Juicio sobre Israel

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Juicio sobre Israel (23:17:4 - 23:17:14)

“Sucederá en aquel día que la gloria de Jacob será disminuida, y enflaquecerá la gordura de su carne.

Será como cuando el segador recoge la mies y con su brazo siega las espigas. Será como el que recoge espigas en el valle de Refaím.

Quedan en él rebuscos, como cuando se varea al olivo: dos o tres olivas en el extremo de una rama, cuatro o cinco en sus ramas más fructíferas,” dice Jehovah Dios de Israel.

En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel.

No mirará los altares que hicieron sus manos; no mirará lo que hicieron sus dedos, ni los árboles rituales de Asera ni los altares de incienso.

En aquel día sus ciudades fortificadas quedarán como los lugares abandonados de los horeos y de los amorreos, los cuales ellos abandonaron ante los hijos de Israel; y habrá desolación.

Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, y no te acordaste de la Roca de tu fortaleza. Por eso, aunque siembras plantas deleitosas y plantas vides importadas,

y en el día que las plantas las haces crecer y haces que su semilla florezca a la mañana siguiente, sin embargo la cosecha se esfumará en el día de la enfermedad y del dolor incurable.

¡Ay del tumulto de los muchos pueblos que rugen como el rugido del mar! El bullicio de las naciones resuena como el bullicio de las aguas impetuosas.

Las naciones hacen bullicio como las muchas aguas; pero Dios las reprenderá, y ellas huirán lejos ahuyentadas como el tamo de las colinas ante el viento y como el remolino de hojas ante el torbellino.

Al atardecer he aquí el terror repentino, y antes del amanecer ya no existirán. Esta es la porción de los que nos despojan, el destino de los que nos saquean.




Profecía sobre Etiopía

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Profecía sobre Etiopía (23:18:1 - 23:18:7)

¡Ay de la tierra del zumbido de alas, que está más allá de los ríos de Etiopía!

Ella envía embajadores por mar en navíos de junco sobre las aguas. Id, oh veloces mensajeros, al pueblo de alta estatura y piel brillante, al pueblo temido por todas partes, nación agresiva y atropelladora, cuya tierra dividen los ríos.

Vosotros, todos los habitantes del mundo y moradores de la tierra, veréis cuando se levante la bandera sobre las montañas, y escucharéis cuando se toque la corneta.

Porque así me ha dicho Jehovah: “Estaré tranquilo y miraré desde mi morada, como el calor que vibra ante la luz, como una nube de rocío en el calor de la cosecha.”

Porque antes de la cosecha, cuando la flor se acaba y se produce el fruto, se maduran las uvas. Entonces podará los brotes con podaderas, y quitará y cortará las ramas.

Serán dejados para las aves de rapiña de las montañas y para los animales de la tierra. Sobre ellos pasarán el verano las aves de rapiña, y allí invernarán todos los animales de la tierra.

En aquel tiempo será traído presente a Jehovah de los Ejércitos, de parte del pueblo de alta estatura y piel brillante, pueblo temido por todas partes, nación agresiva y atropelladora, cuya tierra dividen los ríos. Será traído presente al lugar dedicado al nombre de Jehovah de los Ejércitos, al monte Sion.




Profecía sobre Egipto

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Profecía sobre Egipto (23:19:1 - 23:19:25)

Profecía acerca de Egipto: He aquí, Jehovah cabalga sobre una nube veloz y entra en Egipto. Los ídolos de Egipto se estremecen ante su presencia, y el corazón de los egipcios desfallece dentro de ellos.

“Yo incitaré a los egipcios contra los egipcios. Cada uno peleará contra su hermano, cada uno contra su prójimo, ciudad contra ciudad, y reino contra reino.

El espíritu de Egipto se trastornará dentro de sí, y confundiré sus planes. Preguntarán a los ídolos, a los espíritus de los muertos, a los que evocan a los muertos y a los adivinos.

Entregaré a Egipto en mano de un amo déspota, y un rey cruel se enseñoreará de ellos,” dice el Señor Jehovah de los Ejércitos.

Las aguas del mar menguarán, y el río se agotará y se secará.

Los canales apestarán; los brazos del Nilo de Egipto se reducirán y se secarán. Los cañaverales y los juncales se marchitarán.

Los arbustos junto al Nilo, junto a la ribera del Nilo, y todos los sembrados del Nilo se secarán; serán arrebatados y desaparecerán.

Los pescadores lamentarán, y harán duelo todos los que echan anzuelo en el Nilo. Desfallecerán los que extienden la red sobre las aguas.

Serán confundidos los que trabajan el lino, y los que tejen lino cardado palidecerán.

Estarán abatidos los tejedores, y todos los jornaleros serán entristecidos.

Ciertamente son necios los magistrados de Tanis. Los sabios del faraón han dado un consejo desatinado. ¿Cómo diréis al faraón: “Yo soy hijo de sabios e hijo de reyes antiguos”?

¿Dónde, pues, están tus sabios? Que te digan, y que te hagan saber qué es lo que Jehovah de los Ejércitos ha decidido acerca de Egipto.

Los magistrados de Tanis han actuado neciamente; se han engañado los magistrados de Menfis. Han hecho errar a Egipto aquellos que son las piedras angulares de sus tribus.

Jehovah ha mezclado en medio de él espíritu de vértigo, e hicieron errar a Egipto en toda su obra, como se tambalea el borracho en su vómito.

No le servirá a Egipto nada de lo que haga la cabeza y la cola, la palmera y el junco.

En aquel día los egipcios serán como mujeres, pues temblarán y temerán ante el movimiento de la mano de Jehovah de los Ejércitos, que él moverá contra ellos.

La tierra de Judá será un terror para Egipto. Todo hombre a quien se le mencione acerca de ella, se asustará a causa de la decisión que ha tomado Jehovah de los Ejércitos contra él.

En aquel día habrá cinco ciudades en la tierra de Egipto que hablarán la lengua de Canaán, y jurarán lealtad a Jehovah de los Ejércitos. Una de ellas será llamada Ciudad del Sol.

En aquel día habrá un altar de Jehovah en medio de la tierra de Egipto, y un obelisco dedicado a Jehovah junto a su frontera.

Servirá de señal y de testimonio a Jehovah de los Ejércitos en la tierra de Egipto. Cuando clamen a Jehovah a causa de sus opresores, él les enviará un salvador quien los defenderá y los librará.

Jehovah se dará a conocer a Egipto, y en aquel día los egipcios conocerán a Jehovah. Presentarán sacrificios y ofrendas vegetales; harán votos a Jehovah y los cumplirán.

Jehovah herirá a Egipto, pero lo herirá y lo sanará. Se convertirán a Jehovah, quien atenderá a sus súplicas y los sanará.

En aquel día habrá un amplio camino desde Egipto hasta Asiria; los asirios entrarán en Egipto, y los egipcios en Asiria. Entonces los egipcios y los asirios servirán a Jehovah.

En aquel día Israel será tercero con Egipto y con Asiria, una bendición en medio de la tierra.

Porque Jehovah de los Ejércitos los bendecirá diciendo: “¡Benditos sean Egipto mi pueblo, Asiria obra de mis manos e Israel mi heredad!”




Predicción de la conquista de Egipto y de Etiopía por Asiria

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Predicción de la conquista de Egipto y de Etiopía por Asiria (23:20:1 - 23:20:6)

En el año en que vino el Tartán a Asdod, cuando Sargón rey de Asiria lo envió para combatir contra Asdod y la tomó,

en aquel tiempo Jehovah habló por medio de Isaías hijo de Amoz, diciendo: “Vé, despójate del cilicio de sobre tus lomos y quita el calzado de tus pies.” Así lo hizo, y andaba desnudo y descalzo.

Entonces dijo Jehovah: “Así como mi siervo Isaías anduvo desnudo y descalzo tres años como señal y prodigio contra Egipto y Etiopía,

así conducirá el rey de Asiria a los cautivos de Egipto y a los desterrados de Etiopía: jóvenes y viejos, desnudos y descalzos, con las nalgas descubiertas, para vergüenza de Egipto.

Tendrán terror y se avergonzarán de Etiopía, objeto de su esperanza, y de Egipto, su gloria.

En aquel día dirá el habitante de esta costa: ¡Mirad lo que ha pasado con el objeto de nuestra esperanza, al cual huimos para obtener auxilio y para ser librados de la presencia del rey de Asiria! ¿Y cómo escaparemos nosotros?”




Profecía sobre el desierto del mar

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > Profecía sobre el desierto del mar (23:21:1 - 23:21:10)

Profecía acerca del Desierto del Mar: Como los torbellinos que pasan por el Néguev, así viene del desierto, de la tierra horrenda.

Dura visión me ha sido revelada. El traidor traiciona, y el destructor destruye. ¡Sube, oh Elam! ¡Asedia, oh Media! Hice cesar todo su gemido.

Por tanto, mis lomos se han estremecido de dolor; convulsiones se han apoderado de mí, como las convulsiones de una mujer que da a luz. Estoy tan entristecido que no lo puedo oír, y tan espantado que no lo puedo ver.

Mi mente divaga; el terror se ha apoderado de mí. El anochecer que yo anhelaba se me ha convertido en temblor.

Preparan la mesa, arreglan los asientos, comen y beben. ¡Levantaos, oh jefes; sacad brillo a los escudos!

Porque así me dice el Señor: —Anda, pon un centinela que anuncie lo que vea.

Cuando vea carros, parejas de jinetes, gente montada en asnos y gente montada en camellos, escuche él con atención, con mucha atención.

Y el centinela gritó: —Oh Señor, sobre la torre del centinela estoy de pie continuamente de día, y todas las noches estoy apostado en mi guardia.

Y he aquí que esto es lo que viene: ¡Hombres en carros y parejas de jinetes! Después habló y dijo: —¡Ha caído; ha caído Babilonia! Todos los ídolos de sus dioses fueron rotos contra el suelo.

Oh trillado pueblo mío, hijo de mi era: Yo os he anunciado lo que he escuchado de parte de Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel.