Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Primer Libro de Crónicas > Salomón sucede a David (13:28:1 - 13:29:25)
David reunió en Jerusalén a todos los jefes de Israel: los jefes de las tribus, los jefes de las divisiones que servían al rey, los jefes de millares y los jefes de centenas, los jefes de todo el patrimonio, del ganado del rey y de sus hijos, con los funcionarios, los hombres valerosos y todos los guerreros valientes.
Y poniéndose de pie, David dijo: “Oídme, hermanos míos y pueblo mío: Yo tenía en mi corazón el anhelo de edificar una casa para que reposara el arca del pacto de Jehovah y para estrado de los pies de nuestro Dios. Yo hice los preparativos para edificar,
pero Dios me dijo: No edificarás una casa a mi nombre, porque eres hombre de guerra y has derramado mucha sangre.
No obstante, Jehovah Dios de Israel me eligió de entre toda la familia de mi padre para que fuese rey de Israel para siempre, porque escogió a Judá como caudillo. De la tribu de Judá escogió a la casa de mi padre, y entre los hijos de mi padre se complació en mí para constituirme rey sobre todo Israel.
Y de todos mis hijos (porque Jehovah me ha dado muchos hijos), eligió a mi hijo Salomón, para que se sentara en el trono del reino de Jehovah sobre Israel.
El me ha dicho: Tu hijo Salomón, él edificará mi casa y mis atrios; porque a él he escogido como mi hijo, y yo seré padre para él.
Asimismo, yo confirmaré su reino para siempre, si se esfuerza en poner por obra mis mandamientos y mis decretos, como en este día.
“Ahora pues, ante los ojos de todo Israel, la congregación de Jehovah, y a oídos de nuestro Dios, guardad y escudriñad todos los mandamientos de Jehovah vuestro Dios, para que poseáis la buena tierra y para que la dejéis por heredad a vuestros hijos después de vosotros, para siempre.
“Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre y sírvele con un corazón íntegro y con ánimo voluntario; porque Jehovah escudriña todos los corazones y entiende toda la intención de los pensamientos. Si tú le buscas, él se dejará hallar; pero si le abandonas, él te desechará para siempre.
Mira ahora, porque Jehovah te ha elegido para que edifiques una casa para ser santuario. ¡Esfuérzate y actúa!”
Entonces David entregó a su hijo Salomón el diseño del pórtico, de sus edificios, de sus almacenes, de sus salas superiores, de sus cámaras interiores y del lugar del propiciatorio.
También entregó el diseño de todo lo que tenía en mente para los atrios de la casa de Jehovah, para todas las cámaras de alrededor, para los tesoros de la casa de Dios, para los almacenes de las cosas sagradas,
para los grupos de los sacerdotes y de los levitas, para toda la obra del servicio en la casa de Jehovah y para todos los utensilios del servicio de la casa de Jehovah.
Para las cosas de oro, también entregó la debida cantidad de oro para todos los utensilios de cada servicio, y para todos los utensilios de plata, la debida cantidad para todos los utensilios de cada servicio.
Entregó la debida cantidad de oro para los candelabros de oro y sus lámparas de oro: la debida cantidad para cada candelabro con sus lámparas. De igual manera dio para los candelabros de plata: la debida cantidad para cada candelabro y sus lámparas, de acuerdo con la función de cada candelabro.
También entregó la debida cantidad de oro para cada una de las mesas para la presentación de los panes, y la plata para las mesas de plata.
También entregó oro puro para los tenedores, los tazones de la aspersión y las vasijas. Para las tazas de oro, la debida cantidad de oro para cada taza; y para las tazas de plata, la debida cantidad para cada taza.
Además, entregó la debida cantidad de oro refinado para el altar del incienso, para el diseño de la carreta y para los querubines de oro que extienden sus alas y cubren el arca del pacto de Jehovah.
“Todo esto,” dijo David, “está por escrito, porque la mano de Jehovah está sobre mí, y él me ha hecho entender todos los detalles del diseño.”
Además, David dijo a su hijo Salomón: “Esfuérzate, sé valiente y actúa. No temas ni desmayes, porque Jehovah Dios, mi Dios, estará contigo. No te abandonará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de Jehovah.
He aquí que los grupos de los sacerdotes y de los levitas para todo el servicio de la casa de Dios estarán contigo en toda la obra. Asimismo, todos los voluntarios y expertos en toda clase de artesanía, los jefes y todo el pueblo estarán totalmente a tus órdenes.”
Después el rey David dijo a toda la congregación: “Sólo a mi hijo Salomón ha elegido Dios. El es joven e inmaduro, y la obra es grande; porque el templo no será para hombre sino para Jehovah Dios.
Con todas mis fuerzas he preparado para la casa de mi Dios: oro para las cosas de oro, plata para las cosas de plata, bronce para las cosas de bronce, hierro para las cosas de hierro, madera para las cosas de madera, piedras de ónice y de engaste, piedras de turquesa y de diversos colores; toda clase de piedras preciosas y piedras de mármol en abundancia.
Además, en mi anhelo por la casa de mi Dios, doy mi tesoro personal de oro y de plata para la casa de mi Dios, además de todo lo que he preparado para el edificio del santuario;
a saber: 3.000 talentos de oro, oro de Ofir, y 7.000 talentos de plata refinada para recubrir las paredes de los edificios:
oro para las cosas de oro, y plata para las cosas de plata; para toda la obra de mano de los artífices. Y ahora, ¿quién de vosotros se consagrará hoy a Jehovah, haciendo una ofrenda voluntaria?”
Entonces los jefes de las casas paternas, los jefes de las tribus de Israel, los jefes de millares y de centenas, y los encargados de las obras del rey hicieron ofrendas voluntarias.
Y dieron para el servicio de la casa de Dios 5.000 talentos y 10.000 dracmas de oro, 10.000 talentos de plata, 18.000 talentos de bronce y 100.000 talentos de hierro.
Todo el que tenía piedras preciosas las entregó en manos de Yejiel el gersonita, para el tesoro de la casa de Jehovah.
Y el pueblo se regocijó por haber contribuido con ofrendas voluntarias, porque con un corazón íntegro habían hecho a Jehovah ofrendas voluntarias. Y el rey David se alegró muchísimo.
David bendijo a Jehovah a la vista de toda la congregación. Y dijo David: “¡Bendito seas tú, oh Jehovah Dios de Israel, nuestro Padre desde la eternidad y hasta la eternidad!
Tuyos son, oh Jehovah, la grandeza, el poder, la gloria, el esplendor y la majestad; porque tuyas son todas las cosas que están en los cielos y en la tierra. Tuyo es el reino, oh Jehovah, y tú te enalteces como cabeza sobre todo.
Las riquezas y la honra provienen de ti. Tú lo gobiernas todo; en tu mano están la fuerza y el poder, y en tu mano está la facultad de engrandecer y de fortalecer a todos.
Y ahora, oh Dios nuestro, nosotros te damos gracias y alabamos tu glorioso nombre.
Porque, ¿quién soy yo, y qué es mi pueblo, para que podamos ofrecer espontáneamente cosas como éstas, siendo todo tuyo, y que de lo que hemos recibido de tu mano, te damos?
Somos forasteros y advenedizos delante de ti, así como todos nuestros padres. Nuestros días son como una sombra sobre la tierra, y sin esperanza.
Oh Jehovah, Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para edificar una casa a tu santo nombre, de tu mano proviene y todo es tuyo.
Yo sé, oh Dios mío, que tú pruebas el corazón y que te agrada la rectitud. Por eso, con rectitud de corazón te he ofrecido voluntariamente todo esto. Y ahora he visto con alegría que tu pueblo que se encuentra aquí ha dado para ti espontáneamente.
Oh Jehovah, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, nuestros padres, preserva esto para siempre, formando el pensamiento del corazón de tu pueblo, y predispón su corazón hacia ti.
Asimismo, da a mi hijo Salomón un corazón íntegro, para que guarde tus mandamientos, tus testimonios y tus leyes, a fin de que haga todas las cosas y edifique el templo para el cual yo he hecho preparativos.”
David dijo después a toda la congregación: “¡Bendecid, por favor, a Jehovah, vuestro Dios!” Entonces toda la congregación bendijo a Jehovah, el Dios de sus padres. Luego se inclinaron y se postraron delante de Jehovah y delante del rey.
Al día siguiente hicieron sacrificios a Jehovah y ofrecieron holocaustos a Jehovah: 1.000 toros, 1.000 carneros, 1.000 corderos, con sus libaciones, y muchos sacrificios por todo Israel.
Aquel día comieron y bebieron con gran gozo delante de Jehovah, y por segunda vez proclamaron rey a Salomón hijo de David, y lo ungieron ante Jehovah como el soberano. Y ungieron a Sadoc como sacerdote.
Así se sentó Salomón como rey en el trono de Jehovah, en lugar de su padre David, y fue prosperado. Todo Israel le rindió obediencia.
Todos los principales, los valientes y todos los hijos del rey David se sometieron a la autoridad del rey Salomón.
Y Jehovah engrandeció a Salomón hasta lo sumo ante la vista de todo Israel, y le dio un esplendor real, como ningún otro rey lo tuvo antes de él en Israel.