La futilidad de confiar en Egipto

Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > Isaías > La futilidad de confiar en Egipto (23:30:1 - 23:30:17)

“Ay de los hijos rebeldes,” dice Jehovah, “por llevar a cabo planes pero no los míos, por hacer libaciones para sellar alianzas pero no según mi Espíritu, añadiendo pecado sobre pecado.

“Ellos parten para descender a Egipto a fin de protegerse bajo la protección del faraón y de refugiarse en la sombra de Egipto; pero a mí no me han consultado.

Pero la protección del faraón se os convertirá en vergüenza; y el refugio de la sombra de Egipto, en afrenta.

Cuando sus magistrados estén en Tanis y sus embajadores lleguen a Hanes,

todos serán defraudados por un pueblo que no les servirá de nada. No los socorrerá, ni les traerá provecho, sino sólo vergüenza y afrenta.”

Profecía acerca de los animales del Néguev: “Por tierra de tribulación y angustia, de donde provienen la leona y el león, la víbora y la serpiente voladora, ellos llevan sobre los lomos de los asnos sus riquezas, y sobre las jibas de los camellos sus tesoros, hacia un pueblo que no les será de provecho.

Ciertamente los egipcios darán ayuda vana y vacía. Por tanto, he llamado a Egipto: ¡Rahab la inutilizada!

“Ahora ven y escribe esta visión en una tablilla, delante de ellos. Grábala en un libro para que se conserve como testimonio perpetuo hasta el día final.

Porque este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quieren escuchar la instrucción de Jehovah.

Ellos han dicho a los videntes: No tengáis visiones; y a los profetas: No nos profeticéis cosas rectas. Decidnos, más bien, cosas halagüeñas; profetizad cosas ilusorias.

Apartaos del camino, desviaos de la senda; dejad de confrontarnos con el Santo de Israel.”

Por tanto, así ha dicho el Santo de Israel: “Porque desechasteis esta palabra y confiasteis en la violencia y en la perversidad, y os habéis apoyado en ello,

por eso, este pecado os será como muro agrietado que se abre y cae, como un alto muro al cual de repente, en un instante, le viene su quebrantamiento.

Su quebrantamiento será como cuando se quiebra una vasija de alfarero, que sin misericordia es hecha pedazos; tanto que entre sus pedazos no se halla un solo fragmento que sirva para sacar brasas de un brasero o para sacar agua de una cisterna.”

Porque así ha dicho el Señor Jehovah, el Santo de Israel: “En arrepentimiento y en reposo seréis salvos; en la quietud y en la confianza estará vuestra fortaleza.” Pero no quisisteis.

Más bien, dijisteis: “No, sino que huiremos a caballo.” ¡Por tanto, vosotros sí huiréis! Dijisteis: “Sobre veloces caballos cabalgaremos.” ¡Por tanto, también vuestros perseguidores serán veloces!

Mil huirán ante la amenaza de uno. Huiréis ante la amenaza de cinco, hasta que quedéis como un asta sobre la cumbre de un monte o como una bandera sobre una colina.

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1 Comentario sobre “La futilidad de confiar en Egipto”

  1. Ckarl opina:

    De Egipto comieron, bebieron y aprendieron judios

    [contesta a Ckarl]