Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Históricos > Segundo Libro de Crónicas > Reinado de Acaz (14:28:1 - 14:28:27)
Acaz tenía 20 años cuando comenzó a reinar, y reinó 16 años en Jerusalén. El no hizo lo recto ante los ojos de Jehovah, en contraste con su padre David.
Anduvo en los caminos de los reyes de Israel, y aun hizo de metal fundido imágenes de los Baales.
Quemó incienso en el valle de Ben-hinom e hizo pasar por fuego a sus hijos, conforme a las prácticas abominables de las naciones que Jehovah había echado de delante de los hijos de Israel.
Asimismo, ofreció sacrificios y quemó incienso en los lugares altos, sobre las colinas y debajo de todo árbol frondoso.
Entonces Jehovah su Dios lo entregó en mano del rey de Siria; ellos lo derrotaron y le tomaron muchos cautivos, a los cuales llevaron a Damasco. También fue entregado en mano del rey de Israel, el cual le ocasionó una gran derrota.
Pécaj hijo de Remalías mató en Judá a 120.000 en un solo día, todos hombres valientes, porque habían abandonado a Jehovah, Dios de sus padres.
También Zicri, un hombre poderoso de Efraín, mató a Maasías, hijo del rey, a Azricam, encargado del palacio, y a Elcana que era segundo después del rey.
Los hijos de Israel también tomaron cautivos a 200.000 de sus hermanos: mujeres, hijos e hijas. Además, tomaron de ellos un gran botín y se lo llevaron a Samaria.
Había allí un profeta de Jehovah que se llamaba Oded, el cual salió al encuentro del ejército, cuando llegaba a Samaria, y les dijo: —He aquí, fue debido a que Jehovah, Dios de vuestros padres, estaba airado contra Judá, que la entregó en vuestra mano. Pero vosotros los habéis matado con tal saña que ha llegado hasta el cielo.
Y ahora habéis determinado someter a los hijos de Judá y de Jerusalén como vuestros siervos y siervas. ¿No sois vosotros los verdaderos culpables ante Jehovah vuestro Dios?
Ahora pues, escuchadme y haced volver a los cautivos que habéis tomado de vuestros hermanos, porque el furor de la ira de Jehovah está sobre vosotros.
Entonces se levantaron contra los que venían de la guerra algunos hombres de los jefes de los hijos de Efraín (Azarías hijo de Johanán, Berequías hijo de Mesilemot, Ezequías hijo de Salum y Amasa hijo de Hadlai),
y les dijeron: —No traigáis acá a los cautivos, porque esto nos hará culpables delante de Jehovah. Vosotros tratáis de añadir sobre nuestros pecados y sobre nuestra culpa, a pesar de que ya es grande nuestra culpa y de que el furor de su ira está sobre Israel.
Entonces el ejército abandonó a los cautivos y el botín delante de los jefes y de toda la congregación.
Unos hombres que fueron designados por nombre se levantaron, tomaron a los cautivos y vistieron del botín a todos los que entre ellos estaban desnudos. Los vistieron, los calzaron y les dieron de comer y de beber. Los ungieron, condujeron en asnos a todos los débiles, y los llevaron hasta Jericó, la ciudad de las palmeras, junto a sus hermanos. Después regresaron a Samaria.
En aquel tiempo el rey Acaz envió a pedir ayuda al rey de Asiria,
porque otra vez habían venido los edomitas y habían atacado a los de Judá, llevándose cautivos.
Asimismo, los filisteos habían hecho una incursión en las ciudades de la Sefela y del Néguev de Judá, y habían tomado Bet-semes, Ajalón, Gederot, Soco con sus aldeas, Timna con sus aldeas y Gimzo con sus aldeas; y habitaron en ellas.
Ciertamente Jehovah humilló a Judá por causa de Acaz, rey de Judá, porque él había permitido la corrupción en Judá y había actuado gravemente contra Jehovah.
Tiglat-pileser, rey de Asiria, vino a él, pero lo redujo a estrechez en lugar de fortalecerlo.
A pesar de que Acaz había despojado la casa de Jehovah, la casa del rey y las casas de los gobernadores, para darlo al rey de Asiria, éste no le prestó ayuda.
En el tiempo de su aflicción el rey Acaz persistió en su infidelidad a Jehovah,
porque ofreció sacrificios a los dioses de Damasco que le habían derrotado. Y dijo: “Puesto que los dioses de los reyes de Siria les ayudan, yo también les ofreceré sacrificios, para que me ayuden a mí.” Pero ellos fueron los que lo hicieron fracasar a él y a todo Israel.
Además de esto, Acaz recogió los utensilios de la casa de Dios. Destrozó los utensilios de la casa de Dios, y cerró las puertas de la casa de Jehovah. Se hizo altares en todos los rincones de Jerusalén.
E hizo lugares altos en todas las ciudades de Judá, para quemar incienso a otros dioses, provocando a ira a Jehovah, Dios de sus padres.
Los demás hechos de Acaz, todos su caminos, los primeros y los últimos, he aquí que están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel.
Acaz reposó con sus padres, y lo sepultaron en la ciudad de Jerusalén, pero no lo pusieron en los sepulcros de los reyes de Israel. Y su hijo Ezequías reinó en su lugar.
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24-09-2008 a las 19:08
ME GUSTARIA SABER SOBRE QUE DOS NACIONES LE INDICO ISAIAS EN SU PROFECIA PARA QUE NO ATACARAN A JERUSALEM
[contesta a PEDRO SERRANO]