, qué fatigoso!, y me habéis provocado, ha dicho Jehovah de los Ejércitos, al traer lo hurtado, lo cojo o lo enfermo y al presentarlo como ofrenda. ¿Lo aceptaré yo de vuestra mano?, ha dicho Jehovah.

¡Maldito sea el tramposo que teniendo macho robusto en su rebaño, y habiéndolo prometido, sacrifica a Jehovah lo dañado. Porque yo soy el Gran Rey, y mi nombre es temible entre las naciones,” ha dicho Jehovah de los Ejércitos.




Reprensión de la infidelidad de Israel

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Malaquías > Reprensión de la infidelidad de Israel (39:2:1 - 39:2:16)

“Ahora pues, oh sacerdotes, para vosotros es esta advertencia:

Si no escucháis y no tomáis a pecho el honrar mi nombre, enviaré la maldición sobre vosotros y maldeciré vuestras bendiciones, ha dicho Jehovah de los Ejércitos. Y las he maldecido ya, porque hoy.

He aquí, yo reprenderé a vuestra descendencia y arrojaré estiércol sobre vuestras caras, el estiércol de las víctimas de vuestras festividades, y con él seréis arrojados vosotros mismos.

Así sabréis que yo os envié esta advertencia para que prevaleciese mi pacto con Leví,” ha dicho Jehovah de los Ejércitos.

“Mi pacto con él fue de vida y de paz. Estas cosas le di, y él me temía y guardaba reverencia ante mi nombre.

La ley de verdad estuvo en su boca, y en sus labios no se halló iniquidad. En paz y en justicia anduvo conmigo y a muchos apartó del pecado.

Porque los labios del sacerdote han de guardar el conocimiento, y de su boca han de buscar la instrucción, pues él es un mensajero de Jehovah de los Ejércitos.

Pero vosotros os habéis apartado del camino; a muchos habéis hecho tropezar en la ley y habéis corrompido el pacto de Leví, ha dicho Jehovah de los Ejércitos.

Por eso, yo también os he hecho despreciables y viles entre todo el pueblo, puesto que no habéis guardado mis caminos y hacéis distinción de personas con respecto a la ley.”

¿Acaso no tenemos todos un mismo Padre? ¿No nos ha creado el único Dios? Entonces, ¿por qué traicionamos cada uno a su hermano, y profanamos el pacto de nuestros padres?

Judá ha traicionado, y en Israel y en Jerusalén se ha cometido abominación. Porque Judá ha profanado el santuario de Jehovah que él ama, y se ha desposado con la hija de un dios extraño.

Jehovah eliminará de las moradas de Jacob al hombre que haga esto, al que da testimonio y al que responde, y al que presenta la ofrenda a Jehovah de los Ejércitos.

“Y esto habéis hecho de nuevo: Cubrís el altar de Jehovah con lágrimas, con llanto y con suspiros, porque ya no miro las ofrendas ni las acepto con gusto de vuestra mano.

Y decís: ¿Por qué? Porque Jehovah ha sido testigo entre ti y la mujer de tu juventud, a la cual has traicionado, a pesar de ser ella tu compañera y la mujer de tu pacto.

¿Acaso el Unico no hizo el cuerpo y el espíritu de ella? ¿Y qué es lo que demanda el Unico? ¡Una descendencia consagrada a Dios!” Guardad, pues, vuestro espíritu y no traicionéis a la mujer de vuestra juventud.

“Porque yo aborrezco el divorcio,” ha dicho Jehovah Dios de Israel, “y al que cubre su manto de violencia.” Jehovah de los Ejércitos ha dicho: “Guardad, pues, vuestro espíritu y no cometáis traición.”




El día del juicio se acerca

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Malaquías > El día del juicio se acerca (39:2:17 - 39:3:5)

Vosotros cansáis a Jehovah con vuestras palabras y decís: “¿En qué le cansamos?” En que decís: “Cualquiera que hace lo malo es bueno ante los ojos de Jehovah, y de los tales se agrada” o “¿Dónde está el Dios de la justicia?”

“He aquí yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí. Y luego, repentinamente, vendrá a su templo el Señor a quien buscáis, el ángel del pacto a quien vosotros deseáis. ¡He aquí que viene!, ha dicho Jehovah de los Ejércitos.

¿Quién podrá resistir el día de su venida? o ¿quién podrá mantenerse en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador y como lejía de lavanderos.

El se sentará para afinar y purificar la plata, porque purificará a los hijos de Leví. Los afinará como a oro y como a plata, y ofrecerán a Jehovah ofrenda en justicia.

Así será grata a Jehovah la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días de antaño y como en los tiempos antiguos.

“Entonces me acercaré a vosotros para juicio y seré veloz testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran para engañar, contra los que oprimen al jornalero, a la viuda y al huérfano, y contra los que hacen agravio al forastero, sin ningún temor de mí,” ha dicho Jehovah de los Ejércitos.




El pago de los diezmos

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Malaquías > El pago de los diezmos (39:3:6 - 39:3:12)

“¡Porque yo, Jehovah, no cambio; por eso vosotros, oh hijos de Jacob, no habéis sido consumidos!

Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes y no las habéis guardado. ¡Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros!, ha dicho Jehovah de los Ejércitos. Pero vosotros dijisteis: ¿En qué hemos de volver?

¿Robará el hombre a Dios? ¡Pues vosotros me habéis robado! Pero decís: ¿En qué te hemos robado? ¡En los diezmos y en las ofrendas!

Malditos sois con maldición; porque vosotros, la nación entera, me habéis robado.

“Traed todo el diezmo al tesoro, y haya alimento en mi casa. Probadme en esto, ha dicho Jehovah de los Ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.

A causa de vosotros increparé también al devorador, para que no os consuma el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo se quede estéril, ha dicho Jehovah de los Ejércitos.

Y así todas las naciones os dirán: Bienaventurados, porque seréis tierra deseable,” ha dicho Jehovah de los Ejércitos.




Diferencia entre el justo y el malo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Malaquías > Diferencia entre el justo y el malo (39:3:13 - 39:3:18)

“Duras han sido vuestras palabras contra mí, ha dicho Jehovah. Pero decís: ¿Qué hemos hablado contra ti?

Habéis dicho: Está demás servir a Dios y ¿Qué provecho sacamos de guardar su ley y de andar tristes delante de Jehovah de los Ejércitos?

Ahora, nosotros consideramos que son felices los arrogantes y que los que hacen impiedad son prosperados.”

Entonces los que temían a Jehovah hablaron cada uno con su compañero, y Jehovah prestó atención y escuchó. Y fue escrito un libro como memorial delante de él, para los que temen a Jehovah y para los que toman en cuenta su nombre.

“En el día que yo preparo, ha dicho Jehovah de los Ejércitos, ellos serán para mí un especial tesoro. Seré compasivo con ellos, como es compasivo el hombre con su hijo que le sirve.

Entonces os volveréis y podréis apreciar la diferencia entre el justo y el pecador, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.