Biblia cristiana > Nuevo Testamento > Evangelios > San Juan > La promesa del Espíritu Santo (43:14:15 - 43:14:31)
Si me amáis, guardaréis mis mandamientos.
Y yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre.
Este es el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Vosotros lo conocéis, porque permanece con vosotros y está en vosotros.
No os dejaré huérfanos; volveré a vosotros.
Todavía un poquito, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis. Porque yo vivo, también vosotros viviréis.
En aquel día vosotros conoceréis que yo soy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.
El que tiene mis mandamientos y los guarda, él es quien me ama. Y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él.
Le dijo Judas, no el Iscariote: —Señor, ¿cómo es que te has de manifestar a nosotros y no al mundo?
Respondió Jesús y le dijo: —Si alguno me ama, mi palabra guardará. Y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos nuestra morada con él.
El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me envió.
Estas cosas os he hablado mientras todavía estoy con vosotros.
Pero el Consolador, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os hará recordar todo lo que yo os he dicho.
La paz os dejo, mi paz os doy. No como el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
Oísteis que yo os dije: “Voy y vuelvo a vosotros.” Si me amarais, os gozaríais de que voy al Padre, porque el Padre es mayor que yo.
Ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis.
Ya no hablaré mucho con vosotros, porque viene el príncipe de este mundo y él no tiene nada en mí.
Pero para que el mundo conozca que yo amo al Padre y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos. ¡Vamos de aquí!
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