Israel, siervo de Jehová

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Israel, siervo de Jehová (23:49:1 - 23:49:7)

¡Oídme, oh costas, y atended, oh pueblos lejanos! Jehovah me llamó desde el vientre; desde las entrañas de mi madre mencionó mi nombre.

Hizo de mi boca una espada puntiaguda; me cubrió con la sombra de su mano. Hizo de mí una flecha afilada; me guardó en su aljaba.

Y me dijo: “Mi siervo eres tú, oh Israel; en ti me gloriaré.”

Pero yo dije: “Por demás me he afanado; en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas. Sin embargo, mi causa está con Jehovah, y mi recompensa con mi Dios.”

Y ahora Jehovah—quien me formó desde el vientre para ser su siervo, a fin de hacer que Jacob volviese a él y lograr que Israel se adhiriera a él, pues yo soy estimado en los ojos de Jehovah, y mi Dios es mi fortaleza—

dice: “Poca cosa es que tú seas mi siervo para levantar a las tribus de Israel y restaurar a los sobrevivientes de Israel. Yo te pondré como luz para las naciones, a fin de que seas mi salvación hasta el extremo de la tierra.”

Así ha dicho Jehovah, el Redentor de Israel y el Santo suyo, al de alma menospreciada, al abominado por las naciones, al siervo de los tiranos: “Los reyes lo verán y se levantarán; también los príncipes, y se postrarán, a causa de Jehovah, quien es fiel, y por el Santo de Israel, el cual te escogió.”




Dios promete restaurar a Sion

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Dios promete restaurar a Sion (23:49:8 - 23:49:26)

Así ha dicho Jehovah: “En tiempo favorable te he respondido, y en el día de salvación te he ayudado. Te guardaré y te pondré por pacto para el pueblo, a fin de que restablezcas la tierra y poseas las heredades desoladas;

para que digas a los presos: ¡Salid!; y a los que están en tinieblas: ¡Mostraos! En los caminos serán apacentados, y en todas las cumbres áridas estarán sus pastizales.

No tendrán hambre ni sed; ni el calor ni el sol los golpeará. Porque el que tiene misericordia de ellos los guiará y los conducirá a manantiales de aguas.

Yo convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas.

He aquí, éstos vendrán desde lejos; he aquí, ésos vendrán del norte y del occidente; y aquéllos, de la tierra de Sevene.”

Gritad de júbilo, oh cielos! ¡Regocíjate, oh tierra! ¡Prorrumpid en cántico, oh montes! Porque Jehovah ha consolado a su pueblo y de sus afligidos tendrá misericordia.

Pero Sion dijo: “Jehovah me ha abandonado; el Señor se ha olvidado de mí.”

“¿Acaso se olvidará la mujer de su bebé, y dejará de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque ellas se olviden, yo no me olvidaré de ti.

He aquí que en las palmas de mis manos te tengo grabada; tus murallas están siempre delante de mí.

Tus edificadores vendrán aprisa, y tus destructores y desoladores se irán de ti.

Alza tus ojos alrededor y mira: Todos éstos se han reunido y han venido a ti. ¡Vivo yo, dice Jehovah, que con todos ellos te vestirás como si fueran joyas! ¡Y con ellos te adornarás como una novia!

En cuanto a tus ruinas, tu desolación y tu tierra destruida, ciertamente ahora serás demasiado estrecha para los habitantes; y tus destructores estarán lejos.

Aun los hijos de los cuales fuiste privada te dirán a los oídos: Este lugar es demasiado estrecho para mí; dame espacio para habitar.

Entonces dirás en tu corazón: ¿Quién me dio a luz a éstos? Porque yo estuve sola y estéril, desterrada y apartada. He aquí que yo fui dejada sola; ¿de dónde, pues, han venido éstos? ¿Quién los crió?”

Así ha dicho el Señor Jehovah: “He aquí, yo alzaré mi mano hacia las naciones, y levantaré mi bandera a los pueblos. Ellos traerán en su seno a tus hijos, y tus hijas serán traídas en hombros.

Reyes serán tus tutores, y sus princesas tus nodrizas. Con el rostro a tierra se postrarán ante ti y lamerán el polvo de tus pies. Así sabrás que yo soy Jehovah, y que los que esperan en mí no serán avergonzados.”

¿Le será quitado el botín al valiente guerrero? ¿Será librado el cautivo de las manos de un tirano?

Pues así ha dicho Jehovah: “Ciertamente el cautivo le será quitado al valiente guerrero, y el botín será librado del tirano. Yo contenderé con los que contienden contra ti, y yo salvaré a tus hijos.

A los que te oprimen, les haré comer sus propias carnes; se embriagarán con su propia sangre, como con vino nuevo. Y sabrá todo mortal que yo soy Jehovah tu Salvador, tu Redentor, el Fuerte de Jacob.”




Jehová ayuda a quienes confían en él

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Jehová ayuda a quienes confían en él (23:50:1 - 23:50:11)

Así ha dicho Jehovah: “¿Dónde está la carta de divorcio de vuestra madre, con la cual yo la he repudiado? ¿O cuál de mis acreedores es aquel a quien os he vendido? He aquí que por vuestras maldades fuisteis vendidos, y por vuestras rebeliones vuestra madre fue repudiada.

“¿Por qué vine, y nadie apareció? ¿Por qué llamé, y nadie respondió? ¿Acaso es demasiado corto mi brazo que no pueda rescatar? ¿Acaso no hay en mí fuerzas para librar? He aquí que con mi reprensión haré que el mar se seque; convertiré los ríos en desierto hasta que se pudran sus peces y se mueran de sed por falta de agua.

Yo vestiré de oscuridad los cielos, y les pondré cilicio como cobertura.”

El Señor Jehovah me ha dado una lengua adiestrada para saber responder palabra al cansado. Me despierta cada mañana; cada mañana despierta mi oído para que yo escuche, como los que son adiestrados.

El Señor Jehovah me abrió el oído, y no fui rebelde ni me volví atrás.

Entregué mis espaldas a los que me golpeaban, y mis mejillas a los que me arrancaban la barba. No escondí mi cara de las afrentas ni de los esputos.

Porque el Señor Jehovah me ayuda, no he sido confundido. Por eso puse mi rostro firme como un pedernal y sé que no seré avergonzado.

Cercano está a mí el que me justifica. ¿Quién contenderá conmigo? Comparezcamos juntos. ¿Quién es el adversario de mi causa? Acérquese a mí.

He aquí que el Señor Jehovah me ayudará; ¿quién me podrá condenar? He aquí que todos ellos se envejecerán como un vestido, y se los comerá la polilla.

¿Quién entre vosotros teme a Jehovah y escucha la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehovah y apóyese en su Dios.

Pero he aquí que todos vosotros encendéis el fuego y prendéis las antorchas. ¡Andad a la luz de vuestro propio fuego, y de las antorchas que habéis encendido! De mi mano os vendrá esto: ¡Acabaréis por yacer en el lugar del tormento!




Palabras de consuelo para Sion

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Palabras de consuelo para Sion (23:51:1 - 23:51:23)

“Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Jehovah. Mirad la roca de donde fuisteis cortados, y la cantera de donde fuisteis extraídos.

Mirad a Abraham, vuestro padre; y a Sara, que os dio a luz. Porque cuando él era uno solo, yo lo llamé, lo bendije y lo multipliqué.”

Ciertamente Jehovah consolará a Sion; él consolará todas sus ruinas. Convertirá su desierto en Edén y su región árida en huerto de Jehovah. Alegría y gozo habrá en ella, acciones de gracias y sonido de cánticos.

“Estad atentos a mí, oh pueblo mío, y oídme, oh nación mía; porque de mí saldrá la ley, y mi mandato será para luz de los pueblos.

Mi justicia está cercana; la salvación ya se ha iniciado, y mis brazos juzgarán a los pueblos. En mí esperarán las costas, y en mis brazos pondrán su esperanza.

“Alzad vuestros ojos hacia los cielos, y mirad abajo hacia la tierra. Porque los cielos se desvanecerán como humo; la tierra se envejecerá como vestidura, y sus habitantes morirán como moscas. Pero mi salvación permanecerá para siempre, y mi justicia no perecerá.

“Oídme, los que conocéis la justicia, el pueblo en cuyo corazón está mi ley. No temáis la afrenta de los hombres, ni os atemoricéis ante sus ultrajes.

Porque la polilla se los comerá como a vestidura; la larva los consumirá como a la lana. Pero mi justicia permanecerá para siempre, y mi salvación de generación en generación.”

¡Despierta, despierta, vístete de poder, oh brazo de Jehovah! Despierta como en los días de la antigüedad, en las generaciones del pasado. ¿No eres tú el que despedazó a Rahab y el que hirió al monstruo marino?

¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran océano? ¿No eres tú el que convirtió las profundidades del mar en camino, para que pasaran los redimidos?

“Los rescatados de Jehovah volverán y entrarán en Sion con cánticos. Y sobre sus cabezas habrá alegría perpetua. Alcanzarán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido.

Yo soy, yo soy vuestro Consolador. ¿Quién eres tú para que temas al hombre, que es mortal; al hijo del hombre, que es tratado como el pasto?

¿Te has olvidado ya de Jehovah, tu Hacedor, que desplegó los cielos y puso los fundamentos de la tierra, para que continuamente y todo el día temas la furia del opresor, cuando se dispone a destruir? Pero, ¿dónde está la furia del opresor?

Pronto el que está en cadenas será puesto en libertad; no morirá para ir a la fosa, ni le faltará su alimento.

Pues yo soy Jehovah tu Dios, quien agita el mar y hace rugir sus olas; Jehovah de los Ejércitos es su nombre.

Habiendo yo extendido los cielos y fundado la tierra, y habiendo dicho a Sion: Tú eres mi pueblo, pongo mis palabras en tu boca y te cubro con la sombra de mi mano.”

¡Despierta! ¡Despierta! Levántate, oh Jerusalén, que de la mano de Jehovah bebiste la copa de su furor y que bebiste hasta la última gota de la copa del vértigo.

Entre todos los hijos que ella dio a luz, no hay quien la guíe. Entre todos los hijos que crió, no hay quien la tome de la mano.

Estas dos cosas te han sobrevenido. ¿Quién se dolerá de ti? Te han sobrevenido la destrucción y la ruina, el hambre y la espada. ¿Quién te consolará?

Tus hijos se han desmayado; como un antílope en una red, yacen tendidos en las esquinas de todas las calles, llenos de la ira de Jehovah y de la reprensión de tu Dios.

Escucha, pues, esto, miserable y ebria, aunque no de vino.

Así ha dicho Jehovah tu Señor y tu Dios, quien contiende por su pueblo: “He aquí, he quitado de tu mano la copa del vértigo, la copa de mi ira. Nunca más tendrás que beberla.

La pondré en la mano de los que te atormentan, los que dicen a tu alma: Póstrate para que pasemos. Y tú pusiste tu espalda como tierra, y como calle para los que pasaban.”




Dios librará del cautiverio a Sion

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Dios librará del cautiverio a Sion (23:52:1 - 23:52:12)

¡Despierta! ¡Despierta! Vístete de tu poder, oh Sion; vístete de tu ropa de gala, oh Jerusalén, ciudad santa. Porque nunca más volverá a entrar en ti ningún incircunciso ni impuro.

Despréndete del polvo; levántate y toma asiento, oh Jerusalén. Suelta las ataduras de tu cuello, oh cautiva hija de Sion.

Porque así ha dicho Jehovah: “De balde fuisteis vendidos; por tanto, sin dinero seréis rescatados.”

Porque así ha dicho el Señor Jehovah: “En el pasado mi pueblo descendió a Egipto para residir allá; después Asiria lo ha oprimido sin motivo.

Y ahora, dice Jehovah, ¿qué tengo que ver yo aquí, ya que mi pueblo fue traído sin causa? Los que se enseñorean de él se mofan, dice Jehovah. Continuamente y todo el día mi nombre es blasfemado.

Por tanto, mi pueblo conocerá mi nombre en aquel día, pues yo soy el que dice: ¡Aquí estoy!”

¡Cuán hermosos son, sobre los montes, los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz, del que trae buenas nuevas del bien, del que anuncia la salvación, del que dice a Sion: “¡Tu Dios reina!”

¡Una voz! Tus centinelas alzan la voz. Juntos dan gritos de júbilo, porque cuando Jehovah vuelva a Sion, lo verán con sus propios ojos.

Prorrumpid juntas con gritos de júbilo, oh ruinas de Jerusalén, porque Jehovah ha consolado a su pueblo; ha redimido a Jerusalén.

Jehovah ha descubierto el brazo de su santidad ante los ojos de todas las naciones. Todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios.

¡Apartaos! ¡Apartaos! ¡Salid de allí! ¡No toquéis lo impuro! ¡Salid de en medio de ella! ¡Purificaos, los que lleváis los utensilios de Jehovah!

Pues no saldréis con apresuramiento, ni iréis huyendo; porque Jehovah irá delante de vosotros, y el Dios de Israel irá a vuestra retaguardia.