Enfermedad de Ezequías (2 Reyes)

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Reyes > Enfermedad de Ezequías (12:20:1 - 12:20:11)

En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Entonces el profeta Isaías hijo de Amoz fue a él y le dijo: —Así ha dicho Jehovah: “Pon en orden tu casa, porque vas a morir y no vivirás.”

Entonces él volvió su cara hacia la pared y oró a Jehovah diciendo:

—Oh Jehovah, acuérdate, por favor, de que he andado delante de ti en verdad y con corazón íntegro, y que he hecho lo bueno ante tus ojos. Ezequías lloró con gran llanto.

Y sucedió que antes que Isaías saliese del patio central, le vino la palabra de Jehovah, diciendo:

—Vuelve y di a Ezequías, el soberano de mi pueblo: “Así ha dicho Jehovah, Dios de tu padre David: He oído tu oración y he visto tus lágrimas. He aquí, te voy a sanar; al tercer día subirás a la casa de Jehovah.

Añadiré quince años a tus días, y libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria. Defenderé esta ciudad por amor a mí mismo y por amor a mi siervo David.”

Entonces Isaías dijo: —Tomad pasta de higos La tomaron y la pusieron sobre la llaga; luego sanó.

Entonces Ezequías preguntó a Isaías: —¿Cuál será la señal de que Jehovah me sanará y de que subiré a la casa de Jehovah al tercer día?

E Isaías respondió: —Esta señal tendrás de parte de Jehovah, de que él hará esto que ha dicho: ¿Puede avanzar la sombra diez gradas o retroceder diez gradas?

Ezequías respondió: —Es cosa fácil que la sombra avance diez gradas; pero no que retroceda diez gradas.

Entonces el profeta Isaías invocó a Jehovah, y él hizo que la sombra retrocediese diez gradas, por las gradas que había avanzado en la gradería de Acaz.




Ezequías recibe a los enviados de Babilonia

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Reyes > Ezequías recibe a los enviados de Babilonia (12:20:12 - 12:20:19)

En aquel tiempo Merodac-baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y un presente a Ezequías, porque había oído que Ezequías había estado enfermo.

Ezequías se alegró por ellos y les mostró toda la casa de sus tesoros: la plata, el oro, los perfumes y los ungüentos finos, su armería y todo lo que había en sus depósitos. No hubo cosa que Ezequías no les mostrase en su casa y en todos sus dominios.

Entonces el profeta Isaías fue al rey Ezequías y le preguntó: —¿Qué dijeron aquellos hombres, y de dónde vinieron a ti? Ezequías respondió: —Han venido de un país lejano, de Babilonia.

El preguntó: —¿Qué han visto en tu casa? Y Ezequías respondió: —Han visto todo lo que hay en mi casa; nada hay en mis depósitos que no les haya mostrado.

Entonces Isaías dijo a Ezequías: —Escucha la palabra de Jehovah:

“He aquí, vienen días en que todo lo que hay en tu casa, lo que tus padres han atesorado hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia. No quedará nada, ha dicho Jehovah.

Y de tus hijos que procederán de ti, que tú habrás engendrado, tomarán para que sean eunucos en el palacio del rey de Babilonia.”

Ezequías dijo a Isaías: —La palabra de Jehovah que has hablado es buena. Porque pensó: “¿No habrá paz y estabilidad en mis días?”




Muerte de Ezequías

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Reyes > Muerte de Ezequías (12:20:20 - 12:20:21)

Los demás hechos de Ezequías y todo su poderío, cómo construyó el estanque y el acueducto, e introdujo las aguas en la ciudad, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?

Ezequías reposó con sus padres, y su hijo Manasés reinó en su lugar.




Reinado de Manasés

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Reyes > Reinado de Manasés (12:21:1 - 12:21:18)

Manasés tenía 12 años cuando comenzó a reinar, y reinó 55 años en Jerusalén. El nombre de su madre era Hefsiba.

El hizo lo malo ante los ojos de Jehovah, conforme a las prácticas abominables de las naciones que Jehovah había echado de delante de los hijos de Israel.

Volvió a edificar los lugares altos que su padre Ezequías había destruido. Erigió altares a Baal e hizo un árbol ritual de Asera, como había hecho Acab, rey de Israel. Se postró ante todo el ejército de los cielos y les rindió culto.

También edificó altares en la casa de Jehovah, de la cual Jehovah había dicho: “En Jerusalén pondré mi nombre.”

Edificó altares a todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la casa de Jehovah.

Hizo pasar por fuego a su hijo, practicó la magia y la adivinación, evocó a los muertos y practicó el espiritismo. Abundó en hacer lo malo ante los ojos de Jehovah, provocándole a ira.

Puso la imagen tallada de Asera que había hecho, en la casa de la cual Jehovah había dicho a David y a su hijo Salomón: “En esta casa y en Jerusalén, que he elegido entre todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre.

No volveré a desplazar los pies de Israel de la tierra que he dado a sus padres, con tal de que procuren hacer conforme a todas las cosas que les he mandado, y conforme a toda la ley que les mandó mi siervo Moisés.”

Pero ellos no escucharon, y Manasés hizo que se desviaran, e hicieron lo malo, más que las naciones que Jehovah había destruido ante los hijos de Israel.

Entonces Jehovah habló por medio de sus siervos los profetas, diciendo:

“Por cuanto Manasés, rey de Judá, ha hecho estas abominaciones y ha hecho más mal que todo el que hicieron los amorreos que le precedieron, y ha hecho también pecar a Judá con sus ídolos,

por tanto, así ha dicho Jehovah Dios de Israel: He aquí, yo traigo tal mal sobre Jerusalén y sobre Judá, que al que lo oiga le retiñirán ambos oídos.

Extenderé sobre Jerusalén el cordel de Samaria y la plomada de la casa de Acab, y limpiaré a Jerusalén como cuando se limpia un plato; se limpia y luego se lo pone boca abajo.

Desampararé al remanente de mi heredad y lo entregaré en mano de sus enemigos, y serán presa y despojo para todos sus enemigos.

Porque han hecho lo malo ante mis ojos y me han provocado a ira desde el día en que sus padres salieron de Egipto hasta el día de hoy.”

Aparte de esto, Manasés derramó muchísima sangre inocente, hasta llenar Jerusalén de un extremo a otro, además de su pecado con el que hizo pecar a Judá, para que hiciese lo malo ante los ojos de Jehovah.

Los demás hechos de Manasés, todas las cosas que hizo y el pecado que cometió, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?

Manasés reposó con sus padres y fue sepultado en el jardín de su casa, en el jardín de Uza. Y su hijo Amón reinó en su lugar.




Reinado de Amón

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Reyes > Reinado de Amón (12:21:19 - 12:21:26)

Amón tenía 22 años cuando comenzó a reinar, y reinó 2 años en Jerusalén. El nombre de su madre era Mesulemet hija de Haruz, de Jotba.

El hizo lo malo ante los ojos de Jehovah, como había hecho su padre Manasés.

Anduvo en todo el camino en el que había andado su padre, rindió culto a los ídolos a los que su padre había rendido culto, y se postró ante ellos.

Abandonó a Jehovah, el Dios de sus padres, y no anduvo en el camino de Jehovah.

Los servidores de Amón conspiraron contra él y mataron al rey en su casa.

Pero el pueblo de la tierra mató a todos los que habían conspirado contra el rey Amón. Luego, en su lugar, el pueblo de la tierra proclamó rey a su hijo Josías.

Los demás hechos de Amón, las cosas que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?

Fue sepultado en su sepulcro, en el jardín de Uza. Y su hijo Josías reinó en su lugar.