Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Ezequiel > Muerte de la esposa de Ezequiel (26:24:15 - 26:24:27)
Entonces vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo:
—Oh hijo de hombre, he aquí que yo te quito de golpe la delicia de tus ojos. Pero tú no harás duelo ni llorarás, ni correrán tus lágrimas.
Gime en silencio; no guardes el luto por los muertos. Cíñete el turbante y pon las sandalias en tus pies. No te cubras los labios ni comas pan de duelo.
Hablé, pues, al pueblo por la mañana, y al anochecer murió mi esposa. Y a la mañana siguiente hice como me había sido ordenado.
Entonces me dijo el pueblo: —¿No nos dirás qué significan para nosotros estas cosas que tú haces?
Y les respondí: —La palabra de Jehovah vino a mí diciendo:
“Di a la casa de Israel que así ha dicho el Señor Jehovah: He aquí, yo mismo profano mi santuario, el orgullo de vuestro poderío, la delicia de vuestros ojos, el anhelo de vuestras almas. Vuestros hijos y vuestras hijas que abandonasteis caerán a espada,
y vosotros haréis como yo he hecho: No os cubriréis los labios ni comeréis pan de duelo.
Vuestros turbantes estarán sobre vuestras cabezas, y vuestras sandalias en vuestros pies; no haréis duelo ni lloraréis. Más bien, os pudriréis en vuestros pecados y gemiréis unos por otros.
Ezequiel, pues, os servirá de señal; haréis de acuerdo con todas las cosas que él ha hecho. Cuando esto se cumpla, sabréis que yo soy el Señor Jehovah.
“Y con respecto a ti, oh hijo de hombre, el día en que yo quite de ellos su poderío, el gozo de su esplendor, la delicia de sus ojos y el anhelo de sus almas, y también a sus hijos y a sus hijas;
en aquel día uno que haya escapado vendrá a ti para traerte la noticia.
En aquel día se abrirá tu boca, y hablarás con el que haya escapado; pues ya no estarás más enmudecido. Tú les servirás de señal, y sabrán que yo soy Jehovah.”
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