Profecía contra los pastores de Israel

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > Profecía contra los pastores de Israel (26:34:1 - 26:39:29)

Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:

“Oh hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel. Profetiza y di a los pastores que así ha dicho el Señor Jehovah: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿Acaso los pastores no deben apacentar a las ovejas?

Pero vosotros os coméis a las mejores de ellas y os vestís con la lana. Degolláis a la oveja engordada, y no apacentáis al rebaño.

No fortalecéis a las ovejas débiles ni curáis a las enfermas. No habéis vendado a la perniquebrada, ni habéis hecho volver a la descarriada, ni habéis buscado a la perdida. Más bien, las habéis dominado con dureza y con violencia.

Ellas se han dispersado por falta de pastor, y están expuestas a ser devoradas por todas las fieras del campo. Han sido dispersadas;

mis ovejas han andado descarriadas en todos los montes y sobre toda colina alta. Mis ovejas han sido dispersadas por toda la faz de la tierra, y no ha habido quien se preocupe de ellas ni quien las busque.

Por eso, oh pastores, oíd la palabra de Jehovah:

“¡Vivo yo, dice el Señor Jehovah, que por cuanto mis ovejas fueron expuestas a ser robadas o a ser devoradas por las fieras del campo, por no tener pastor, y mis pastores no se preocuparon por mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos y no apacentaron a mis ovejas;

por eso, oh pastores, oíd la palabra de Jehovah.

Así ha dicho el Señor Jehovah: ¡He aquí yo estoy contra los pastores, y demandaré mis ovejas de sus manos! Haré que dejen de apacentar a las ovejas, y ellos dejarán de apacentarse a sí mismos. Libraré a mis ovejas de sus bocas, y no les servirán más de comida.”

Ciertamente así ha dicho el Señor Jehovah: “He aquí, yo mismo buscaré mis ovejas y cuidaré de ellas.

Como el pastor cuida de su rebaño cuando está entre las ovejas dispersas, así cuidaré de mis ovejas y las libraré en todos los lugares a donde han sido dispersadas en el día del nublado y de la oscuridad.

Las sacaré de los pueblos, las reuniré de los países y las traeré a su propia tierra. Las apacentaré en los montes de Israel, en las quebradas y en todos los lugares habitados del país.

En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel tendrán su pastizal. Se recostarán en el buen pastizal, y se apacentarán con pastos abundantes sobre los montes de Israel.

Yo apacentaré mis ovejas y las haré recostar, dice el Señor Jehovah.

Buscaré a la perdida y haré volver a la descarriada. A la perniquebrada vendaré, y fortaleceré a la enferma. Y a la engordada y a la fuerte guardaré. Las apacentaré con justicia.

“Pero en cuanto a vosotros, oh rebaño mío, así ha dicho el Señor Jehovah, he aquí que yo juzgo entre cordero y cordero, entre los carneros y los machos cabríos.

¿Os parece poco que os apacentéis del buen pastizal, para que tengáis que pisotear con vuestros pies lo que queda de vuestros pastos, y que después de haber bebido las aguas tranquilas, tengáis que enlodar el resto de ellas con vuestros pies?

¿Mis ovejas han de comer lo que vuestros pies han pisoteado y han de beber lo que han enlodado vuestros pies?”

Por tanto, así les ha dicho el Señor Jehovah: “He aquí, yo mismo juzgaré entre el cordero engordado y el cordero flaco.

Por cuanto empujasteis con el costado y con el hombro, y corneasteis con vuestros cuernos a todas las ovejas débiles hasta dispersarlas lejos,

yo libraré a mis ovejas, y nunca más quedarán expuestas al pillaje. ¡Yo juzgaré entre cordero y cordero!

“Yo levantaré sobre ellas un solo pastor, mi siervo David; y él las apacentará. El las apacentará y así será su pastor.

Yo, Jehovah, seré su Dios, y mi siervo David será príncipe en medio de ellos. Yo Jehovah, he hablado.

“Estableceré con ellos un pacto de paz, y haré que desaparezcan de la tierra las fieras dañinas, de modo que habiten seguros en el desierto y duerman en los bosques.

Apartarán gente para atravesar constantemente la tierra y sepultar a los que pasaron y que han quedado sobre la faz de la tierra, a fin de purificarla. Al cabo de siete meses harán el reconocimiento.

Pasarán los que vayan por la tierra, y el que vea el hueso de algún hombre levantará junto a él una señal hasta que los sepultureros los sepulten en el valle de Hamón-gog.

El nombre de la ciudad también será Hamonah. Así purificarán la tierra.

“Y tú, oh hijo de hombre, así ha dicho el Señor Jehovah, di a las aves de rapiña, a las aves de toda especie y a los animales del campo: ¡Juntaos y venid! Reuníos de todas partes al sacrificio que hago para vosotros: un gran sacrificio sobre los montes de Israel. Comeréis carne y beberéis sangre.

Comeréis la carne de los poderosos y beberéis la sangre de los gobernantes de la tierra, de carneros, de corderos, de machos cabríos y de toros, todos ellos engordados en Basán.

Comeréis sebo hasta hartaros, y beberéis la sangre del sacrificio que he hecho para vosotros, hasta embriagaros.

En mi mesa os saciaréis de caballos y de jinetes, de valientes y de todos los hombres de guerra, dice el Señor Jehovah.

“Entonces pondré mi gloria entre las naciones, y todas las naciones verán mi juicio que habré hecho y mi poderío que habré impuesto sobre ellas.

De aquel día en adelante sabrá la casa de Israel que yo soy Jehovah su Dios.

Las naciones sabrán también que la casa de Israel fue llevada cautiva por causa de su pecado. Porque se rebelaron contra mí, yo escondí de ellos mi rostro y los entregué en mano de sus enemigos; y todos ellos cayeron a espada.

Hice con ellos de acuerdo con su impureza y sus transgresiones, y escondí de ellos mi rostro.”

Por tanto, así ha dicho el Señor Jehovah: “Ahora restauraré de la cautividad a Jacob. Tendré misericordia de toda la casa de Israel, y mostraré mi celo por mi santo nombre.

Olvidarán su afrenta y toda la infidelidad con que fueron infieles contra mí, cuando habiten en su tierra en seguridad y no haya quien los espante;

cuando yo los haya hecho volver de los pueblos, los haya reunido de las tierras de sus enemigos, y haya mostrado mi santidad en ellos a vista de muchas naciones.

Y sabrán que soy Jehovah su Dios, cuando yo los lleve cautivos entre las naciones y cuando los reúna sobre su tierra sin dejar allá a ninguno de ellos.

No esconderé más de ellos mi rostro, porque habré derramado mi Espíritu sobre la casa de Israel,” dice el Señor Jehovah.




La visión del templo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > La visión del templo (26:40:1 - 26:42:20)

En el año 25 de nuestra cautividad, al comienzo del año, en el día 10 del mes primero, catorce años después que había caído Jerusalén, en ese mismo día vino sobre mí la mano de Jehovah y me llevó allá.

En visiones de Dios me llevó a la tierra de Israel y me puso sobre un monte muy alto en el cual, al lado sur, había algo como una estructura de ciudad.

Me llevó allá, y he allí un hombre cuyo aspecto era como el aspecto del bronce. Tenía en su mano un cordel de lino y una caña de medir, y estaba de pie junto a la puerta.

Aquel hombre me dijo: “Oh hijo de hombre, mira con tus ojos, oye con tus oídos y presta atención a todas las cosas que te mostraré, porque para que yo te las muestre has sido traído aquí. Declara todo lo que ves a la casa de Israel.”

He aquí que por fuera y alrededor del templo había un muro. En la mano del hombre había una caña para medir, la cual tenía 6 codos (de un codo regular más un palmo menor). Entonces midió el espesor de la estructura, la cual tenía una caña, y su altura, la cual era también de una caña.

Después fue a la puerta que daba al oriente, subió por sus gradas y midió el umbral de la puerta, el cual tenía una caña de ancho. El otro umbral también tenía una caña de ancho.

Cada celda tenía una caña de largo por una caña de ancho. Entre las celdas había una separación de 5 codos, y el umbral de la puerta que daba al vestíbulo, por el lado interior de la puerta, medía una caña.

Asimismo, midió el vestíbulo de la puerta,

el cual tenía 8 codos, y sus pilastras tenían 2 codos cada una. El vestíbulo de la puerta estaba hacia adentro.

Las celdas de la puerta que daba al oriente eran tres en un lado, y tres en el otro lado, todas de la misma medida. También tenían la misma medida las pilastras de cada lado.

Midió el ancho de la entrada de la puerta, el cual era de 10 codos. El largo del umbral era de 13 codos.

El espacio delante de las celdas era de un codo a un lado, y de un codo al otro lado. Cada celda tenía 6 codos por un lado y 6 codos por el otro lado.

Midió en la puerta desde el fondo de una celda hasta el fondo de la celda opuesta: 25 codos. Una entrada estaba frente a la otra.

También midió las pilastras, las cuales tenían 60 codos. El atrio junto a la puerta también tenía pilastras alrededor.

Desde la fachada exterior de la puerta hasta el frente del vestíbulo interior de la puerta había 50 codos.

Había ventanas anchas por dentro y angostas por fuera, que daban hacia las celdas en el interior y alrededor de la puerta. Asimismo, su vestíbulo tenía ventanas alrededor y hacia el interior. Y en cada pilastra había decoraciones de palmeras.

Luego me llevó al atrio exterior, y he aquí que había cámaras; y el atrio alrededor tenía un enlosado. Alrededor de aquel atrio, y dando hacia el enlosado, había treinta cámaras.

El enlosado inferior de junto a las puertas correspondía a la longitud de las puertas.

Midió el ancho desde el frente de la puerta inferior hasta el frente exterior del atrio interior, y tenía

codos. Así como en el norte era en el oriente.

Luego midió el largo y el ancho de la puerta que daba al norte del atrio exterior.

Tenía tres celdas en un lado y tres en el otro lado. Sus pilastras y su vestíbulo tenían las mismas medidas que la primera puerta: 50 codos de largo por 25 codos de ancho.

Sus ventanas, sus vestíbulos y sus decoraciones de palmeras eran de las mismas dimensiones que las de la puerta que daba al oriente. Se subía a ella por siete gradas, delante de las cuales estaba el vestíbulo.

En frente de la puerta del norte, así como de la del este, había una puerta que daba al atrio interior. El midió de puerta a puerta, y había 100 codos.

Luego me condujo hacia el sur, y he aquí que había otra puerta que daba al sur. Midió sus pilastras y sus vestíbulos; eran como aquellas medidas.

La puerta y los vestíbulos tenían ventanas alrededor, así como aquellas ventanas. Tenía 50 codos de largo por 25 codos de ancho.

Se subía a ella por siete gradas, delante de las cuales estaba el vestíbulo. Tenía decoraciones de palmeras sobre sus pilastras, tanto en un lado como en el otro lado.

También había en el atrio interior una puerta que daba al sur. Midió de puerta a puerta, hacia el sur, y había 100 codos.

Luego me llevó por la puerta del sur al atrio interior, y midió la puerta del sur; eran como aquellas medidas.

Sus celdas, sus pilastras y sus vestíbulos tenían aquellas mismas medidas. La puerta y los vestíbulos tenían ventanas alrededor. Tenía 50 codos de largo por 25 codos de ancho.

Alrededor había vestíbulos de 25 codos de largo y 5 codos de ancho.

Sus vestíbulos daban al atrio exterior, y tenían decoraciones de palmeras sobre sus pilastras. Y ocho gradas daban acceso a ellos.

Luego me llevó al lado oriental, al atrio interior, y midió la puerta; era como aquellas medidas.

Sus celdas, sus pilastras y sus vestíbulos tenían aquellas mismas medidas. La puerta y los vestíbulos tenían ventanas alrededor. Tenía 50 codos de largo y 25 codos de ancho.

Sus vestíbulos daban al atrio exterior, y en ambos lados tenían decoraciones de palmeras sobre sus pilastras. Y ocho gradas daban acceso a ellos.

Luego me llevó a la puerta del norte y midió, conforme a aquellas mismas medidas,

sus celdas, sus pilastras y sus vestíbulos. La puerta tenía ventanas alrededor. Tenía 50 codos de largo y

codos de ancho.

Sus vestíbulos daban al atrio exterior, y en ambos lados tenían decoraciones de palmeras sobre sus pilastras. Y ocho gradas daban acceso a ellos.

Había una cámara cuya entrada daba al vestíbulo de la puerta. Allí lavaban el holocausto.

En el vestíbulo de la puerta había dos mesas en un lado y otras dos en el otro lado, para degollar sobre ellas el holocausto, la víctima por el pecado y la víctima por la culpa.

En el lado de fuera, conforme uno sube a la entrada de la puerta del norte, había dos mesas; y al otro lado, que daba a la entrada de la puerta, había otras dos mesas.

Había cuatro mesas en un lado y cuatro en el otro, es decir, al lado de la puerta había ocho mesas sobre las cuales degollaban las víctimas.

Las cuatro mesas para el holocausto eran de piedra labrada, de un codo y medio de largo y un codo y medio de ancho y un codo de alto. Sobre ellas colocaban los instrumentos con que degollaban las víctimas del holocausto y del sacrificio.

Los rebordes, de un palmo menor, estaban fijos alrededor de la cámara, y la carne de las ofrendas estaba sobre las mesas.

Por fuera de la puerta interior, en el atrio interior, había dos cámaras para los cantores. Una de ellas estaba al lado de la puerta del norte, y su fachada daba al sur. La otra estaba al lado de la puerta del sur, y su fachada daba al norte.

Y me dijo: “Esta cámara que da al sur es de los sacerdotes que están a cargo del templo.

Y la cámara que da al norte es de los sacerdotes que están a cargo del altar. Estos últimos son los hijos de Sadoc, quienes han sido acercados a Jehovah de entre los hijos de Leví, para servirle.”

Luego midió el atrio, que era un cuadrado de 100 codos de largo y 100 codos de ancho. Delante del santuario estaba el altar.

Luego me llevó al vestíbulo del templo y midió cada pilastra del vestíbulo, 5 codos de un lado y 5 codos del otro lado. El ancho de la puerta era de 3 codos de un lado y de 3 codos del otro lado.

El largo del vestíbulo era de 20 codos, y el ancho de 11 codos. Junto a las gradas por las cuales se subía al vestíbulo, había columnas junto a las pilastras, una de un lado y otra del otro lado.

Luego me introdujo en el lugar santo y midió las pilastras, que tenían 6 codos de ancho de un lado y 6 codos del otro lado. Tal era el ancho de las pilastras.

El ancho de la entrada era de 10 codos; y los lados de la puerta, de 5 codos de un lado y de 5 codos del otro. Midió su largo que era de 40 codos y su ancho de 20 codos.

Luego fue al interior y midió cada pilastra de la entrada, las cuales tenían 2 codos. La entrada era de 6 codos, y los lados de la entrada eran de 7 codos.

Midió también su largo, de 20 codos, y su ancho, de 20 codos, hacia el lado del lugar santo. Entonces me dijo: “Este es el lugar santísimo.”

Después midió la pared del templo, la cual tenía 6 codos de espesor. El ancho de los cuartos laterales alrededor del templo era de 4 codos.

Los cuartos eran treinta y estaban dispuestos cuarto sobre cuarto en tres niveles. Había salientes en cada pared alrededor del templo, sobre los cuales se apoyaban los cuartos, sin que éstos se apoyaran en la pared misma del edificio.

A medida que se subía, la galería superior era más amplia, porque arriba había mayor espacio debido al angostamiento de la pared del edificio. De la galería inferior se subía a la superior por la intermedia.

Miré la elevación alrededor de todo el templo: Los cimientos de los cuartos laterales eran de una caña entera de 6 codos de largo.

El espesor de la pared exterior de los cuartos era de 5 codos, y quedaba un espacio libre entre los cuartos del templo.

Entre las cámaras había un espacio de 20 codos por todos los lados alrededor del templo.

Los cuartos tenían dos entradas al espacio libre, situadas una al norte y otra al sur. El ancho del espacio que quedaba era de 5 codos, alrededor de todo.

El edificio que estaba al frente del área reservada en el lado occidental tenía 70 codos, y la pared de alrededor del edificio tenía 5 codos de espesor y 90 codos de largo.

Midió el templo, y tenía 100 codos de largo. El área reservada y el edificio tenían paredes de 100 codos de largo.

El ancho de la fachada del templo y del área reservada era de 100 codos.

Midió el largo del edificio que estaba delante del área reservada que había detrás del templo y sus pasillos, tanto a un lado como al otro, y era de 100 codos. También midió la sala interior y el vestíbulo exterior.

Los umbrales, las ventanas anchas por dentro y angostas por fuera, y los pasillos alrededor de los tres pisos, frente al umbral, todo alrededor estaba recubierto con madera desde el suelo hasta las ventanas. También las ventanas estaban recubiertas,

encima de la entrada y hasta el lugar santísimo. Toda la pared alrededor, tanto por dentro como por fuera, según medidas,

estaba decorada con querubines y palmeras. Entre querubín y querubín había una palmera. Cada querubín tenía dos caras:

una cara de hombre que miraba hacia un costado de la palmera, y la otra de león que miraba hacia el otro costado de la palmera. Y estaban hechos alrededor de todo el edificio del templo.

Desde el suelo hasta encima de la entrada, y por toda la pared del templo, había grabados de querubines y de palmeras.

Los postes del lugar santo eran cuadrangulares, y el aspecto de los del frente del lugar santísimo era semejante.

El altar de madera tenía 3 codos de alto por 2 codos de largo. Tanto sus esquinas, como su base y sus paredes eran de madera. Y me dijo: “Esta es la mesa que está delante de Jehovah.”

El lugar santo y el lugar santísimo tenían dos puertas.

En cada puerta había dos hojas que giraban; había dos hojas en una puerta y dos hojas en la otra puerta.

En las puertas del lugar santo había grabados de querubines y de palmeras, así como los que estaban grabados en las paredes. Sobre la fachada del pórtico, por el lado exterior, había un alero de madera.

Había ventanas anchas por dentro y angostas por fuera, y decoraciones de palmeras a uno y otro lado de los costados del vestíbulo, tanto en los cuartos laterales del edificio como en los aleros.

Luego me sacó fuera al atrio, hacia el norte, y me llevó a la cámara que estaba frente al área reservada, enfrente del edificio, hacia el norte.

Su largo, en el frente de la puerta del norte, era de 100 codos y su ancho de 50 codos.

Frente al espacio de 20 codos que había en el atrio interior y frente al enlosado que había en el atrio exterior había unos pasillos, uno frente al otro, en los tres pisos.

Delante de las cámaras, hacia la parte de adentro, había un corredor de 10 codos de ancho y de 100 de largo; y sus puertas daban hacia el norte.

Las cámaras de más arriba eran más estrechas, porque los pasillos les restaban espacio, más que a las bajas y a las intermedias del edificio.

Como estaban dispuestas en tres pisos y no tenían columnas como las columnas de los atrios, por eso eran más angostas que las inferiores y las intermedias.

El muro que estaba afuera, enfrente de las cámaras, hacia el atrio exterior y delante de las cámaras, tenía 50 codos de largo.

Porque el largo de las cámaras del atrio exterior era de 50 codos, y delante de la fachada del templo había 100 codos.

Y debajo de estas cámaras estaba la entrada del lado oriental, para quien entra desde el atrio exterior.

A lo largo del muro del atrio, hacia el sur, frente al área reservada y delante del edificio, también había cámaras.

El corredor que había delante de ellas era semejante al de las cámaras que estaban hacia el norte, tanto su largo como su ancho y todas sus salidas y entradas. Y semejantes a sus entradas

eran las entradas de las cámaras que daban al sur. Había una entrada en el comienzo del corredor, frente al muro correspondiente que daba al oriente, para quien entra en ellas.

Me dijo: “Las cámaras del norte y las del sur, que están frente al área reservada, son las cámaras de las cosas sagradas, en las cuales los sacerdotes que se acercan a Jehovah pueden comer de las cosas más sagradas. Allí pondrán las cosas más sagradas—la ofrenda vegetal, el sacrificio por el pecado y el sacrificio por la culpa—; porque el lugar es santo.

Cuando los sacerdotes entren, no saldrán del santuario al atrio exterior sin antes dejar allí sus vestiduras con que sirven, porque éstas son santas. Se vestirán con otras vestiduras y así se acercarán a los lugares destinados al pueblo.”

Luego que acabó de tomar las medidas del interior del templo, me sacó por el camino de la puerta que daba al oriente y lo midió en derredor.

Midió el lado oriental con la caña de medir: 500 cañas. Dio la vuelta

y midió el lado norte con la caña de medir: 500 cañas. Dio la vuelta

y midió el lado sur con la caña de medir: 500 cañas.

Dio la vuelta hacia el lado occidental y midió con la caña de medir: 500 cañas.

Lo midió por los cuatro lados; tenía alrededor un muro de 500 cañas de largo por 500 cañas de ancho, para hacer separación entre lo santo y lo profano.




La gloria de Jehová llena el templo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > La gloria de Jehová llena el templo (26:43:1 - 26:43:5)

Luego me condujo a la puerta que da al oriente,

y he aquí que la gloria del Dios de Israel venía desde el oriente. Su estruendo era como el estruendo de muchas aguas, y la tierra resplandecía a causa de su gloria.

La visión que vi era como aquella visión que había visto cuando él vino para destruir la ciudad y como la visión que había visto junto al río Quebar. Y caí postrado sobre mi rostro.

La gloria de Jehovah entró en el templo por la puerta que da al oriente.

Entonces el Espíritu me levantó y me introdujo al atrio interior. Y he aquí que la gloria de Jehovah llenó el templo.




Leyes del templo

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > Leyes del templo (26:43:6 - 26:46:24)

Entonces oí a alguien que me hablaba desde el templo, mientras un hombre estaba de pie junto a mí.

Y me dijo: “Oh hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono, el lugar de las plantas de mis pies, en el cual habitaré en medio de los hijos de Israel para siempre. Nunca más la casa de Israel, ni ellos ni sus reyes, profanarán mi santo nombre con sus prostituciones ni con los cadáveres de sus reyes, cuando éstos mueran,

poniendo su umbral junto a mi umbral y sus postes junto a mis postes. Pues habiendo tan sólo una pared entre yo y ellos, contaminaron mi santo nombre con las abominaciones que hicieron, por lo cual los consumí en mi furor.

Ahora, que alejen de mí su prostitución y los cadáveres de sus reyes, y yo habitaré en medio de ellos para siempre.

“Y tú, oh hijo de hombre, declara a los de la casa de Israel lo concerniente al templo, y que tomen nota de las dimensiones de su plano, para que se avergüencen de sus pecados.

Y si han sido afrentados por causa de todo lo que han hecho, hazles entender los detalles del templo: su disposición, sus salidas, sus entradas y todos sus detalles. Escribe ante su vista todos sus estatutos, todos sus detalles y todas sus instrucciones, para que guarden todos sus detalles y todos sus estatutos y que los pongan por obra.

Estas son las instrucciones acerca del templo: Sobre la cumbre del monte, toda el área alrededor será santísima. He aquí, éstas son las instrucciones acerca del templo.

“Estas son las medidas del altar en codos (de un codo regular más un palmo menor). Su base será de un codo de alto y de un codo de ancho. La moldura de su borde alrededor será de un palmo. Así será la base del altar.

Desde la base sobre el suelo hasta el zócalo inferior tiene 2 codos, y el ancho es de un codo. Desde el zócalo pequeño hasta el zócalo grande hay 4 codos, y el ancho es de un codo.

El ara es de 4 codos de alto, y sobre el ara hay cuatro cuernos.

El ara tiene 12 codos de largo por 12 codos de ancho. Es un cuadrado con los cuatro lados iguales.

El zócalo grande es de 14 codos de largo por 14 codos de ancho en sus cuatro lados, y su moldura alrededor es de medio codo. La base es de un codo por todos lados, y sus gradas dan al oriente.”

Luego me dijo: “Oh hijo de hombre, así ha dicho el Señor Jehovah, éstos son los estatutos del altar para el día en que sea hecho a fin de ofrecer el holocausto sobre él y esparcir sobre él la sangre.

A los sacerdotes levitas que son de la descendencia de Sadoc, que se acercan a mí para servirme, darás un novillo para el sacrificio por el pecado.

Tomarás parte de su sangre y la pondrás sobre los cuatro cuernos del altar, en las cuatro esquinas del zócalo y alrededor de la moldura. Así lo purificarás del pecado y harás expiación por él.

Tomarás luego el novillo para el sacrificio por el pecado y lo quemarás en un lugar destinado para el uso del templo, fuera del santuario.

“En el segundo día ofrecerás un macho cabrío sin defecto como sacrificio por el pecado, y purificarán del pecado el altar como lo purificaron con el novillo.

Cuando acabes de purificarlo, ofrecerás un novillo sin defecto; y del rebaño, un carnero sin defecto.

Los ofrecerás delante de Jehovah. Los sacerdotes echarán sal sobre ellos, y los ofrecerán en holocausto a Jehovah.

“Durante siete días ofrecerás un macho cabrío cada día, como sacrificio por el pecado. Asimismo, será sacrificado el novillo; y del rebaño, un carnero sin defecto.

Durante siete días harán expiación por el altar y lo purificarán; así lo consagrarán.

Acabados estos días, a partir del octavo día, los sacerdotes podrán ofrecer sobre el altar vuestros holocaustos y vuestros sacrificios de paz; y me seréis aceptos,” dice el Señor Jehovah.

Luego me hizo volver hacia la puerta exterior del santuario, la cual da al oriente, y estaba cerrada.

Entonces Jehovah me dijo: “Esta puerta ha de permanecer cerrada. No será abierta, ni nadie entrará por ella, porque Jehovah Dios de Israel ha entrado por ella. Por eso permanecerá cerrada.

Pero el gobernante, porque es gobernante, se sentará allí para comer pan en la presencia de Jehovah. Entrará por la vía del vestíbulo de la puerta, y saldrá por la misma vía.”

Luego me llevó por la vía de la puerta del norte, hacia el frente del templo. Entonces miré, y he aquí que la gloria de Jehovah había llenado la casa de Jehovah. Caí postrado sobre mi rostro,

y Jehovah me dijo: “Oh hijo de hombre, fíjate bien; mira con tus ojos y oye con tus oídos todo lo que yo hablo contigo sobre todos los estatutos de la casa de Jehovah y sobre todas sus leyes. Fíjate bien en quiénes han de ser admitidos en el templo, y en todos los que han de ser excluidos del santuario.

Dirás a los rebeldes, a la casa de Israel, que así ha dicho el Señor Jehovah: ¡Basta ya de todas vuestras abominaciones, oh casa de Israel!

Basta de haber traído extranjeros incircuncisos de corazón e incircuncisos de carne, para estar en mi santuario y profanar mi templo, ofreciendo mi pan—el sebo y la sangre— e invalidando mi pacto con todas vuestras abominaciones.

No habéis guardado las ordenanzas respecto de mis cosas sagradas, sino que habéis puesto extranjeros para guardar las ordenanzas de mi santuario a vuestro gusto.

Así ha dicho el Señor Jehovah: Ningún extranjero, incircunciso de corazón e incircunciso de carne, de todos los extranjeros que están entre los hijos de Israel, entrará en mi santuario.

“Los levitas que se alejaron de mí, mientras Israel anduvo errante lejos de mí, y fueron en pos de sus ídolos, cargarán con su castigo

y estarán en mi santuario como servidores, encargados de las puertas del templo y sirviendo en el templo. Ellos degollarán el holocausto y el sacrificio por el pueblo, y estarán de pie delante de los sacerdotes para servirles.

Debido a que les sirvieron delante de sus ídolos y llegaron a ser un tropiezo de iniquidad para la casa de Israel, por eso he alzado mi mano contra ellos jurando que cargarán con su castigo, dice el Señor Jehovah.

No se acercarán a mí para serme sacerdotes, ni se acercarán a ninguna de mis cosas sagradas ni a las muy sagradas, sino que cargarán con su afrenta y con las abominaciones que cometieron.

Pero los pondré a cargo de las tareas del templo, en todo su servicio y en todo lo que se ha de hacer allí.

“Sin embargo, los sacerdotes levitas, los hijos de Sadoc que cumplieron con mi ordenanza relativa a mi santuario, cuando los hijos de Israel se desviaron de mí, ellos sí se acercarán a mí para servirme y estarán de pie delante de mí para ofrecerme el sebo y la sangre, dice el Señor Jehovah.

Ellos sí entrarán en mi santuario y se acercarán a mi mesa para servirme, y cumplirán con mi ordenanza.

“Sucederá que cuando entren por las puertas del atrio interior, se vestirán con vestiduras de lino. Cuando sirvan en las puertas del atrio interior y dentro del templo, no se cubrirán con tela de lana.

Tendrán turbantes de lino sobre sus cabezas y pantalones de lino sobre sus lomos. No se ceñirán nada que les haga sudar.

Cuando salgan al pueblo, al atrio exterior, se quitarán las vestiduras con que habían servido y las dejarán en las cámaras del santuario. Luego se vestirán con otras vestiduras, no sea que con sus vestiduras transmitan santidad al pueblo.

“No se raparán sus cabezas ni se dejarán crecer el cabello; solamente lo recortarán.

“Ninguno de los sacerdotes beberá vino cuando haya de entrar en el atrio interior.

“No tomarán por esposa una viuda, ni una divorciada, sino sólo vírgenes de la descendencia de la casa de Israel, o una viuda que sea viuda de un sacerdote.

“Enseñarán a mi pueblo a discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo impuro y lo puro.

“Ellos estarán para juzgar en los pleitos. Conforme a mis juicios los juzgarán. “Guardarán mis instrucciones y mis estatutos en todas mis festividades, y santificarán mis sábados.

“No entrarán donde haya alguna persona muerta, de modo que se contaminen. Pero se les permite contaminarse por causa de padre, madre, hijo, hija, hermano o hermana que no haya tenido marido.

Pero después de su purificación le contarán siete días.

El día que entre al santuario, al atrio interior, para servir en el santuario, ofrecerá su sacrificio por el pecado, dice el Señor Jehovah.

“Habrá para ellos una heredad: Yo soy su heredad. No les daréis posesión en Israel: Yo soy su posesión.

Comerán de la ofrenda vegetal, del sacrificio por el pecado y del sacrificio por la culpa. Todo lo que sea dedicado en Israel será para ellos.

Para los sacerdotes será lo mejor de todas las primicias de todo, y toda ofrenda alzada de todo lo que se ofrezca de todas vuestras ofrendas. Asimismo, daréis a los sacerdotes las primicias de vuestras masas, para hacer reposar la bendición en vuestras casas.

“Los sacerdotes no comerán ningún animal mortecino ni despedazado, tanto de aves como de cuadrúpedos.

“Cuando repartáis la tierra por sorteo para que se la tome en posesión, apartaréis para Jehovah una parte de la tierra, la cual será considerada santa. Será de 25.000 de largo por 20.000 de ancho. Esta será sagrada en toda su área alrededor.

De esto habrá para el santuario un cuadrado de 500 por 500 y habrá un campo alrededor de 50 codos.

De esta área medirás un área de 25.000 de largo y de 10.000 de ancho, y allí estará el santuario, el lugar santísimo.

Esta será la porción de la tierra consagrada para los sacerdotes que sirven en el santuario, que se acercan para servir a Jehovah. Les será lugar para sus casas y lugar consagrado para el santuario.

Asimismo, habrá un área de 25.000 de largo por 10.000 de ancho para los levitas que sirven en el templo, como posesión para ciudades en que habitar.

“Y para posesión de la ciudad, daréis un área de 5.000 de ancho por 25.000 de largo, junto a lo que se apartó para el santuario. Esto corresponderá a toda la casa de Israel.

“La parte del gobernante estará a un lado y al otro de lo que se apartó para el santuario y de la posesión de la ciudad, a lo largo de lo que se apartó para el santuario y frente a la posesión de la ciudad. Su longitud corresponderá a una de las porciones, desde su extremo occidental hasta el extremo oriental, y desde el límite occidental hasta el límite oriental.

Esta tierra será su posesión en Israel, y mis gobernantes nunca más oprimirán a mi pueblo. “El resto de la tierra lo darán a la casa de Israel según sus tribus.”

Así ha dicho el Señor Jehovah: “¡Basta, oh gobernantes de Israel! Apartad la violencia y la destrucción; actuad según el derecho y la justicia; dejad de expulsar de sus propiedades a mi pueblo, dice el Señor Jehovah.

“Tendréis balanzas justas, efa justo y bato justo.

El efa y el bato tendrán la misma capacidad. Un bato debe contener la décima parte de un homer, y un efa la décima parte del homer. El patrón de medida será el homer.

“El siclo será de 20 geras. Para vosotros 20 siclos más 25 siclos más 15 siclos equivaldrán a una mina.

“Esta será la ofrenda alzada que ofreceréis: la sexta parte de un efa por cada homer de trigo, y la sexta parte de un efa por cada homer de cebada.

“Lo prescrito con respecto al aceite es que ofrezcáis la décima parte de un bato de aceite por cada coro. Un homer equivale a 10 batos (pues diez batos son un homer).

“De un rebaño de 200 corderos, de los bien regados pastos de Israel, se dará uno para ofrenda, para holocausto y para ofrendas de paz, a fin de hacer expiación por ellos, dice el Señor Jehovah.

Todo el pueblo de la tierra en Israel estará obligado a entregar esta ofrenda alzada al gobernante.

Pero el gobernante deberá proveer para el holocausto, la ofrenda vegetal y la libación, en las fiestas, en las lunas nuevas, en los sábados y en todas las festividades de la casa de Israel. El proveerá el holocausto, la ofrenda vegetal y los sacrificios de paz para hacer expiación por la casa de Israel.”

Así ha dicho el Señor Jehovah: “En el primer día del mes primero tomarás un novillo sin defecto, y purificarás el santuario.

El sacerdote tomará parte de la sangre del sacrificio por el pecado y la pondrá sobre los postes del templo, sobre las cuatro esquinas del zócalo del altar y sobre los postes de las puertas del atrio interior.

Lo mismo harás el séptimo día del mes por los que hayan pecado, ya sea por inadvertencia o por ignorancia, y harás expiación por el templo.

“El día 14 del mes primero tendréis la Pascua, fiesta de siete días, y se comerá panes sin levadura.

Aquel día el gobernante proveerá, por sí mismo y por todo el pueblo de la tierra, un novillo como ofrenda por el pecado.

En cada uno de los siete días de la fiesta proveerá para holocaustos a Jehovah siete novillos y siete carneros, sin defecto, y un macho cabrío cada día, para sacrificio por el pecado.

Proveerá como ofrenda vegetal un efa por cada novillo; y por cada carnero, también un efa. Y por cada efa, un hin de aceite.

“En el día 15 del mes séptimo, en la fiesta, él proveerá, como en esos siete días, para el sacrificio por el pecado, para el holocausto, para la ofrenda vegetal y para el aceite.”

Así ha dicho el Señor Jehovah: “La puerta del atrio interior que da al oriente estará cerrada los seis días de trabajo. Pero será abierta el día de sábado, y también será abierta el día de luna nueva.

El gobernante entrará desde afuera por el vestíbulo de la puerta y se pondrá de pie junto a los postes de la puerta, mientras los sacerdotes presentan su holocausto y sus sacrificios de paz. Se postrará sobre el umbral de la puerta, y luego saldrá; pero la puerta no será cerrada sino hasta el anochecer.

Asimismo, el pueblo de la tierra se postrará delante de Jehovah a la entrada de la puerta, tanto en los sábados como en las lunas nuevas.

“El holocausto que ofrecerá el gobernante a Jehovah el día de sábado será de seis corderos sin defecto y un carnero sin defecto.

Proveerá como ofrenda vegetal un efa por cada carnero, y por los corderos una ofrenda vegetal que será según su voluntad. Y por cada efa, un hin de aceite.

El día de la luna nueva proveerá un novillo sin defecto, seis corderos y un carnero; deberán ser sin defecto.

Proveerá como ofrenda vegetal un efa por novillo, y otro efa por carnero; pero con los corderos hará conforme a sus posibilidades. Y por cada efa, un hin de aceite.

“Cuando el gobernante entre al templo, lo hará por la vía del vestíbulo de la puerta, y saldrá por la misma vía.

Pero cuando el pueblo de la tierra entre a la presencia de Jehovah en las solemnidades, el que entre a adorar por la puerta del norte saldrá por la puerta del sur, y el que entre por la puerta del sur saldrá por la puerta del norte. No volverá por la puerta por la cual entró, sino que saldrá por la del frente.

Cuando ellos entren, el gobernante entrará en medio de ellos; y cuando salgan, saldrá con ellos.

“En las fiestas y en las solemnidades, la ofrenda vegetal será de un efa por cada novillo, y un efa por cada carnero; pero con los corderos hará según su voluntad. Y por cada efa, un hin de aceite.

“Cuando el gobernante provea para Jehovah una ofrenda voluntaria, un holocausto o sacrificios de paz por su propia voluntad, le abrirán la puerta que da al oriente; y proveerá su holocausto y sus sacrificios de paz, como suele proveer en el día de sábado. Después saldrá; y cuando haya salido, cerrarán la puerta.

“Cada día ofrecerás a Jehovah en holocausto un cordero de un año, sin defecto. Cada mañana lo ofrecerás.

Junto con él ofrecerás cada mañana una ofrenda vegetal de la sexta parte de un efa y de la tercera parte de un hin de aceite, para humedecer la harina fina. Esta ofrenda vegetal es el sacrificio continuo a Jehovah como estatuto perpetuo.

Ofrecerán, pues, el cordero, la ofrenda vegetal y el aceite cada mañana en holocausto continuo.”

Así ha dicho el Señor Jehovah: “Si el gobernante da de su heredad un regalo a alguno de sus hijos, eso pertenecerá a sus hijos. Será posesión de ellos en herencia.

Pero si de su heredad da un regalo a alguno de sus siervos, será de éste hasta el año del jubileo, y entonces volverá al poder del gobernante. Pero la herencia de éste será para sus hijos; para ellos será.

El gobernante no tomará nada de la heredad del pueblo, despojándolo de su posesión. De su propia posesión dará heredad a sus hijos, para que los de mi pueblo no sean echados, cada uno de su posesión.”

Después me llevó, por la entrada que había al lado de la puerta, a las cámaras sagradas de los sacerdotes, las cuales daban al norte. Y he aquí que había allí un lugar al fondo, en el lado occidental.

Entonces me dijo: “Este es el lugar donde los sacerdotes cocinarán el sacrificio por la culpa y el sacrificio por el pecado. Allí cocerán la ofrenda vegetal, para no sacarla al atrio exterior, no sea que transmitan santidad al pueblo.”

Luego me sacó al atrio exterior y me hizo pasar por los cuatro ángulos del atrio, y he aquí que en cada ángulo había un patio.

En los cuatro ángulos del atrio había patios pequeños de 40 codos de largo y 30 codos de ancho. Los cuatro ángulos tenían una misma medida.

Alrededor de los cuatro ángulos había un muro, y debajo de la hilera de piedras alrededor había fogones.

Y me dijo: “Estos son los lugares para cocinar, donde los servidores del templo cocinarán el sacrificio del pueblo.”




Las aguas salutíferas

Imagen Las aguas salutíferas 1

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > Las aguas salutíferas (26:47:1 - 26:47:12)

Entonces me hizo volver a la entrada del templo. Y he aquí que de debajo del umbral del templo salían aguas hacia el oriente, porque la fachada del templo estaba al oriente. Las aguas descendían de debajo del lado sur del templo y pasaban por el lado sur del altar.

Luego me sacó por el camino de la puerta del norte y me hizo dar la vuelta por afuera hasta el exterior de la puerta que da al oriente. Y he aquí que las aguas fluían por el lado sur.

Cuando el hombre salió hacia el oriente, llevaba un cordel en su mano. Entonces midió 1.000 codos y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos.

Midió otros 1.000 codos y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros 1.000 codos y me hizo pasar por las aguas hasta la cintura.

Midió otros 1.000 codos, y el río ya no se podía cruzar, porque las aguas habían crecido. El río no se podía cruzar sino a nado.

Y me preguntó: “¿Has visto, oh hijo de hombre?” Después me condujo y me hizo volver a la ribera del río.

Cuando volví, he aquí que en la ribera del río había muchísimos árboles, tanto a un lado como al otro.

Y me dijo: “Estas aguas van a la región del oriente; descenderán al Arabá y llegarán al mar, a las aguas saladas; y las aguas serán saneadas.

Y sucederá que todo ser viviente que se desplace por dondequiera que pase el río vivirá. Habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, pues las aguas serán saneadas. Y todo aquello a donde llegue este río vivirá.

Y sucederá que junto a él habrá pescadores, y desde En-guedi hasta En-eglaim será un tendedero de redes. Sus peces, según sus especies, serán tan numerosos como los peces del mar Grande.

Sus pantanos y lagunas no serán saneados, pues quedarán para salinas.

“Junto al río, en sus riberas de una y otra parte, crecerá toda clase de árboles comestibles. Sus hojas nunca se secarán, ni sus frutos se acabarán; cada mes darán sus nuevos frutos, porque sus aguas salen del santuario. Sus frutos servirán para comida, y sus hojas para medicina.”