Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros Proféticos > JeremÃas > La copa de ira para las naciones (24:25:15 - 24:25:38)
Asà me ha dicho Jehovah Dios de Israel: “Toma de mi mano esta copa del vino de la ira, y da de beber a todas las naciones a las cuales te envÃo.
Ellas beberán y vomitarán; enloquecerán a causa de la espada que yo envÃo entre ellas.”
Tomé, pues, la copa de la mano de Jehovah y di de beber a todas las naciones a las cuales Jehovah me habÃa enviado:
A Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus magistrados, para convertirlos en ruinas, en horror, en rechifla y en maldición, como en este dÃa.
Al faraón rey de Egipto, a sus servidores, a sus magistrados, a todo su pueblo
y a toda su población asimilada. A todos los reyes de la tierra de Uz y a todos los reyes de la tierra de Filistea (Ascalón, Gaza, Ecrón y los sobrevivientes de Asdod).
A Edom, a Moab, a los hijos de Amón;
a todos los reyes de Tiro, a todos los reyes de Sidón y a los reyes de las costas que están al otro lado del mar.
A Dedán, a Tema, a Buz y a todos los que se rapan las sienes.
A todos los reyes de Arabia y a todos los reyes de la población asimilada que habita en el desierto.
A todos los reyes de Zimri, a todos los reyes de Elam y a todos los reyes de Media.
A todos los reyes del norte, tanto a los cercanos como a los lejanos, a los unos como a los otros. Di de beber a todos los reinos que hay sobre la faz de la tierra, y el rey de Sesac beberá después de ellos.
“Les dirás que asà ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: Bebed y embriagaos; vomitad y caed. No os levantaréis a causa de la espada que yo envÃo contra vosotros.
Y sucederá que si rehúsan tomar la copa de tu mano para beber, les dirás que asà ha dicho Jehovah de los Ejércitos: Tenéis que beberla,
porque he aquà que yo comienzo a hacer mal a la ciudad que es llamada por mi nombre; y vosotros, ¿quedaréis impunes? ¡No quedaréis impunes, porque yo llamo la espada contra todos los habitantes de la tierra!, dice Jehovah de los Ejércitos.
“Tú profetizarás contra ellos todas estas palabras y les dirás: Jehovah ruge desde lo alto, y da su voz desde su santa habitación. Ruge enfurecido contra su morada; y un grito como el de los que pisan la uva, responderá a todos los habitantes de la tierra.
Tal rugido llegará hasta el extremo de la tierra, porque Jehovah tiene litigio contra las naciones. El entra en juicio contra todo mortal; entregará los impÃos a la espada,” dice Jehovah.
Asà ha dicho Jehovah de los Ejércitos: “He aquà que el mal irá de nación en nación, y un gran huracán se desatará desde los extremos de la tierra.
En aquel dÃa los muertos por Jehovah estarán desde un extremo de la tierra hasta el otro. No serán llorados; no serán recogidos ni sepultados. Serán convertidos en abono sobre la superficie de la tierra.”
¡Gemid, oh pastores, y gritad! Revolcaos en el polvo, oh mayorales del rebaño; porque se han cumplido los dÃas para que seáis degollados y dispersados. Y caeréis como carneros escogidos.
Se acabará el refugio de los pastores, y el escape de los mayorales del rebaño.
Se oye el ruido del griterÃo de los pastores, y del gemido de los mayorales del rebaño. Porque Jehovah ha devastado sus prados.
Los apacibles pastizales son devastados a causa del furor de la ira de Jehovah.
Cual león, ha dejado su guarida, pues la tierra de ellos se ha convertido en horror a causa de la ira del opresor y a causa del furor de su enojo.
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